Tratamientos para la calvicie: mitos y verdades de un problema multifactorial
Existe una amplia gama de soluciones que van desde la toma de pastillas hasta los productos con vitaminas, pero ¿son todas efectivas?
21/02/2018 - 20:27hs
Antes de solucionar un problema hay que confirmar que existe. El cabello está compuesto por queratina, como las uñas y, al igual que estas, se regenera. Una persona pierde alrededor de cien pelos al día, lo cual indica que es normal que se caiga algo de cabello y no debe ser motivo de preocupación. Tampoco constituye una causa de alarma si esta cantidad aumenta, ya que puede variar en función de otros factores -como el estrés o la época del año, por ejemplo-.
No obstante, cuando la piel del cuero cabelludo comienza a verse y la densidad capilar disminuye, es momento de considerar la existencia de un problema como la calvicie.
La alopecia androgenética es causada por la acción de las hormonas masculinas, pero puede afectar a hombres y mujeres jóvenes de cualquier edad tras la adolescencia. En el género femenino, sin embargo, es más común que empiece tras la menopausia.
La estrategia para combatirla varía con cada paciente. El primer paso es tener un diagnóstico, una valoración de carencias y un análisis para comprobar el grosor del pelo, densidad y presencia de cabellos miniaturizados - que resultan determinantes para determinar si funcionará un tratamiento con fármacos-.
Existen diversos tipos de soluciones para la calvicie: desde tratamientos farmacológicos -que han probado ser exitosos en la mayoría de los pacientes-, hasta opciones quirúrgicas. En el medio hay un abanico de posibilidades que los pacientes pueden elegir para enfrentar un problema de estas características.
Tratamientos farmacológicos
Finasteride
El finasteride es uno de los fármacos más populares contra la calvicie. En 2017, fue noticia porque el médico personal del presidente Donald Trump señaló que “a ese medicamento le debe su pelazo”.
El finasteride, es posiblemente el fármaco con más evidencia científica y el que mejor respuesta da, actúa bloqueando una enzima que hace que la hormona testosterona se transforme en otro metabolito que activa la calvicie. Este fármaco se toma por vía oral y tiene unos efectos secundarios muy temidos por algunos pacientes. Entre un 0,5 y un 1,5% sufre disminución del apetito sexual y trastornos de la erección y la eyaculación. De todos modos, se trata de un efecto adverso estadísticamente infrecuente y reversible, por lo que se puede solucionar con la simple suspensión del tratamiento.
Minoxidil
Este fármaco se utilizaba para tratar la hipertensión hasta que se vio que también inducía el crecimiento de los cabellos, al alargar sus ciclos y grosor. El problema es que por vía oral produce alteraciones en la tensión, por eso se usa en forma de lociones.
Una alternativa que sí se utiliza hoy en día son las inyecciones. Se inyecta el minoxidil periódicamente para que vaya al folículo con agujas muy pequeñas -similares a las que se utilizan para administrar el colágeno- que no dan molestias en el paciente.
Aminoácidos
Existe una relación sencilla entre los aminoácidos y el cabello: los aminoácidos son la base de construcción de todas las proteínas que se encuentran en el cuerpo, incluído el pelo, mientras que el pelo está compuesto por una proteína llamada queratina.
Si los aminoácidos no se suministran correctamente a las células de los folículos pilosos, el nivel de producción de la queratina se reducirá o perderá su fuerza. Esto puede provocar calvicie y pelo decolorado, es decir, canas.
Tratamiento quirúrgico
Trasplante
Existe un tercer método para luchar contra la calvicie de forma efectiva: el trasplante. Es muy poco invasiva, consiste en extraer pelo a pelo microinjertos de una zona que no tiene la enfermedad, como la nuca, y con anestesia local se implanta. El rechazo es inexistente, ya que se trata de células propias y solo es necesaria una intervención.
Existen tres técnicas diferentes que se utilizan para el transplante capilar: la técnica FUS (Folicular Unit Strip Surgery, en inglés), la técnica FUE (Folicular Unit Extraction, en inglés) manual y FUE asistida por robots. La primera tiene una cicatrización más lenta y algo más dolorosa, y deja un cicatriz más visible. La zona donante es limitada ya que la poca elasticidad del cuero cabelludo no permite realizar más de dos o tres procedimientos. Con esta técnica se consiguen hasta 3000 unidades foliculares, y se pueden hacer hasta dos intervenciones en caso de que la zona de pérdida de pelo sea extensa.
La segunda técnica mencionada consiste en la extracción de las unidades foliculares en forma individual a través de un instrumento quirúrgico especial. Este método es mínimamente invasivo, no requiere de cortes ni suturas, por lo que el proceso de cicatrización es mucho más rápido y no deja cicatrices visibles. Se destaca por tener una mayor zona donante al contar con la nuca y también con los laterales como zonas de extracción.
Por último, en el FUE asistido por robots se realiza la separación de la unidad folicular del cuero cabelludo guiado por cámaras digitales de alta resolución capaces de identificar individualmente el ángulo, la dirección y la densidad de miles de unidades foliculares.
La mayor ventaja de esta técnica es que mejora la calidad de los injertos, ya que solo los cabellos más robustos y viables son seleccionados.
No obstante, cuando la piel del cuero cabelludo comienza a verse y la densidad capilar disminuye, es momento de considerar la existencia de un problema como la calvicie.
La alopecia androgenética es causada por la acción de las hormonas masculinas, pero puede afectar a hombres y mujeres jóvenes de cualquier edad tras la adolescencia. En el género femenino, sin embargo, es más común que empiece tras la menopausia.
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Existen diversos tipos de soluciones para la calvicie: desde tratamientos farmacológicos -que han probado ser exitosos en la mayoría de los pacientes-, hasta opciones quirúrgicas. En el medio hay un abanico de posibilidades que los pacientes pueden elegir para enfrentar un problema de estas características.
Tratamientos farmacológicos
Finasteride
El finasteride es uno de los fármacos más populares contra la calvicie. En 2017, fue noticia porque el médico personal del presidente Donald Trump señaló que “a ese medicamento le debe su pelazo”.
El finasteride, es posiblemente el fármaco con más evidencia científica y el que mejor respuesta da, actúa bloqueando una enzima que hace que la hormona testosterona se transforme en otro metabolito que activa la calvicie. Este fármaco se toma por vía oral y tiene unos efectos secundarios muy temidos por algunos pacientes. Entre un 0,5 y un 1,5% sufre disminución del apetito sexual y trastornos de la erección y la eyaculación. De todos modos, se trata de un efecto adverso estadísticamente infrecuente y reversible, por lo que se puede solucionar con la simple suspensión del tratamiento.
Minoxidil
Este fármaco se utilizaba para tratar la hipertensión hasta que se vio que también inducía el crecimiento de los cabellos, al alargar sus ciclos y grosor. El problema es que por vía oral produce alteraciones en la tensión, por eso se usa en forma de lociones.
Una alternativa que sí se utiliza hoy en día son las inyecciones. Se inyecta el minoxidil periódicamente para que vaya al folículo con agujas muy pequeñas -similares a las que se utilizan para administrar el colágeno- que no dan molestias en el paciente.
Aminoácidos
Existe una relación sencilla entre los aminoácidos y el cabello: los aminoácidos son la base de construcción de todas las proteínas que se encuentran en el cuerpo, incluído el pelo, mientras que el pelo está compuesto por una proteína llamada queratina.
Si los aminoácidos no se suministran correctamente a las células de los folículos pilosos, el nivel de producción de la queratina se reducirá o perderá su fuerza. Esto puede provocar calvicie y pelo decolorado, es decir, canas.
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Trasplante
Existe un tercer método para luchar contra la calvicie de forma efectiva: el trasplante. Es muy poco invasiva, consiste en extraer pelo a pelo microinjertos de una zona que no tiene la enfermedad, como la nuca, y con anestesia local se implanta. El rechazo es inexistente, ya que se trata de células propias y solo es necesaria una intervención.
Existen tres técnicas diferentes que se utilizan para el transplante capilar: la técnica FUS (Folicular Unit Strip Surgery, en inglés), la técnica FUE (Folicular Unit Extraction, en inglés) manual y FUE asistida por robots. La primera tiene una cicatrización más lenta y algo más dolorosa, y deja un cicatriz más visible. La zona donante es limitada ya que la poca elasticidad del cuero cabelludo no permite realizar más de dos o tres procedimientos. Con esta técnica se consiguen hasta 3000 unidades foliculares, y se pueden hacer hasta dos intervenciones en caso de que la zona de pérdida de pelo sea extensa.
La segunda técnica mencionada consiste en la extracción de las unidades foliculares en forma individual a través de un instrumento quirúrgico especial. Este método es mínimamente invasivo, no requiere de cortes ni suturas, por lo que el proceso de cicatrización es mucho más rápido y no deja cicatrices visibles. Se destaca por tener una mayor zona donante al contar con la nuca y también con los laterales como zonas de extracción.
Por último, en el FUE asistido por robots se realiza la separación de la unidad folicular del cuero cabelludo guiado por cámaras digitales de alta resolución capaces de identificar individualmente el ángulo, la dirección y la densidad de miles de unidades foliculares.
La mayor ventaja de esta técnica es que mejora la calidad de los injertos, ya que solo los cabellos más robustos y viables son seleccionados.