El Eternauta: los autos clásicos que marcaron presencia en la nueva serie de Netflix
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A pocos días del estreno de El Eternauta, la serie basada en la historieta argentina de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, la producción alcanzó una repercusión significativa a nivel global. Distribuida por Netflix, se posicionó rápidamente entre los contenidos más vistos a escala mundial.
Más allá del impacto narrativo y estético de la serie, un aspecto que despertó particular interés entre los espectadores y especialistas fue la inclusión de vehículos clásicos en las distintas escenas.
La cuidada selección de automóviles no solo aporta verosimilitud a la ambientación histórica, sino que también se convirtió en un foco de atención para aficionados del automovilismo y la cultura popular argentina.
A continuación, se presenta un repaso por algunos de los modelos más representativos que forman parte del universo visual de la serie.
Jeep Estanciera

El Jeep Estanciera fue producido por Industrias Kaiser Argentina (IKA) a partir de 1957. Derivado del Willys Station Wagon estadounidense, se posicionó como uno de los primeros vehículos utilitarios deportivos fabricados en el país. Su diseño robusto y su versatilidad lo convirtieron en una opción frecuente tanto para el trabajo rural como para el uso familiar. Estaba disponible con motores de cuatro y seis cilindros, incluyendo el motor Tornado, una de las mecánicas más emblemáticas de la época. Contaba con versiones de tracción trasera y tracción integral. La producción nacional del modelo finalizó en 1979.
Renault 12 Break

El Renault 12 Break fue lanzado en el mercado argentino en 1973 por IKA-Renault. Se trata de la versión familiar del Renault 12, modelo que se consolidó por su funcionalidad y rendimiento. Con un motor de 1.4 litros y tracción delantera, el vehículo ofrecía un amplio espacio interior y una importante capacidad de carga, características valoradas tanto por familias como por comerciantes. La suspensión independiente mejoraba la estabilidad del modelo, mientras que su eficiencia en el consumo de combustible lo posicionó como una opción confiable. Su fabricación en el país continuó hasta 1994.
Ford Taunus

Fabricado por Ford Argentina entre 1974 y 1984, el Ford Taunus fue un modelo que combinó diseño europeo con adaptaciones mecánicas pensadas para el mercado local. Disponible en versiones sedán y coupé, fue equipado con motores de 1.6, 2.0 y 2.3 litros. La línea del Taunus, especialmente en sus versiones posteriores con faros rectangulares y líneas estilizadas, contribuyó a su imagen moderna. La calidad de marcha, el confort interior y su desempeño lo convirtieron en una alternativa destacada para el segmento medio. Tras su discontinuación, fue sucedido por el Ford Sierra.
Citroën Méhari

El Citroën Méhari se fabricó en Argentina entre 1971 y 1980. Se trataba de un vehículo ligero con carrocería plástica y resistente, diseñada para resistir la corrosión y facilitar el mantenimiento. Estaba basado en la mecánica del Citroën 2CV y montaba un motor bicilíndrico de 602 cm³ con tracción delantera. Gracias a su suspensión flexible y su estructura liviana, fue ampliamente utilizado tanto en zonas rurales como en actividades recreativas. El techo desmontable y los interiores simples completaban una propuesta que priorizaba la funcionalidad sobre el lujo.
Torino

El Torino, producido por IKA y luego por Renault, fue fabricado entre 1966 y 1982. Se basaba en el Rambler American, aunque presentaba una carrocería rediseñada por el estudio italiano Pininfarina. Equipado con motorizaciones Tornado de 3.0 y 3.8 litros, ofrecía un desempeño elevado y confort de marcha. El modelo estaba disponible en versiones sedán y coupé. El Torino alcanzó reconocimiento internacional tras su participación en la competencia de resistencia conocida como las 84 horas de Nürburgring en 1969. Este automóvil es considerado uno de los exponentes más relevantes de la industria automotriz argentina.
Ford F-100

La pickup Ford F-100 comenzó a producirse en Argentina en 1959 y se mantuvo en fabricación hasta mediados de la década de 2000. Su estructura robusta y su capacidad de carga la hicieron una herramienta extendida en el ámbito rural, comercial e industrial. A lo largo de sus distintas generaciones incorporó mejoras en seguridad, diseño y confort. Disponía de motorizaciones nafteras y diésel, lo que le permitió adaptarse a diversos contextos de uso. La F-100 es reconocida por su durabilidad y facilidad de mantenimiento, lo que contribuyó a su prolongada vigencia en el mercado.
Mercedes-Benz 1114

El camión Mercedes-Benz 1114 fue producido en Argentina desde la década de 1970 hasta mediados de los años 90. Estaba equipado con el motor diésel OM 352 de seis cilindros y 5.7 litros, que ofrecía un equilibrio entre potencia y consumo. Su chasis permitía múltiples configuraciones, lo que lo convirtió en una plataforma adaptable para transporte de cargas, unidades escolares y colectivos urbanos e interurbanos. Su resistencia estructural, su mecánica sencilla y su alta disponibilidad de repuestos lo transformaron en un referente del transporte argentino. El característico sonido de su turbo y su presencia en rutas y ciudades durante décadas lo convirtieron en parte del paisaje automotor del país.