Las diez claves para comprar un teléfono móvil sin tener ninguna idea de celulares
Ante el cambio de año, muchas personas tienen en mente un teléfono móvil como una inversión en beneficio propio o para regalar o sorprender a un familiar o amigo.
Sin embargo, no son pocos los que se sienten perdidos ante los exhibidores de terminales que a primera vista son similares.
En esos locales es frecuente observar la escena de una persona cualquiera que mira alternativamente torciendo el gesto ante dos teléfonos negros que sostiene en sus manos.
Tienen pantallas de tamaño idéntico, mismo precio, aunque distinta marca. La etiqueta le muestra una serie de parámetros que invitan a pensar en la superioridad de uno frente a otro en algún aspecto concreto y del segundo frente al primero en otra característica.
Al final, guiado por el marketing de algunas compañías, el cliente adquiere el equipo de la marca que le “suena” más o el que le indica el vendedor con una estrategia clara de dar salida a algunos teléfonos que se le acumulan.
En resumen, agobiados por la indecisión, la persona hace una compra aleatoria, no fundada en lo que quiere y espera del producto y así llega la frustración de no tener el móvil que le gustaría o haber hecho un regalo “envenenado” a un ser querido.
¿Qué se debe tener en cuenta al elegir el teléfono adecuado para la persona que lo va a usar? Para unos será la cámara, otros valorarán que no vaya lento y otros que la batería dure mucho.
Se hará una compra racional y ajustada a las necesidades del comprador, con una inversión equilibrada y sin la incertidumbre que genera pensar que no se sabe lo que se adquirió. Para estos compradores, los siguientes consejos que difundió la agencia Efe:
Tamaño de pantalla
La tendencia se dirige hacia las pantallas grandes, superiores a 4,5 pulgadas. Cuando se superan las 5,5 pulgadas se suele hablar de “phablet”, que es la unión de las palabras “pone” (teléfono en inglés) y tableta.
Es posible que una pantalla de menos de 4 pulgadas le resulte muy incómoda para, por ejemplo, escribir mensajes en servicios como WhatsApp.
En el otro extremo, los más grandes podrían parecer excesivos para llevar en un bolsillo.

En el caso de las mujeres el bolso solventa el problema y en los varones depende un poco de si llevan pantalones muy ajustados o no.
Si es así, se marcará demasiado el teléfono en el bolsillo y puede ser un poco molesto al agacharse. Entre 4,3 y 4,7 pulgadas son unos tamaños más que aceptables.
Resolución
¿Por qué unas pantallas se ven mejor que otras? Realmente cuando se ven fotos o videos en un teléfono de gama alta se aprecia una nitidez y unos colores muy atractivos.
La resolución se expresa en píxeles, por ejemplo 1080 x 1920, es decir Full HD, 720 x 1280 o 480 x 800, que puede tener un terminal de gama media o baja.
Sin embargo hay que tener en cuenta que esta variable guarda relación con el tamaño de la pantalla.
Cuanta más pequeña sea la pantalla menos se notará una baja resolución y se verá la imagen bastante bien.
El problema puede surgir si se compra un móvil con una pantalla muy grande y con poca resolución.
Hay una medida que resulta de comparar resolución con tamaño de la pantalla que es la densidad de píxeles, también llamado los píxeles por pulgada o ppp.

Si lo ve en la lista de características puede ayudar a hacerse una idea. Con más de 300 ppp se gozará de gran calidad de imagen.
Procesador
El procesador es el cerebro del “smartphone”. Este apartado y el siguiente, la memoria RAM, van a determinar la agilidad con la que el teléfono ejecuta las operaciones, cuánto tarda en encenderse, en abrir una aplicación, en pasar las fotos que se ven. Ésa es la gran diferencia entre los teléfonos de gama media y los de gama alta.
Independientemente del fabricante, también puede hacer dudar el hecho de que digan que uno tiene un simple núcleo, dos (dual) o cuatro (quad).

En teoría, a más procesadores mayor rapidez, ya que cada núcleo funciona independientemente para realizar instrucciones generadas por las aplicaciones y al haber varios, se dividen el trabajo entre ellos dando como resultado la máxima rapidez y que no se quede “atascado”.
Memoria RAM
Otro apartado crucial para saber qué se está comprando. Tanto los iPhone de Apple como los Windows Phone están concebidos para rendir muy bien sin una exigencia de memoria que sí tiene los teléfonos con sistema operativo Android.
En este caso, un terminal con sólo 512 Mb de memoria RAM no se va a mover con fluidez, sobre todo cuanto se tengan varias aplicaciones abiertas. 1Gb de memoria y 2 GB en los de gama más alta garantizarán una experiencia satisfactoria.

Si se encuentran dos teléfonos de precio similar y uno tiene 512 Mb y el otro tiene un GB no hay que dudar que se debe comprar el segundo de ellos, incluso aunque costase un poco más. Es una característica muy importante.
Tarjeta SD
Los teléfonos tienen un “disco duro” integrado. En la gama media puede tener una capacidad de 4 u 8 Gb.
Con la grabación de vídeo o la biblioteca de música eso puede llenarse rápidamente y si está al límite hará más lento al teléfono.
Por eso es importante que el teléfono admita la posibilidad de insertar una tarjeta micro SD de ampliación de memoria.
Entonces se gozará, por un precio muy bajo, de un poder de almacenamiento mucho más generoso.
Eso sí, luego se debe indicar al teléfono mediante el menú de opciones correcto que, por ejemplo, todas las fotos y vídeos que se tomen con la cámara las almacene en esa tarjeta, dejando espacio de la memoria interna para alojar aplicaciones y programas.
Por supuesto, todo esto será posible si el terminal ofrece la posibilidad de insertar una tarjeta micro SD, algo que no ocurre con todos los “smartphones”.
Batería
No existen más aquellos móviles cuya batería duraban una semana. Eran equipos que se usaban sólo para llamar o escribir un SMS. Hoy se le dan muchos más usos derivados de la conexión a internet, la enorme pantalla, su cámara de fotos…
En el mejor de los casos, la batería de un “smartphone” de cualquier nivel y precio no llegará al día y medio. Con poco uso, algunos aguantarán dos jornadas.
La batería es el auténtico talón de Aquiles de los móviles. Al final se adopta la costumbre de cargarlo todas las noches.
En este apartado no cabe duda, cuanto más mejor. La capacidad de la batería se mide en miliamperios hora (mAh).
Si se habla de más de 2.400 mAh el teléfono tendrá una muy buena batería. Algunos modelos tienen la batería integrada de tal manera que no puede reemplazarla uno mismo.
Con los años, la batería dura cada vez menos y si se puede comprar otra y cambiarla, se alargará su vida útil. Así que no es mala opción que pueda quitarse con facilidad.
Cámara
La cámara de fotos es una de las características en las que más se fijan los compradores. La referencia evidente es el número de megapíxeles.
Con 5 MP muchas personas verán colmadas sus expectativas y 8 MP ya es una buena medida, puesto que tampoco se quiere sacar imágenes del tamaño de un poster.
La calidad de una foto viene determinada también por la lente en sí misma. Algunos teléfonos hacen muy buenas fotos y otros no tanto, sobre todo cuando las condiciones de iluminación no son las idóneas.

Los modelos de gama baja carecen de flash, pero casi todas dejarán satisfecha al usuario aficionado. No hay que obsesionarse con la cámara.
Sistema operativo
El sistema operativo Android de Google copa casi el 90 por ciento del mercado mundial de “smartphone”. Después aparecen el iOS de Apple y el Windows Phone.
Android exige más al teléfono y un Windows Phone, por ejemplo, funciona con fluidez con menos memoria RAM.
En cualquier caso, una persona poco ducha con la tecnología siempre muestra miedo a cambiar de entorno.
“Si yo ya sé cómo funciona éste”, “No voy a encontrar los menús”… Son frases que se escuchan cuando se plantea el cambio a otro sistema. Hay miedo y resistencia.
Sin embargo, se debe saber que, con sus particularidades, los gigantes que hay detrás de los sistemas operativos diseñan sistemas intuitivos y sencillos, que permiten a cualquiera manejar las funciones básicas. Con un poco de práctica se hará con ello.
A grandes rasgos se podría decir que las aplicaciones llegan antes a iPhone y Android, que Windows tiene un catálogo más reducido, aunque cuenta con las más populares.
Los teléfonos de Apple son los menos personalizables a la hora de organizar las pantallas y los programas al gusto del usuario, poner “widgets” en los escritorios y accesos directos.

Si no se tiene ningún motivo serio, el miedo a no saber manejarlo no puede ser uno de ellos, y no hay que descartar ningún sistema operativo para su compra
Resistencia a golpes
Hay personas que tienen cierta tendencia a que su teléfono se vaya al suelo de vez en cuando. Sólo una mínima parte de los usuarios renuncia a colocar una funda protectora al móvil. Hay millones, desde las más sobrias a las que rozan –o rebasan- el límite de lo estrafalario.
Pero cuando se ve un terminal en la tienda ya se puede intuir su robustez cuando la carcasa es de un plástico que aparenta resistencia.
Las esquinas y la pantalla son los puntos más vulnerables. Respecto a esta última, a veces se verá en la etiqueta la denominación Gorilla Glass junto a las especificaciones de la pantalla.

Esto significa que el cristal está fabricado con un material sintético especial que lo protege frente a arañazos y otras agresiones que dejarían muescas en la frontal. Con todo, una buena funda siempre viene bien.
¿3G o 4G?
La conexión a la red 4G que comenzará a desplegarse en la Argentina en 2015 no es algo que esté presente en todos los teléfonos.
El 4G permite disfrutar de altas velocidades sin necesidad de estar conectado a una red Wi-Fi. Por ejemplo, se podrá ver una serie de televisión en plena calle, subir los videos a las redes sociales sin problemas.

Pero lo cierto es que usuarios que quieran consultar Internet de vez en cuando, usar programas tipo WhatsApp, ver su Facebook y poco más puede vivir muy a gusto en un entorno 3G y conectarse al Wi-Fi de casa, un local o el trabajo para disfrutar de altas velocidades de conexión.