El electro fitness, una disciplina que es tendencia pero que expone a las personas a diversos riesgos

Desde hace algún tiempo existe una disciplina que promete entrenar el cuerpo de forma intensa en cortas sesiones. Con una duración promedio de veinte minutos, las sesiones tienen como objetivo lograr grandes beneficios, tanto de rendimiento como de composición corporal. Se trata del electro fitness -o Estimulación Eléctrica Muscular (EMM)-, un entrenamiento físico que se ha transformado en tendencia desde hace algunos años y que ha sido cuestionado por sus potenciales consecuencias.

Esta actividad combina el entrenamiento físico personalizado con la electroestimulación muscular. Así, a través de la utilización de un chaleco con electrodos que emiten corrientes eléctricas que contraen la fibra muscular, promete activar de manera intensa y simultánea el 100% de los músculos del cuerpo. Si bien es así en la mayoría de los casos, también se pueden usar los electrodos en otras partes del cuerpo, prescindiendo del chaleco.

Se ha difundido de manera rápida y muy eficaz, dado que hoy en día se puede encontrar la oferta de este servicio en la mayoría de los gimnasios y lugares que promueven la actividad física. Asimismo, la promoción que se realiza desde las redes sociales -normalmente en cuentas conocidas como fit e incluso en cuentas de personas conocidas o celebridades- ha contribuido a que el electro fitness se transforme en una actividad famosa.

Sin embargo, hasta el momento no existen estudios suficientes que especifiquen los potenciales riesgos a los que se exponen las personas que eligen el electro fitness como actividad para tonificar su cuerpo. El mal uso de la práctica con electroestimulación puede provocar afecciones neurológicas, roturas de fibras, tirones musculares, contracturas o incluso alteraciones en los ciclos de sueño, en los peores casos.

Para evitar estas consecuencias, es importante tener en cuenta que algunos factores se usen adecuadamente. En primer lugar, se debe realizar bajo la supervisión de un experto en el tema. Por otro lado, el voltaje y la intensidad de las descargas son los factores más importantes que se deben tener en cuenta al momento de realizar una buena práctica del electro fitness.

Desde los gimnasios donde se realiza esta actividad explican que tiene diversos beneficios para el cuerpo. Entre ellos, se encuentran la minimización del riesgo de lesiones durante el entrenamiento, dado que el músculo trabaja, pero los huesos, ligamentos y tendones no están en actividad. Además, el electro fitness puede evitar la sensación de cansancio, tanto durante como luego de la sesión de ejercicio. Este beneficio, sin embargo, tiene un aspecto negativo: permite que la persona aumente la intensidad sin ser del todo consciente, lo cual podría tener consecuencias en el organismo. Por último, dentro del grupo de los beneficios que puede tener la actividad, se suele mencionar el gran impacto que tiene para combatir la celulitis y para mejorar la circulación sanguínea.

Es importante destacar que para comenzar un entrenamiento el gimnasio debe exigir un apto físico, es decir, una constancia emitida por un profesional médico que certifique las condiciones de salud de la persona para realizar esa actividad. Si bien en principio cualquier persona podría practicarlo, existen algunos casos en los que no es recomendable. Las personas con patologías cardíacas, epilépticas o con enfermedades que afecten la circulación, al igual que las embarazadas, no deberían exponerse al electro fitness.