Cuánto cuesta un "paquete" para visitar una aldea medieval ubicada a media hora del Obelisco
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Llegan las vacaciones de invierno en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires y un plan imperdible para grandes y chicos puede ser visitar Campanópolis, una increíble aldea medieval ubicada a solo media hora del Obelisco.
Se trata de una serie de construcciones, ubicadas en un gran predio de González Catán, que permiten viajar en el tiempo, recorrer antiguas callejuelas y admirar obras imperdibles, creadas a partir de la imaginación de un hombre y con materiales antiguos y reciclados.
Lo cierto es que a Campanópolis se puede llegar en auto, por cuenta propia, o en colectivo. Pero también es posible comprar un "paquete" que incluye el traslado desde el mismo centro porteño, con entrada y guías incluidos.
Vacaciones de invierno 2025: cuánto cuesta un "paquete" para ir a Campanópolis
Para visitar Campanópolis, ubicada en González Catán, se puede comprar la entrada en la página web del lugar, que cuesta $15.000 por persona e incluye la visita guiada, y llegar en auto o transporte público.
Quienes no cuenten con movilidad, pueden optar por un "paquete". En agencias Despegar cuesta $66.819 e incluye, además de la entrada, el traslado desde el centro porteño.
Desde la plataforma de viajes así describen la experiencia: "¿Te imaginás una aldea medieval escondida a solo 30 minutos de Buenos Aires? Te invitamos a explorar una ciudadela mágica con 40 edificios, callejuelas secretas y pasajes encantados, en plena reserva natural cerca de los bosques de Ezeiza. Una aventura única, misteriosa y cerca de casa".
- El punto de encuentro: Cerrito 628, frente al Teatro Colón.
- La excursión puede realizarse los sábados de 08 a 14; miércoles, jueves y viernes de 11:30 a 18:00 (estimado); y feriados desde las 08. Estos horarios corresponden a la salida desde CABA.
Dentro de la excursión, detalla la página, "conocerás el Museo de la Madera, el del Hierro y el de los Caireles, también las 12 casitas de piedra, escoria y ladrillos dignas del cuento de Blancanieves".
"Nos asombraremos con el ingenio y capacidad de Don Antonio Campana (su fundador) para concretar esta fantasía, sin planos ni arquitectos", agrega.
"Totalmente construida con materiales antiguos y reciclados de remates y demoliciones los castillos contienen entre otras curiosidades: las viejas columnas de hierro de las Galerías Pacífico, las antiguas tranqueras del Hipódromo de Palermo, luces y relojes de la Plaza de Mayo, entre otras miles de valiosas antigüedades", concluye la descripción del servicio.
La historia de Campanópolis, una aldea medieval a media hora del Obelisco
A tan solo 30 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, en pleno corazón de González Catán, se esconde una de las atracciones más insólitas del conurbano bonaerense: Campanópolis, una aldea de inspiración medieval construida íntegramente con materiales reciclados y la visión de un solo hombre.
Este particular poblado, que parece sacado de un cuento fantástico, fue levantado en un predio de 200 hectáreas que alguna vez albergó antiguas tosqueras. El lugar había sido explotado para la construcción de grandes obras de infraestructura, como las pistas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y la autopista Riccheri. Sin embargo, con el tiempo fue expropiado por el CEAMSE y convertido en un relleno sanitario durante más de cinco años, lo que provocó un profundo daño ambiental.
En medio de un largo litigio judicial para recuperar sus tierras y enfrentando serios problemas de salud, Don Antonio Campana —su creador— tomó una decisión que marcaría un giro radical en su vida. Fue entonces cuando nació la idea de Campanópolis. "Nacida de demoliciones, la creatividad y los sueños de un hombre", así la define el sitio oficial del complejo, que hoy se presenta como "la más insólita ciudad del reciclado de la Argentina y sus alrededores".
Según detallan desde el mismo portal, la aldea es "extraña y atrapante", formada por un conjunto de construcciones que se conectan a través de "callejuelas adoquinadas, pasajes, recovecos y lugares secretos". Su arquitectura ecléctica combina estilos diversos del medioevo europeo, reinterpretados bajo una mirada única y original.
Entre los espacios más destacados del recorrido se encuentran las Doce Casitas del Bosque, un sendero que invita a "transportarnos mágicamente hacia un lugar fantástico", con lagos, fuentes, puentes de quebracho, muelles, una capilla colonial, un molino de viento holandés y hasta una locomotora con vagones.
Pero eso no es todo. Campanópolis también ofrece una amplia propuesta cultural, con museos temáticos como la Ferroteca o Museo de las Rejas, donde se exhiben rejas de hierro forjado, arañas colgantes, vitreaux y objetos antiguos. También están la Casa de Piedra, el Museo de Madera (también llamado "de Palitos") y la Casa de Escoria, donde el material de construcción es el verdadero protagonista.
Otros rincones imperdibles del lugar son el Pasaje del Búho, el Museo de los Caireles, el Cabildo, la Cascina, la Casa Proa de Barco y "cientos de espacios secretos", según señalan sus creadores.
Lo curioso es que Don Antonio, sin formación académica en arquitectura, logró levantar esta aldea gracias a una intuición autodidacta y una extraordinaria capacidad para resignificar lo descartado. "Descubriéndose así mismo como creador y diseñador, con un amplísimo criterio del reciclado y creatividad", dio forma a un proyecto que, además de convertirse en una joya turística, también buscó "restablecer el equilibrio ecológico" del terreno devastado.
Hoy, Campanópolis es más que un destino de paseo para estas vacaciones de invierno: es un testimonio vivo de cómo la pasión, la voluntad y el reciclaje pueden transformarse en una obra de arte.