La política, en "modo mercado": ¿a quién le hablan los candidatos en plena campaña?

"Yo no sé qué les pasa a los empresarios que cuando se juntan entre ellos en esos seminarios hacen concursos para ver quién dice la boludez más grande". Este texto vicepresidencial, expresado en el contexto de la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner en la ciudad bonaerense de Saliqueló, constituye un gran punto de partida para analizar la campaña electoral. Al menos hasta que concluya el primer tramo el domingo 13 de agosto.

Se trata de un verdadero caso testigo que resulta útil como herramienta de interpretación para el accionar de todos los candidatos, oficialistas o no. La definición primera es a quién se le habla, cuáles son los "clientes" a los cuales se pretende llegar con la "oferta" electoral. El "mercado político" existe. De allí las marcas, el marketing, los posicionamientos y la competencia por los votos.

La segunda cuestión, tan vital como la primera, es establecer el rival, quién será el villano de la historia, aquel al que hay que señalar con etiquetado frontal para que los consumidores adviertan los riesgos y amenazas que generan su consumo. Los actos partidarios son puestas en escenas en las que el público presente es parcialmente el destinatario de las palabras y los gestos, una suerte de coro que permite amplificar y teatralizar los mensajes pensados para impactar en tiempo real mediante redes y pantallas varias y, posteriormente en columnas de opinión y análisis de portales y diarios.

Cristina Kirchner pone a Unión por la Patria contra los empresarios

Primero la imagen, luego la palabra oral y, finalmente, la escrita. Cuando CFK eligió "castigar" a los empresarios reforzó el imaginario de su núcleo duro que la reivindica como la defensora de los humildes frente a los poderosos: ellos te agobian, "el Estado te cuida". Aunque casi inmediatamente haya buscado amortiguar el impacto de su caracterización el efecto buscado se produjo: ellos son los "cuatro vivos" que se llevan las ganancias, los que le dieron al país un presidente -Mauricio Macri- que no surgió de la clase política sino de las entrañas del "verdadero poder".

Con Cristina y Massa, el Gobierno lanza una serie de críticas a los empresarios.

Llevarse a los votantes de Milei: el plan de Juntos por el Cambio

Quizás desde Juntos por el Cambio no se animen a enunciar la imposibilidad de convivencia en la próxima gestión, porque precisamente ellos están transitando una puja áspera que genera también incertidumbre respecto a su cohesión. Patricia Bullrich se calzó botines afilados para lanzar su primer spot de campaña con el sugestivo "si no es todo, es nada". Queda claro que pretende -como en el ajedrez- amenazar con una sola jugada a dos piezas rivales: el kirchnerismo y Horacio Rodríguez Larreta.

Los oídos buscados son los del núcleo duro opositor, los que quieren terminar con la misma pasión tanto a Unión por la Patria como a las alternativas "tibias". Aún más, se podría decir que estamos ante un ambicioso triple jaque que quiere aprovechar el mal momento comunicacional del dolarizador anti-casta Javier Milei (momento que no parece reflejarse en la encuesta presencial de Zuban-Córdoba y Asociados, que lo ubica protagonizando una elección de tercios) y consolidar la masa crítica que reclama orden y seguridad, defendiendo a la sociedad del peso de un Estado que la oprime. La sombra del expresidente bendice esta cruzada para dinamitar la "razón populista" en su versión progresista, aunque para ello contribuya a la construcción de una "razón populista" de derecha.

Mientras tanto, aliado a los radicales, la Coalición Cívica y los peronistas de Pichetto, el Jefe de Gobierno llama a hacer "el cambio de nuestras vidas", con un tono más intimista que el de su rival, buscando alejarse de la dialéctica del todo o nada para impactar en el centro de la oferta electoral y rechazando "las trompadas" como modus operandi. Sus esfuerzos están dedicados a explicar el mecanismo de la transformación, poniendo la épica en la construcción de los acuerdos y los consensos para darle perdurabilidad a las políticas. Estado y mercado. Dicho de un modo más estilizado: sus adversarios declarados son "los que hacen su negocio de alimentar la grieta".

En Juntos por el Cambio, las estrategias van desde convencer a "los del centro" hasta acaparar a los votantes de Milei.

Quizás se trate de la maniobra más audaz de las PASO porque busca invertir el orden de los factores procurando lograr ahora lo que sus competidores se proponen para la etapa agosto-octubre: la conquista del centro. 

De cualquier modo, se confirma que cada uno de los actores de esta temporada actúa guiado por un libreto escrito a fuerza de cálculos y razones, aunque el lenguaje y los modos sugieran que priman las pasiones desatadas. En síntesis: "dime a quién le hablas, y te diré qué candidato eres".