¿Qué es el Síndrome de Guillain-Barré?
El Síndrome de Guillain-Barré, es una enfermedad en la que el sistema inmunitario del organismo ataca parte del sistema nervioso periférico. El síndrome puede afectar a los nervios que controlan los movimientos musculares; así como a los que transmiten sensaciones dolorosas, térmicas y táctiles. Esta enfermedad en particular afecta una vaina que rodea a los nervios conocida como mielina. Su función es la de permitir que el impulso que viaja por los nervios se propague en forma rápida y al desaparecer se afecta la transmisión en los mismos.
Por esta razón, las manifestaciones clínicas pueden ser variadas incluyendo: debilidad muscular y/o pérdida de sensibilidad en las piernas o brazos. Además, puede presentarse de otras formas generando afectación de los nervios de la cara y el cuello (pares craneales), incoordinación de la marcha, etc.
La aparición del síndrome es precedida a menudo por infecciones bacterianas o vírales y se supone que existiría una reacción cruzada entre estos gérmenes y proteínas del organismo. Una respuesta inmunológica contra esos agentes infeccioso haría que se ataque al mismo cuerpo. Además de los desencadenantes descriptos, las vacunaciones o intervenciones quirúrgicas, podrían también disparar este trastorno.
En el mundo se reporta una incidencia anual de 1 a 3 cada 100000 habitantes. Suele afectar a personas de cualquier edad y sexo, pero presenta dos picos de mayor aparición: uno en la etapa adulta joven y otra en ancianos.
El diagnóstico se basa en los síntomas y los resultados del examen neurológico, aparece una atenuación o pérdida de los reflejos tendinosos profundos. Es decir, cuando el médico golpea con el martillo la respuesta corporal esperada esta disminuida o es nula. Más allá de las múltiples formas de presentación descriptas, característicamente se comporta como una debilidad que comienza en miembros inferiores y asciende en el curso de horas a días pudiendo comprometer los músculos respiratorios.
Pero la forma de presentación puede ser muy variada pudiendo ser un cuadro leve con poco compromiso muscular, hasta un cuadro extremadamente grave.
Los pacientes con el síndrome deben ser hospitalizados para que estén vigilados.
Las medidas de apoyo incluyen el monitoreo de la respiración, de la actividad cardíaca y de la tensión arterial. Los pacientes con dificultad para respirar suelen necesitar ventilación asistida y deben recibir vigilancia para detectar complicaciones como arritmias, infecciones, trombosis e hipertensión o hipotensión.
No hay cura para el Síndrome de Guillain-Barré, pero el tratamiento puede mejorar los síntomas y acortar su duración. Dado que se trata de una enfermedad autoinmunitaria, los tratamientos intentan inhibir esta respuesta para frenar la progresión de la enfermedad.
El pronóstico depende de varios factores y a veces es muy difícil de establecer si la persona va o no a quedar secuelada.
Por Ignacio Aladro