¿Acaso mi plata no vale?: el trasfondo de la pelea por el espectro para telefonía móvil
¿Qué diferencia hay entre 602, 590, 427 y 318? Que son números distintos, unos más grandes, otros más chicos. ¿Qué pasa si a cada una de estas cifras se le agrega la palabra millones? Ya está dando cuenta de algo mucho más importante. Y si, encima, se trata de millones de dólares, ni hablar.
Las tres primeras cifras son las que pagaron las empresas de telecomunicaciones, Personal, Claro y Movistar, para hacerse de espectro 3G y 4G a finales de 2014. La última es la que pagó Clarín por comprar Nextel y, luego a través de esta, a cinco empresas más. La diferencia entre las tres primeras cifras y la última es la comidilla del sector en las últimas semanas.
Personal, de Grupo Telecom, desembolsó u$s 602 millones para quedarse con 20 Mhz en la banda de 700 y 30 Mhz en la de 1700 (o 1,7-2,1 en la jerga más tecno). Claro aportó u$s 590 millones por 30 Mhz en 700 y 20 Mhz en 1700). Telefónica se hizo de espectro sólo para 4G por u$s 427 millones por 20 Mhz en la banda de 700 y la misma cantidad en la llamada AWS (1,7-2,1).
Uno de los planteos administrativos que efectivizó Telefónica para mostrar su malestar con la forma en que se están impulsando los cambios en el mercado de las telecomunicaciones, y sobre el que ya informó iProfesional, apunta justamente al dinero desembolsado por la compañía en concepto de espectro.
Clarín pagó u$s 178 millones para comprar Nextel. Luego, Nextel aportó u$s 140 millones para adquirir Skyonline, Netizen, Trixco, Infotel y Callbi. En total, son u$s 318 millones. Por ese dinero, Cablevisión/Fibertel accedió a una porción de espectro en la banda de 800 Mhz, y otra porción en la de 400 Mhz (la típica de Nextel para dar servicio de trunking o radio de doble vía), tras la adquisición de Nextel.
Luego, hace un mes, cuando se concretó la operación de las cinco empresas, Clarín sumó más espectro. Esta vez en la banda de 900 Mhz y en la de 2,5 Mhz. Aunque la compañía tendrá que hacer un trabajo intenso desde el punto de vista tecnológico para brindar servicios en bandas altas y bajas, el monto desembolsado por hacerse de ese espectro dista del aportado por las tres empresas que brindan servicios de telefonía móvil.
El malestar es por dinero. Aunque fue Telefónica la que decidió fijar su planteo de manera formal, habría cierta coincidencia en la mirada de parte del resto de las competidoras del mercado.
Es inevitable. Negocios son negocios, dicen en el barrio. Y a ninguna empresa le gusta que la competencia ingrese mercadería por una puerta distinta a la que debieron utilizar ellas para hacerse de su insumo básico: licitación versus adquisición de empresas con espectro.
Pero no es todo. En el reclamo administrativo, Telefónica no sólo se habría quejado de la diferencia de dinero que debieron pagar las jugadoras del sector para quedarse con espectro en 3G y 4G sino también en los plazos de asignación de ese recurso e, inclusive, en los topes de espectro que debe tener cada operador del sector, señalaron fuentes del mercado.
Hoy, ninguna empresa puede tener más de 50 Mhz de espectro para dar servicios de las distintas tecnologías. Fue la razón por la que, allá por 2005, cuando Telefónica compró Movicom, fue obligada por el Gobierno a devolver frecuencias que superaban ese tope.
A partir de los movimientos realizados por Clarín, que busca fortalecerse en su rol de cuarto operador de telefonía móvil, Telefónica decidió actuar. En uno de los planteos elevados al Poder Ejecutivo las fuentes consultadas dijeron a este medio que la compañía también habría expresado su intención de comprar o participar de eventuales licitaciones de espectro en las bandas de 900 Mhz y de 2,5 Ghz. Las mismas que obtuvo el multimedios con la última operación por medio de Nextel.
Un dato final: las tres empresas ya pagaron al Gobierno el total de lo ofertado, es decir, u$s 1.156 millones, con un detalle: el Gobierno aún no les ha entregado la porción que cada una de ellas se adjudicó en la banda de 700 Mhz, que permite dar servicios móviles en 4G, y que permitiría un despliegue de red mucho más rápido que el que desarrollaron hasta ahora. El próximo 18 de julio se vence el plazo para que las compañías reciban esas bandas que aún está siendo utilizadas por otras empresas.
La protesta de Telefónica contra Clarín - evidenciada en el segundo planteo administrativo de los dos que elevó en las últimas semanas- es una muestra de cómo comienza a reconfigurarse el mercado de las telecomunicaciones en la Argentina. Y de cómo se potencien los conflictos dependerá la actuación del regulador.
En momentos en que se avanza en la elaboración de una ley de comunicaciones convergentes, ya se ven los primeros chispazos que presentará el mercado. El regulador, el Ministerio de Comunicaciones a través del Enacom, deberá estar atento para actuar, garantizar la competencia y aplicar las reglas de manera clara para todos los actores. Porque de sus decisiones dependerá la ampliación y calidad de los servicios de telecomunicaciones que reciban los argentinos. Aunque las empresas protesten por plata.