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iProfesional fue el primer medio en ingresar en una de las estaciones ubicadas en Las Toninas, donde pasa casi todo el tráfico de la Red con el exterior
02/10/2014 - 10:00hs

Esta nota que usted está leyendo en la pantalla de su computadora, tableta o teléfono móvil pasó antes por Las Toninas, un pequeño balneario de la costa atlántica bonaerense a 258 km de distancia en línea recta desde Buenos Aires.

Y si decide compartir esta nota por Facebook, Twitter, Google + o LinkedIn, el clic que hará sobre el icono de esas redes sociales pasará también por esta pequeña localidad de algo más de 5200 habitantes, según el censo nacional de 2010.

En Las Toninas, un centro turístico que además de las playas tiene un laberinto de 6400 m2, se encuentran las estaciones de amarre de los cables submarinos por donde pasa casi todo el tráfico de Internet de la Argentina con el exterior.

El imaginario popular cree que ese tráfico se transporta en parte por vía satélite, quizás por consecuencia de la famosa antena satelital de la ex empresa telefónica estatal Entel cercana a la ciudad bonaerense de Balcarce.

Pero en realidad la voz, los datos y las señales de video que se trasladan por la Red pasan por cables de estrecho grosor, como se puede observar en la siguiente foto tomada por el autor de esta nota, quien visitó Las Toninas invitado por una de las empresas mayoristas de telecomunicaciones propietarias de estas infraestructuras vitales para el país:

A las playas de las Toninas y sus alrededores llegan cinco cables submarinos. iProfesional fue el primer medio que visitó una de las estaciones de amarre de estos vínculos, que funcionan como la principal puerta de entrada de Internet en la Argentina.

A unos 100 metros a la izquierda del tradicional arco de entrada al pueblo, al costado de la ruta provincial 11, se encuentran las instalaciones de la empresa Level 3, un proveedor de servicios de comunicaciones para clientes empresariales, gubernamentales y mayoristas, con presencia en 55 países a través de una plataforma global apuntalada por redes de fibras propias en tres continentes y conectadas por extensas instalaciones submarinas. 

Los otros cables submarinos que llegan a Las Toninas son el South America-1, de Telefónica; el Atlantis 2, de diferentes operadores americanos y europeos; el Bicentenario, de la uruguaya Antel y la argentina Telecom; y el Unisur, el más antiguo de todos. 

Según el sitio especializado Telegeography, sólo están operativos los de Level 3, Telefónica, Atlantis 2 y Antel. 

El anterior y el siguiente mapa pertenecen a ese medio, y pueden ampliarse aquí.  

En el siguiente video realizado por Telefónica, Claudio Romanazzi, jefe de Estación de Amarre Las Toninas, y su equipo, explican las características de la tecnología del cable submarino, sus ventajas y la manera en que se instala para cubrir miles de kilómetros a través del océano Atlántico.

La primera estación que se construyó en Las Toninas está en la calle 1 y 26, frente a la comisaría. El segundo centro de conexión está en la calle 7, cerca de Costa Chica y Santa Teresita.

En el caso de Level 3, la estación ocupa un predio en las calles 31 y 24. En el lugar, donde trabajan tres ingenieros de la empresa y personal de seguridad, se vigila un cable procedente del puerto brasileño de Santos y que ingresa a Las Toninas unos metros debajo de la playa, a la altura de la calle 22.

Debajo, el edificio de Level 3, en una foto del autor de esta nota:

En rigor, el cable submarino no llega a la estación vecina a la ruta 11 si no a una estación de amarre, en medio de las dunas de la playa.

De allí sale un cable terrestre que va encofrado en hormigón y bajo tierra durante unos 1.800 metros por las calles 22 y 24 y 31 hasta llegar al edificio que se puede ver desde la ruta Interbalnearia, al costado del arco de entrada.

Afuera y adentro del océanoCada tramo del cable submarino de fibra óptica tiene entre 80 y 100 km de distancia, y cada 60 km hay un repetidor. Entre Las Toninas y Santos hay 32 repetidores.

Los elementos que conforman un sistema de cable submarino son los siguientes:

  • Una estación terminal.
  • Un equipo alimentador de energía.
  • Un equipo óptico de transmisión.
  • El propio cable submarino.

El cable que se sumerge en el océano consta de un núcleo de fibra óptica del diámetro de un cabello, envuelto en una capa de plástico con resina, que a su vez está recubierta por una malla de alambres de acero y un tubo de cobre, que a su vez está contenido dentro de un grueso tubo de plástico de apariencia siliconada.

Este conjunto está embutido en un tubo de aluminio electrostático y protegido por una cubierta de goma vulcanizada.

La fibra óptica está rodeada de acero para mantenerla firme y de cobre para alimentar con energía eléctrica a los repetidores.

El repetidor amplifica la señal a 5 mil metros de profundidad promedio y soporta las tensiones mecánicas cuando sufren tirones por diversos motivos, como redes de barcos pesqueros o choque de animales como ballenas.

La fibra óptica contiene una tecnología de transmisión flexible, por la cual no hace necesario cambiar el cable o introducirse en él para aumentar su capacidad. Así, cada par de fibra soporta hasta 1,6 TB, y cada cable submarino tiene cuatro pares de fibra.

El cable submarino en sí tiene fibra óptica identificada con varios colores: azul, verde, marrón, rosa, naranja, negro, amarillo y rojo.

Los tres técnicos que trabajan en la estación se encuentran en la sala de transmisión que “mira a Santos” (según explicaron en la jerga cablera), observan el comportamiento del cable, sin capacidad de filtrar o espiar el contenido de las comunicaciones. 

Por razones de seguridad no se pudo no fotografiar ni filmar el interior de las instalaciones de la estación terrestre.

Hay otra sala dedicada a la conexión terrestre con Buenos Aires. Allí hay laptops del año 2000 que están dedicadas a observar aquellas tecnologías de transmisión de principios de siglo que aun hoy siguen operativas.

La estación fue inaugurada el 8 de noviembre de 2000, luego de un año de construcción. Por sus cables pasan las comunicaciones de clientes de Level 3 de la Argentina, Perú, Chile y Brasil.

El cable sale de la estación de Las Toninas en dirección al océano Atlántico con una canalización terrestre encofrado en hormigón. Recorre unos 1800 metros hasta llegar a la playa, donde se encuentra una cámara. 

En este lugar se une al cable submarino propiamente dicho, que está hundido en la playa y recién toma contacto con el agua un millar de metros mar adentro.

En este tramo, el cable cuenta con una armadura reforzada para enfrentar los peligros comunes de la costa, como las actividades pesqueras y el fondeo de buques. 

Para evitarlos, en el caso de Las Toninas está vedado el ingreso o paso de embarcaciones a un km a cada lado de la cámara. Un dato para los curiosos que quieran descubrir el cable: no hay boyas que lo identifiquen.

Una vez que toma contacto con el agua, el cable se apoya en el fondo, aunque pierde contacto con el lecho cuando atraviesa zonas submarinas escarpadas, o con mucha actividad geológica.

En el siguiente video de un canal local, se explica el sistema de cable que conecta con Uruguay:

Un balneario pequeño¿Por qué se eligió Las Toninas, un lugar que en verano se colma de turistas de clase media y baja del Gran Buenos Aires.? Ernesto Curci, vicepresidente del área de Service & Network Management de Level 3, quien acompañó a iProfesional en la visita a la estación, explicó que es el lugar más cercano al mar desde Buenos Aires. El río de la Plata impide la instalación de este tipo de infraestructuras por el sedimento que trae de sus afluentes superiores.

Sin embargo, la playa bonaerense sufre procesos de erosión, en especial por las sudestadas fuertes, por lo cual periódicamente se debe reponer arena alrededor del cable. Además, cada seis meses un agrimensor revisa las condiciones, siempre en temporada baja de turistas.

La estación de Level 3 en Las Toninas cuenta con cuatro grupos electrógenos y gasoil suficiente para alimentarla durante una semana en caso de un corte de energía.

No hay en el lugar supercomputadoras con pantallas gigantescas que monitoreen el tráfico de Internet. Tampoco un ejército de personas que trabajen día y noche en el lugar. Apenas tres técnicos y personal de seguridad en el interior del lugar.

De la costa bonaerense, el enlace de Level 3 se dirige a Buenos Aires, y luego a Rosario, Córdoba y Mendoza para pasar a Santiago de Chile a través de la Cordillera de los Andes. Si llega a ocurrir un corte con el enlace toninense, la conexión a la Red se reestablece por Chile.

Los cables son tendidos por buques especializados que navegan muy lentamente. La cargar en el barco demanda varias semanas, a un ritmo de unos 100 metros por minuto a unos tanques de 7 metros de profundidad y 19 metros de longitud.

¿Qué se hace cuándo se corta un cable submarino? Una vez localizada la falla, se envía un buque para su reparación. 

Los buzos descienden hasta 80 metros, debajo de esa profundidad sólo operan robots.

El cable submarino sale de la Argentina, llega a Santos, de allí a Río de Janeiro, Fortaleza (Brasil), las islas Vírgenes hasta Panamá, para luego ir a Perú y Valparaíso (Chile), conformando un gran anillo alrededor de Sudamérica.

Un grupo en Facebook propone desde hace unos años que se declare a Las Toninas como “capital nacional de Internet”. Sin embargo, el pueblo no tiene ningún aspecto de Silicon Valley californiano o con una impronta tecnológica destacada. 

Las conexiones a la Red en el lugar no la dan los mayoristas presentes en la zona, como Level 3 o Telefónica, si no Cablevision e ITV, un proveedor local. Sus velocidades de conexión no difieren del resto de los balnearios de la zona del Tuyú y del país, pese a que están en la puerta de ingreso de la Red al país.

Desde Level 3 aclararon que no se trata de una cuestión que los incumbe, porque la empresa es mayorista y vende sus servicios a grandes clientes y/u operadores. Es una situación similar, compararon, con las empresas que extraen petróleo o gas en yacimientos vecinos a localidades cuyos habitantes deben abastecerse de nafta a través de otras compañías.