• 4/12/2025
ALERTA

¿Por qué Rocky es un éxito?: la película que resiste al paso del tiempo y llegó al teatro en Argentina

Se convirtió en un símbolo de lucha y resiliencia. Desde su contexto político hasta el sacrificio de Stallone, la saga trasciende generaciones y géneros.
25/07/2025 - 16:04hs
¿Por qué Rocky es un éxito?: la película que resiste al paso del tiempo y llegó al teatro en Argentina

Todos conocen (o creen conocer) la historia de Rocky. El pugilista que da la batalla de su vida, se enamora de una joven tímida y tiene que probar que quienes habitan los márgenes valen. Muchos recitan de memoria las frases de Sylvester Stallone y vieron varias veces las películas de la saga. Una considerable cantidad de espectadores ahora hace filas en la calle Corrientes para ver la adaptación teatral argentina, protagonizada por Nico Vázquez en el teatro Lola Membrives. ¿Por qué Rocky es una gran película que se convirtió en un clásico?

En la ficción, Rocky es la representación del héroe subestimado. Estrenada en 1976, es una obra prominentemente política. Décadas después, Donald Trump retomó el mismo espíritu de este cuento cinematográfico, cuando habló sobre "los olvidados" en su primera campaña. Hombres, mujeres y niños, que quedaron relegados del sistema, aunque no necesariamente por carecer de aptitudes.

La primera película surgió en una década convulsionada: Watergate, Vietnam y una sociedad en crisis. El cine tuvo una renovación artística gracias a los cineastas que supieron interpretar y canalizar lo que se escurría por las grietas. Comenzó una segunda época de oro para Hollywood, con clásicos que representaron las calles salvajes de la vida metropolitana.

Los riesgos antes del éxito de Rocky

Stallone pudo hacer la película porque fue Rocky antes de que se encendiera cualquier cámara. Su historia detrás de escena es la del sacrificio de quien persigue y arriesga todo por un sueño. En este caso, el objetivo fue uno artístico. Lo mismo que motivó a Francis Ford Coppola para filmar Apocalipsis Now y casi le cuesta la vida. Las grandes películas, la mayoría de las veces, no están exentas de riesgos.

Hoy Sylvester Stallone tiene 79 años y una carrera en la que no escasean los clásicos. Pero apenas tenía 30 cuando decidió hacer la película que le cambiaría la vida. Como los empobrecidos personajes de las calles de Filadelfia, estaba quebrado. Literalmente en la lona. Tuvo que vender a su perro, Butkus, para poder seguir adelante. Una de las frases más famosas de Rocky dice: "No se trata de qué tan fuerte podés pegar, se trata de qué tantos golpes podés recibir".

La primera película se encarga de plasmar la metáfora a través de las imágenes. Al principio, Rocky no puede terminar de subir las escalinatas del Museo de Arte de Filadelfía. Cuando lo consigue, se convierte en un ícono. La cámara anticipa el desenlace: lo importante no es vencer al rival.

image placeholder
En la ficción, Rocky es la representación del héroe subestimado

Al final de la primera entrega, quien es coronado campeón es Apollo Creed. David, en este relato, no venció a Goliath. Sin embargo, la victoria se anuncia en segundo plano, porque no debería importar el resultado: la cámara está enfocada en el efusivo abrazo entre Rocky y Adrian. Rocky pierde, pero se mantuvo de pie pese a todo.

Rocky ganó el Oscar superando a clásicos como Taxi Driver, Poder que mata y Todos los hombres del presidente. Clásicos en todo su derecho que han dejado su propia marca cultural. Todas historias que también son evidentes productos de su contexto social y cultural. No obstante, a diferencia de Rocky, son visiones un poco más pesimistas sobre el mundo. No es cuestión de mejor o peor: Rocky apostó por levantar el ánimo, y eso conquistó al público y la Academia.

La política detrás de Rocky

En 1985, Carl Weathers ya no era un enemigo para el protagonista blanco, era un aliado. El carácter político de la saga, que siempre estuvo presente, se hizo más evidente en Rocky IV, cuando enfrentó al boxeador soviético Ivan Drago. Para ese entonces, la saga acumulaba no solo una canción icónica, sino dos, con Eye Of The Tiger, el tema de Survivor para Rocky III. Todas con el trío protagónico siempre al frente: Stallone, Talia Shire (el rol de Adrian en Argentina lo intepreta Dai Fernández) y Burt Young como Paulie.

"No soy de derecha ni de izquierda", dijo Stallone en una entrevista, "solo amo a mí país". Varias corrientes políticas intentaron apropiarse de Rocky. Para algunos sectores, es un símbolo conservador. Las opiniones públicas del actor y productor que también interpretó a Rambo no pasaron desapercibidas: fue una de las primeras voces importantes de Hollywood en criticar la presidencia de Barack Obama, a quien llamó "el embajador del miedo", haciendo un inteligente juego de palabras con una película clásica.

"La gente aceptó a Rocky Balboa como auténtico. Es como si quisieran creer que Rocky de verdad existe. No deja de sorprenderme. Pensé que la fascinación terminaría, pero eso todavía no pasó", reconoció el autor de Balboa.

Los motivos por los que Rocky no ha dejado de ser una obra relevante, sea en el cine o una versión de Rocky en teatro en Argentina, no son pocos. Pero siempre están relacionados con "hacerse valer" a través de la valentía. Dos palabras que, no es casual, comparten la misma raíz etimológica. Valere es ser fuerte. Rocky sigue siendo relevante en el cine y el teatro porque encarna una lección atemporal: levantarse una y otra vez.

Temas relacionados