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Good bye Martín, welcome Silvina: ¿qué cambia con el cambio?

La llegada de Batakis al Palacio de Hacienda alienta expectativas de cambio, pero las primeras medidas hablan de continuidad. El rol de Cristina Kirchner
13/07/2022 - 19:35hs
Good bye Martín, welcome Silvina: ¿qué cambia con el cambio?

Good bye Lenin (2003) es una enorme película alemana, una comedia dramática que narra la historia de un hijo empecinado por ocultarle a su madre, una comunista convencida, la realidad del derrumbe de la experiencia marxista. Cristiane, una orgullosa militante del Partido Socialista Unificado de Alemania Oriental cae en estado de coma antes de la caída del muro de Berlín para volver en sí ocho meses después, cuando el país se ha reunificado bajo la conducción de la muy capitalista República Federal.

Su hijo Alex ha recibido de los médicos una indicación específica: evitarle disgustos a la frágil paciente para evitar una recaída mortal. Ninguna otra cosa podría afectar tanto a su madre como la conciencia del desmoronamiento brutal y repentino del sistema de creencias en el que confió toda su vida. Así, con ayuda de su amigo Denis (un aspirante a cineasta de Berlín Occidental), Alex montará una serie de noticieros falsos para mantener en la ficción lo que había desaparecido en la realidad, convirtiendo el departamento familiar en una rincón del pasado, un enclave del socialismo centralmente planificado con el fin de persuadir a su madre de que nada había cambiado.

La historia va sumando cómplices hasta que, finalmente, Cristiane descubre el engaño pero, emocionada por las intenciones de su hijo, se suma a la ficción y muere simulando haber creído todo.

Batakis hereda los problemas ¿y las políticas? de Guzmán.
Batakis hereda los problemas (¿y las políticas?) de Guzmán.

Argentina 2022: recambio en Economía

Viajemos ahora en el tiempo y el espacio. Estamos en la Argentina del 2022 y Martín Guzmán, el ministro de economía del gobierno del Frente de Todos, renuncia después de meses de acoso por parte de los principales integrantes de la "coalición" oficialista, particularmente del kirchnerismo que lo acusó de ser un empleado del Fondo Monetario Internacional, un neoliberal camuflado al servicio de las muy ortodoxas recetas de ajustes de Kristalina Georgieva.

Tras el esmerilamiento continuo, logran su propósito: "el pasante de Columbia" se va respondiendo al bullying con una despedida tuitera en pleno acto de Cristina. Se constata, una vez más, cuántos pares son tres botas dentro del gobierno del presidente Alberto Fernández, el principal sostenedor del ministro renunciante. CFK hizo valer su veto vicepresidencial como en otras ocasiones: Juan Pablo Biondi, Nicolás Trotta, Marcela Losardo, Matías Kulfas, Santiago Cafiero (desplazado de la Jefatura de Gabinete de Ministros) y tantos otros de distintos rangos y jerarquías.

Asume, sin impugnación, la nueva ministra Batakis. La reemplazante arma su equipo, lo presenta en sociedad y anuncia sus primeras medidas en un contexto de crisis. Las mismas son la reafirmación del rumbo del ministro renunciante: continuidad del acuerdo con el FMI en todas sus metas, control del gasto, segmentación de tarifas a la energía con la metodología diseñada por su predecesor y mayor velocidad para establecer tasas de interés positivas.

Desde el Gobierno se intenta fomentar la idea de un cambio, pero las dudas persisten.
Desde el Gobierno se intenta fomentar la idea de un cambio, pero las dudas persisten.

Llega Batakis: ¿cambia algo realmente?

Si en la ficción alemana el libreto giraba alrededor de las peripecias de los protagonistas para demostrar que nada cambiaba cuando todo lo había hecho, en la ficción argentina la idea es presentar que todo ha cambiado cuando la realidad señala que todo sigue igual.

El mensaje subyacente es evidente: se requiere de intérpretes que no desafíen a la auténtica directora del film. Esa indisciplina es más susceptible de castigo que cualquier otra falta. Si Guzmán había ofendido a la vice pretendiendo echar a su gente del área de energía, Batakis confirmó a los referentes de CFK en el sector antes que a los integrantes de su propio equipo.

Si Guzmán había puesto condiciones para seguir, Batakis no puso ninguna para aceptar. Respetar la conducción de la Jefa es comprender la política. A Silvina le sobra lo que a Guzmán le falta. ¿Supone esa condición un mérito? ¿Es, por el contrario, un defecto? Podemos afirmar, simplemente, que es una diferencia notable entre ambos. El resto lo dirán los resultados.

Mientras tanto, la narrativa oficial sostendrá que el cambio de un técnico sin visión política (remember Dromi vs. Erman González) por un cuadro político profesional lo es todo. En los hechos, el guión es el mismo, solo que remasterizado.

La duración de este capítulo estará dado por la evolución de dos circunstancias: a) la calma o la espiralización de los mercados durante las próximas semanas y b) la dinámica de la interna política del Gobierno, definida por la capacidad del Presidente y sus funcionarios en interpretar adecuadamente los movimientos de CFK de cara al 2023. Así las cosas, en esta comedia dramática que nos tiene de espectadores, solo resta agregar: "Continuará".

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