Las consecuencias médicas que pueden surgir por un tatuaje
Son una tradición milenaria, pero actualmente se han convertido en una tendencia creciente que acarrea algunos riesgos para la salud
17/11/2017 - 19:09hs
Aunque puede parecer algo moderno, los tatuajes son una expresión artística que lleva milenios presente en algunas culturas. Si bien se desconoce su origen preciso, algunos historiadores apuntan que los hombres euroasiáticos del período Neolítico fueron los primeros “tatuadores”. Lo cierto es que el arte de los tatuajes se ha utilizado con diversos fines en distintas culturas. Los celtas y los germánicos los han utilizado con fines bélicos, mientras que las mujeres egipcias tatuaban a las mujeres para representar su estatus social.
Actualmente, esa característica ha cambiado y los tatuajes se han convertido en una tendencia muy difundida en muchos países que ya no distingue a un grupo particular de personas. Sin embargo, es importante que quienes eligen hacerse tatuajes conozcan que se exponen a algunos riesgos. Conocerlos podría ser fundamental al momento de tomar la decisión de marcar su piel para toda la vida o, en todo caso, para elegir el mejor lugar para hacerlo.
Las infecciones pueden ser muy diversas -por ejemplo, hepatitis B y C o tétanos-, pero todas ellas suelen contraerse debido a un equipo mal esterilizado. A pesar de que las agujas sean nuevas y se vean limpias, si no se abren específicamente para cada persona pueden contagiar enfermedades a través de la sangre. Por este motivo es que no se permite que las personas que tienen tatuajes donen sangre hasta entre los seis y doce meses después de su último tatuaje, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por otro lado, las personas también pueden experimentar reacciones alérgicas a los pigmentos de los tatuajes. Si bien son poco frecuentes, puede que algunas personas las desarrollen incluso varios días después de haberse tatuado. La sintomatología es una picazón muy intensa en la zona del tatuaje, acompañada de un enrojecimiento de la piel. Las tintas causan reacciones alérgicas con mayor frecuencia son las rojas, aunque la reacción puede tener que ver también con predisposiciones individuales. Las reacciones alérgicas se suelen producir porque las tintas están vinculadas a colorantes que se utilizan en ciertas industrias, que pueden contener productos químicos tóxicos, como metales pesados o hidrocarburos.
Asimismo, los tatuajes pueden causar granulomas, aunque es una reacción menos común que las anteriores. Se trata de una reacción natural a la presencia de los pigmentos del tatuaje bajo la piel. El cuerpo intenta protegerse de los “agentes extraños”, para lo cual crea una “masa” de células inmunes que intentan aislar aquello que es ajeno al organismo.
Otra de las reacciones posibles ante la realización de un tatuaje son los queloides. Son un tipo de cicatriz que se forma en la piel luego de que esta ha sufrido una lesión y que pueden crecer y extenderse si no son tratadas a tiempo. Los piercings también pueden ocasionar queloides en algunas personas.
Para evitar sufrir estas consecuencias algunos especialistas recomiendan que las personas se informen acerca de los riesgos que implica hacerse un tatuaje antes de tomar la decisión.
A su vez, una vez en el lugar donde se va a hacer el tatuaje, se recomienda evitar el uso de productos que no son seguros para la salud, como la tinta china, y verificar las condiciones de higiene del sitio y de los elementos que se utilizan para hacer el tatuaje.
Asimismo, se recomienda realizar un test de alergia al pigmento, al igual que comprobar la composición de los colorantes, el fabricante, el lote, la fecha de elaboración y de caducidad.
Para realizar el tatuaje se recomienda depilar el área, en caso de que sea necesario, al igual que no beber alcohol en las 24 horas previas al momento. A su vez, no retirar la costra que se forma alrededor y esperar la eliminación espontánea de la misma. Por último, no exponer el área al sol al menos por dos meses y no utilizar, durante los primeros días, ropa sintética en contacto directo con el tatuaje.
Actualmente, esa característica ha cambiado y los tatuajes se han convertido en una tendencia muy difundida en muchos países que ya no distingue a un grupo particular de personas. Sin embargo, es importante que quienes eligen hacerse tatuajes conozcan que se exponen a algunos riesgos. Conocerlos podría ser fundamental al momento de tomar la decisión de marcar su piel para toda la vida o, en todo caso, para elegir el mejor lugar para hacerlo.
Las infecciones pueden ser muy diversas -por ejemplo, hepatitis B y C o tétanos-, pero todas ellas suelen contraerse debido a un equipo mal esterilizado. A pesar de que las agujas sean nuevas y se vean limpias, si no se abren específicamente para cada persona pueden contagiar enfermedades a través de la sangre. Por este motivo es que no se permite que las personas que tienen tatuajes donen sangre hasta entre los seis y doce meses después de su último tatuaje, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por otro lado, las personas también pueden experimentar reacciones alérgicas a los pigmentos de los tatuajes. Si bien son poco frecuentes, puede que algunas personas las desarrollen incluso varios días después de haberse tatuado. La sintomatología es una picazón muy intensa en la zona del tatuaje, acompañada de un enrojecimiento de la piel. Las tintas causan reacciones alérgicas con mayor frecuencia son las rojas, aunque la reacción puede tener que ver también con predisposiciones individuales. Las reacciones alérgicas se suelen producir porque las tintas están vinculadas a colorantes que se utilizan en ciertas industrias, que pueden contener productos químicos tóxicos, como metales pesados o hidrocarburos.
Asimismo, los tatuajes pueden causar granulomas, aunque es una reacción menos común que las anteriores. Se trata de una reacción natural a la presencia de los pigmentos del tatuaje bajo la piel. El cuerpo intenta protegerse de los “agentes extraños”, para lo cual crea una “masa” de células inmunes que intentan aislar aquello que es ajeno al organismo.
Otra de las reacciones posibles ante la realización de un tatuaje son los queloides. Son un tipo de cicatriz que se forma en la piel luego de que esta ha sufrido una lesión y que pueden crecer y extenderse si no son tratadas a tiempo. Los piercings también pueden ocasionar queloides en algunas personas.
Para evitar sufrir estas consecuencias algunos especialistas recomiendan que las personas se informen acerca de los riesgos que implica hacerse un tatuaje antes de tomar la decisión.
A su vez, una vez en el lugar donde se va a hacer el tatuaje, se recomienda evitar el uso de productos que no son seguros para la salud, como la tinta china, y verificar las condiciones de higiene del sitio y de los elementos que se utilizan para hacer el tatuaje.
Asimismo, se recomienda realizar un test de alergia al pigmento, al igual que comprobar la composición de los colorantes, el fabricante, el lote, la fecha de elaboración y de caducidad.
Para realizar el tatuaje se recomienda depilar el área, en caso de que sea necesario, al igual que no beber alcohol en las 24 horas previas al momento. A su vez, no retirar la costra que se forma alrededor y esperar la eliminación espontánea de la misma. Por último, no exponer el área al sol al menos por dos meses y no utilizar, durante los primeros días, ropa sintética en contacto directo con el tatuaje.