Un informe de la OMS propone que la mortinatalidad esta siendo subestimada en el mundo
El día del nacimiento es posiblemente el momento más frágil para las madres y los niños. Cada año, en todo el mundo, 303 000 mujeres sufren complicaciones durante el embarazo o el parto y 2,7 millones de recién nacidos durante sus primeros 28 días de vida.
En la mayoría de los casos, la mortinatalidad y la mortalidad neonatal se pueden evitar con una atención sanitaria de calidad durante el embarazo y el parto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchos casos de compromiso neonatal no se expiden certificados de nacimiento o defunción, por lo que el sistema de salud nunca los registra, los notifica ni los investiga. Como resultado de ello, los países no suelen saber el número de muertes o sus causas y no pueden adoptar las medidas eficaces y oportunas necesarias para evitar la muerte de otros niños y madres.
«Tenemos que velar por que todos los nacimientos y muertes se contabilicen y, de este modo, saber qué hacer para prevenir futuras muertes, independientemente de dónde ocurran», dice Ian Askew, Director del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS. «Examinando las causas de la mortalidad materna e infantil, los países pueden mejorar la calidad de la atención sanitaria, adoptar medidas correctivas y evitar que millones de familias sufran la pérdida de sus hijos o madres».
La OMS presentó tres publicaciones para ayudar a los países a mejorar sus datos sobre mortinatalidad y mortalidad materna y neonatal. La primera publicación, titulada «The WHO Application of the International Classification of Disease-10 to deaths during the perinatal period: ICD-PM», ofrece un sistema normalizado para clasificar los casos de mortinatalidad y las muertes neonatales.
El sistema ayuda a los países a establecer una relación entre la mortinatalidad y la mortalidad neonatal y las enfermedades que afectan a las mujeres embarazadas y que pueden contribuir a dicha mortalidad, como la diabetes o la hipertensión. Anteriormente no había ningún sistema de clasificación que se pudiera utilizar de manera uniforme en todos los países de ingresos bajos, medianos y altos.
«Cada vez que se examina una muerte, se puede deducir qué se podría haber hecho para salvar la vida de una madre o de su hijo», dice el Dr. Anthony Costello, Director del Departamento de Salud de la Madre, el Niño y el Adolescente de la OMS.
En los informes oficiales se subestima la verdadera magnitud de la mortalidad materna en hasta un 30% a nivel mundial y en un 70% en algunos países.
En un documento establecido y propuesto por la OMS se proporcionan orientaciones sobre el modo de crear un entorno seguro para los trabajadores sanitarios con el fin de mejorar la calidad de la atención en los ambulatorios, así como un método para registrar las muertes que se producen fuera del sistema de salud, como cuando las mujeres dan a luz en su domicilio.
La vigilancia de la mortalidad materna y la respuesta a ella es un enfoque relativamente nuevo consistente en la investigación en tiempo real con el fin de que los centros de salud puedan adoptar las medidas correctivas pertinentes. Según las normas de la OMS, los comités deben reunirse al menos dos veces al año; sin embargo, actualmente solo el 46% de los países están cumpliendo esta norma.
La realización de auditorías y exámenes de la mortalidad es una estrategia fundamental para disminuir la cifras. Ayuda a los responsables de los sistemas de salud a comprender las causas de las muertes y los factores que contribuyen a ellas con el fin de que puedan adoptar las medidas correctivas necesarias para mejorar la calidad de la asistencia. Es un mecanismo importante para que los países rindan cuentas respecto del cumplimiento de las metas relativas a la reducción de la mortalidad materna y neonatal contenidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente.
Más de 30 organizaciones sanitarias mundiales están contribuyendo a la elaboración de un conjunto de orientaciones y herramientas fáciles de usar para reforzar los sistemas de información sanitaria de los países.