Tesorería digital: cómo las instituciones están abandonando el efectivo y ganando en recaudación
Las costumbres financieras de los argentinos están cambiando en sintonía con la tecnología. El efectivo convive hoy con nuevos actores que toman cada vez más fuerza: billeteras virtuales, pagos con QR, tarjetas contactless y débito automático.
En este nuevo escenario, cada vez más instituciones -desde gobiernos y universidades hasta empresas, clubes y consorcios- eligen apostar por herramientas digitales que simplifican la gestión financiera y mejoran la experiencia de cobro y pago. Esta transformación, impulsada también por una ciudadanía más habituada a operar digitalmente, representa tanto una oportunidad como un desafío.
En muchos casos, la falta de infraestructura, conocimiento técnico o acceso a servicios financieros tradicionales dificulta la adopción plena de estos medios. Para muchas entidades, especialmente las que se gestionan con recursos limitados, digitalizar sus procesos internos puede parecer inalcanzable.
La falta de medios de cobro puede generar obstáculos para las instituciones, ya que obliga a los usuarios a disponer siempre de efectivo. Esto va a contramano de la tendencia actual, donde su uso disminuye y las extracciones en cajeros son cada vez menos habituales.
Según el Índice Payway, que analiza el uso de distintos medios de pago, las extracciones de efectivo cayeron un 4,21% en el último trimestre de 2024 respecto al trimestre anterior. La caída es aún más marcada en la comparación interanual: un 12,24% menos que en el mismo período de 2023.
Pago TIC, un aliado en la transición hacia la digitalización
Pago TIC (Pay Per TIC) surge para acompañar ese cambio. Su propuesta es una solución integral de Tesorería Digital, para que instituciones de todo tipo puedan ordenar sus finanzas, centralizar sus cobros y ofrecer a sus usuarios una experiencia automatizada, conciliada, accesible y segura.
Con más de 1500 entidades activas, Pago TIC trabaja con municipalidades, universidades, clubes, consorcios, centros educativos y empresas, brindando una plataforma que se adapta al nivel de digitalización y recursos de cada organización.
Uno de los diferenciales más valorados por las entidades es la posibilidad de incorporar débito automático, lo que permite asegurar ingresos recurrentes y reducir la morosidad. En sectores donde antes se cobraba solo en efectivo, esta función transforma por completo la gestión administrativa.
Además, el acceso a la plataforma no tiene costo de apertura ni de mantenimiento, y los únicos aranceles se aplican sobre pagos exitosos. El único requisito para comenzar a operar es que la entidad esté correctamente constituida y pueda acreditar su situación legal básica (Personería Jurídica, Estatuto Social, acta de autoridades y Declaración Jurada de Actividad).
Para muchas organizaciones, esta digitalización no solo representa un avance operativo: también significa tranquilidad, orden financiero y la posibilidad de brindar un mejor servicio a quienes los eligen, ya sea socios, clientes, alumnos o contribuyentes.