• 10/12/2025
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Seis maneras rápidas de bajar el estrés en pocos minutos

La sensación de estrés puede aparecerse en diversos momentos de la rutina y, a veces, eliminarla puede ser más sencillo de lo que uno cree
Por J.M.
25/06/2025 - 16:40hs
Seis maneras rápidas de bajar el estrés en pocos minutos

En el ritmo incesante de la vida actual, el estrés se ha convertido en un compañero casi constante para muchísimas personas. No solo se manifiesta ante grandes desafíos, como una fecha límite importante en el trabajo o un problema personal, sino que también se cuela en los pequeños momentos: el tráfico, el exceso de información digital, las responsabilidades diarias que se amontonan. Esta tensión persistente, que a menudo se vuelve un zumbido de fondo, puede minar nuestra energía, afectar la claridad mental y hasta derivar en síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos o dificultades para dormir. Reconocer su presencia es el primer paso, pero el verdadero desafío es encontrar herramientas para manejarlo.

Lo cierto es que, cuando el estrés nos golpea, no siempre contamos con el lujo de tener horas libres para una sesión completa de meditación, un largo paseo por la naturaleza o una jornada de spa. La vida moderna exige soluciones rápidas y efectivas. Afortunadamente, eliminar esa sensación de agobio puede ser más sencillo y accesible de lo que uno cree. No necesitás grandes inversiones de tiempo o dinero para recuperar la calma y el equilibrio.

La buena noticia es que existen técnicas avaladas por la ciencia que nos permiten recuperar la calma en cuestión de minutos, casi al instante. De hecho, una reciente recopilación de National Geographic destaca seis maneras prácticas y sorprendentemente efectivas para bajar los niveles de estrés, utilizando recursos que están al alcance de tu mano y que podés aplicar en cualquier momento del día. Preparate para descubrir cómo pequeñas acciones pueden generar grandes cambios en tu bienestar.

Cómo bajar el estrés con técnicas fáciles en pocos minutos

Tomá nota de estas estrategias probadas que te pueden ayudar a retomar el control y encontrar la paz en medio del caos:

  1. Respirá profundamente (y de forma consciente): Pocas cosas tienen un impacto tan inmediato y poderoso en tu sistema nervioso como la forma en que respirás. Estudios científicos demuestran que la respiración profunda y controlada puede reducir la presión arterial, desacelerar el ritmo cardíaco y mejorar la variabilidad de la frecuencia cardíaca, un indicador clave de resiliencia ante el estrés. Además, ayuda a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés vinculada a problemas como el insomnio y la "niebla mental". Incluso se ha relacionado con una mejor regulación emocional y memoria. Si tenés poco tiempo, probá la "respiración coherente": inhalá durante seis segundos y exhalá durante seis, manteniendo un ritmo constante y sin pausas. Este simple ejercicio puede calmar tu sistema nervioso y aliviar el estrés en apenas unos minutos.
  2. Abrazá fuerte (o simplemente tocá): El contacto físico, incluso en pequeñas dosis, es sorprendentemente efectivo. Un abrazo rápido o un toque suave pueden desencadenar la liberación de oxitocina, conocida como la "hormona del amor", que ayuda a regular el estrés y a fomentar sentimientos de conexión. Un estudio reveló que parejas que se abrazaron durante 20 segundos antes de una tarea estresante tuvieron una frecuencia cardíaca y presión arterial más bajas que las que no lo hicieron. Pero no necesitás a otra persona para obtener los beneficios: investigaciones demuestran que el auto-contacto (como colocar una mano sobre el corazón, frotarte los brazos o tocar suavemente tu rostro) también puede reducir los niveles de cortisol.
  3. Salí al aire libre por unos minutos: Incluso un breve período de tiempo bajo la luz natural puede hacer maravillas por tu bienestar. Ayuda a restablecer tu ritmo circadiano (fundamental para un buen sueño), favorece la producción de vitamina D y mejora la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Si además podés estar en un espacio verde, los beneficios se multiplican: reduce la inflamación, disminuye el cortisol y mejora el estado de ánimo. Un análisis de estudios encontró que las mejoras más significativas en el humor y la variabilidad de la frecuencia cardíaca se producen dentro de los primeros dos minutos al aire libre. ¿No hay un parque cerca? Incluso un patio soleado o el balcón de tu casa sirven.
  4. Caminá a paso ligero durante 5 minutos: Caminar no es solo bueno para tu salud física; es también una herramienta probada para despejar la mente y mejorar el pensamiento. Este movimiento simple aumenta el flujo sanguíneo y el oxígeno a la corteza prefrontal, la parte del cerebro responsable del enfoque, la planificación y la toma de decisiones. Al mismo tiempo, activa la red de modo por defecto, un sistema cerebral que se enciende durante actividades repetitivas de bajo esfuerzo y está fuertemente vinculado a la ensoñación y la creatividad. Caminar también se ha asociado con una mejor función ejecutiva, memoria de trabajo y un estado de ánimo más positivo. Un estudio de Stanford, por ejemplo, demostró que los participantes generaron significativamente más ideas creativas mientras caminaban que mientras estaban sentados, y el impulso de creatividad se mantuvo incluso después de que dejaron de moverse.
  5. Sentate derecho: La buena postura va más allá de la alineación de la columna vertebral; es una conversación bidireccional entre tu cuerpo y tu cerebro. La investigación en cognición encarnada sugiere que la forma en que te sentás o parás puede influir en cómo pensás y sentís. Encorvarse se ha relacionado con una menor autoestima, energía reducida y un diálogo interno más negativo. Sentarse erguido, por otro lado, ha demostrado aumentar el estado de alerta, incrementar la confianza, apoyar la regulación emocional e incluso aumentar la persistencia en tareas estresantes. Un simple chequeo de postura de 30 segundos puede ayudarte a reenfocar. Intentá echar los hombros hacia atrás, levantar el pecho e imaginar una cuerda tirando suavemente de la coronilla de tu cabeza hacia el techo.
  6. Poné tu canción favorita: Tu lista de reproducción personal podría ser la "receta" más fácil de seguir. Escuchar música que disfrutás puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, aumentar los niveles de dopamina e incluso mejorar tu respuesta inmunológica. La música también puede disminuir la ansiedad, mejorar la calidad del sueño y suavizar la percepción del dolor, a veces rivalizando con la efectividad de medicamentos de venta libre. Además, activa regiones del cerebro asociadas con la memoria y la emoción, lo que podría explicar por qué la canción correcta puede cambiar instantáneamente tu estado de ánimo.
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