Ozempic empieza a ceder terreno: así son las terapias que renovarán la lucha contra la obesidad
La batalla contra la obesidad está por abrir un capítulo distinto. Tras el boom mundial de semaglutida y tirzepatida —presentes en Ozempic, Wegovy y Mounjaro— otra camada de terapias comenzará a disputarse el protagonismo en los próximos meses.
Pastillas de uso sencillo, dosis más espaciadas, formulaciones más fuertes y compuestos que prometen menos efectos adversos conforman lo que algunos medios internacionales, como The Washington Post, ya describen como "Ozempic 2.0".
De acuerdo con especialistas, este cambio podría convertirse en una "ola transformadora para la salud", dado que millones de personas en el mundo ya utilizaron estos tratamientos con resultados significativos.
Qué trae la nueva generación de fármacos para bajar de peso
Pastillas que buscan reemplazar al pinchazo
La primera gran novedad vendría de la mano de las farmacéuticas Novo Nordisk y Eli Lilly, que avanzan en cápsulas para controlar el peso capaces de simplificar el tratamiento actual. La promesa: medicamentos que no requieren frío, que serían más económicos y que evitarían la autoinyección, hoy una barrera para muchos usuarios.
Ensayos clínicos preliminares indican que su eficacia sería algo menor frente a las versiones inyectables. En un estudio reciente, quienes tomaron las pastillas redujeron entre el 11% y 14% de su peso en un año, frente al 15% al 20% alcanzado por las aplicaciones subcutáneas.
Inyectables más potentes: la próxima línea de batalla
Mientras tanto, las empresas también impulsan una evolución de los inyectables tradicionales. Eli Lilly trabaja en una molécula denominada retatrutida, diseñada para actuar con más intensidad y favorecer descensos de peso superiores, enbparticular en pacientes con obesidad severa.
En un estudio, la dosis más alta posibilitó una baja del 24,2% del peso corporal en 48 semanas, y los investigadores estiman que ese porcentaje podría ampliarse con el tiempo.
En otro orden, Novo Nordisk avanza con CagriSema, una combinación de semaglutida y un análogo de amilina, una hormona relacionada con la saciedad. Los primeros resultados muestran reducciones cercanas al 20% del peso, una mejora de alrededor de cinco puntos respecto del uso exclusivo de semaglutida.
Dosis más cómodas: una inyección al mes
Otra línea de investigación apunta a mejorar la adherencia. Los laboratorios buscan reemplazar las tomas diarias o inyecciones semanales por un esquema mensual que mantenga la efectividad y simplifique la rutina del paciente.
Según adelantó The Washington Post, varios desarrollos ya están en etapas de estudio para ofrecer terapias de aplicación mensual sin perder potencia.
Con estas innovaciones, los especialistas anticipan un escenario decisivo: tratamientos más simples, accesibles y potentes podrían ampliar el alcance de la atención contra la obesidad. Si los nuevos ensayos confirman su eficacia y seguridad, la próxima generación de fármacos promete redefinir cómo se aborda el control del peso en todo el mundo.