Alcohol en el embarazo, ¿cuáles son los verdaderos daños que puede causar?
Actualmente, la mayoría de las personas sabe que la exposición al alcohol durante el embarazo puede repercutir negativamente en el desarrollo y la salud del feto. Más allá de la información que con frecuencia aparece en sitios o revistas especializados, son pocos quienes conocen cuáles pueden ser los daños reales que el alcohol puede provocar en el feto.
Por eso, para comprender en profundidad el proceso y así entender los motivos por los que es importante no consumir alcohol, cabe destacar cuáles son las consecuencias reales que este tipo de síndrome puede producir en el feto y, en un futuro, del bebé.
¿Cuáles son las manifestaciones del síndrome alcohólico fetal en el niño?
La gravedad de los síntomas del síndrome alcohólico fetal varía entre caso y caso; esto implica que algunos niños padecen los síntomas en un grado mucho mayor que otros. Los signos y síntomas del síndrome alcohólico fetal pueden comprender cualquier mezcla de defectos físicos, discapacidades intelectuales o cognitivas y problemas para desempeñarse y afrontar la vida diaria.
Dentro de los defectos físicos, los rasgos faciales característicos -ojos pequeños, el labio superior excepcionalmente delgado, nariz corta y hacia arriba- y la superficie de la piel lisa entre la nariz y el labio superior, es uno de las principales maneras de detectarlo. Además, malformaciones de las articulaciones, extremidades y dedos, crecimiento físico lento -antes y después del nacimiento- y el perímetro de la cabeza y tamaño del cerebro pequeño, también se encuentran entre las características frecuentes.
Asimismo, es posible que el niño presente dificultades en la visión o en la audición, al igual que defectos cardíacos y patología renal.
Por otro lado, entre los defectos que suele presentar el paciente, hay defectos cerebrales y neurológicos severos. Entre ellos cabe mencionar la deficiencia en la coordinación o en el equilibrio, trastornos en el aprendizaje, retraso en el desarrollo y capacidad intelectuales, mala memoria y problemas de atención y procesamiento de información. A su vez, las dificultades para razonar y resolver problemas o para identificar las consecuencias de las decisiones, la deficiencia en las habilidades de razonamiento, la hiperactividad y los cambios repentinos de humor, son manifestaciones frecuentes de este tipo de patología.
Por último, se debe tener en cuenta que también hay problemas sociales y de comportamiento que pueden indicar que el niño sufrió un síndrome alcohólico fetal. Dentro de este grupo, son frecuentes las dificultades en la escuela, problemas para relacionarse con otras personas, para adaptarse al cambio y de comportamiento y control de los impulsos. La imposibilidad de concentrarse fácilmente y de planificar o trabajar con un objetivo también pueden implicar este tipo de afección.
¿Cuáles son las causas médicas de este trastorno?
Si bien es obvio que para desarrollar este tipo de afección la causa directa y necesaria es el consumo de alcohol por parte de la madre, hay motivos específicos que producen esta patología.
Una vez que el alcohol ingresa al torrente sanguíneo, cruza la placenta y llega al feto en desarrollo. Así, el alcohol se concentra en la sangre del bebé en desarrollo en cantidades mayores que en el cuerpo de la mujer porque el feto metaboliza el alcohol más lento que el adulto.
La alta concentración de alcohol en sangre interfiere en el suministro de oxígeno y en la óptima nutrición del feto en gestación. En este sentido, es importante aclarar que ambos factores son clave para el desarrollo del futuro bebé, y si el proceso falla las consecuencias pueden ser severas. Tal como se mencionó anteriormente, la exposición al alcohol antes del nacimiento puede afectar el desarrollo de tejidos y órganos, así como provocar daño cerebral permanente.
Si bien no hay cantidad de alcohol que se considere segura de consumir durante el embarazo, cuanto más alcohol tome la mujer mientras esté embarazada, mayor será el riesgo para el feto.
¿Qué complicaciones pueden aparecer?
Hay una serie de trastornos en el comportamiento que no están presentes al nacimiento y pueden ser resultado del síndrome de alcoholismo fetal, en su mayoría se trata de discapacidades secundarias. El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), conductas como la agresión, conducta social inapropiada e incumplimiento de reglas y leyes, el consumo inapropiado de alcohol o de drogas y los trastornos de salud mental, como depresión, ansiedad o trastornos de la alimentación, pueden ser consecuencia indirecta de un síndrome alcohólico fetal.
Para evitar el desarrollo de este tipo de trastornos, la pauta fundamental que toda embarazada debe seguir es el no consumo de alcohol desde el momento en que conoce de su condición. De este modo, será posible prevenir la aparición de patología fetal y, en consecuencia, de afecciones más graves en el futuro niño.