Huawei: de ser una marca desconocida "made in China" a agitar el mercado
La empresa china Huawei llegó recién en 2008 al mercado de consumo masivo a pesar que antes había producido productos marcas blancas.
Pero no por ello fracasó en el intento sino que pasó de estar abajo a arriba en muy poco tiempo, y hoy es el tercer mayor vendedor de "smartphones" en el mundo, según datos de la firma de análisis IDC.
Antes de la unidad de consumo, su principal activo era el negocio de redes, comunicaciones de datos y servicios de telecomunicaciones.
Parte de su peso global fue la participación del mercado chino: como es tan enorme tiene un impacto gigantesco.
La empresa quiere pasar de ser una marca que tiene calidad y a precio razonable a convertirse en una marca apreciada, que le permita competir en igualdad de condiciones con otras firmas como Samsung y Apple.
Huawei tiene que pelear, además contra el prejuicio de que los productos asiáticos tienen poca calidad, un estigma que la firma tuvo que capear en los últimos años, aunque cree que esa visión es poco acertada en estos momentos.
Además, las alianzas con terceros se reforzaron en este año en diferentes ámbitos, como servicios en la nube, ciberseguridad, desarrollo de redes y coches conectados.
La ambición de esta compañía es acorde a su tamaño, con operaciones en 170 países, donde emplea a 176.000 personas de más de 160 nacionalidades, de los cuales más de 30.000 no son de origen chino: superar a Apple y a Samsung en el podio mundial de los celulares.
Para alcanzar esa meta, despliega una agresiva estrategia de tecnología, negocios y marketing que incluyó desde este año la contratación de Lionel Messi y Scarlett Johansson como sus imágenes de marca.
Esta compañía fue fundada en 1987 por Ren Zhengfei en Shenzhen, en ese entonces un pueblo perdido de la región de Cantón para importar centrales telefónicas pequeñas, con una inversión de unos 3.500 dólares.
Cinco años después de su fundación, ya empezaba a fabricar sus propios productos. A finales de la década del 90 dio el salto al exterior.
29 años después de su creación, factura casi 61 mil millones de dólares anuales, y posee en las afueras de Shenzhen un gigantesco campus de 17 edificios, entre ellos una universidad propia con una arquitectura similar al Partenón de Atenas.
Un tercio de la población mundial usa productos de Huawei a través de 45 de las 50 primeras operadoras del mundo, entre ellos empresas como los operadores locales Telefónica, Telecom y Claro.
Una parte importante de sus avances se deben a su política de dispersión de centros de I+D por el mundo: Alemania, Suecia, Reino Unido, Francia, Italia, Rusia o India, además de China.
También tiene alianzas con firmas tecnológicas como Google y Microsoft, con la automotriz Audi, la marca de lujo Swarovski, la fotográfica Leica y Harman/Kardon, de sonido.
La compañía china tuvo en claro que para competir tenía que adoptar un modelo de empresa occidental. Contrató a ejecutivos de Samsung, Cisco e Intel y los servicios de consultoras como IBM, Hay Group., Accenture y PriceWaterhouse.
Propiedad de los empleados, porque su fundador solo tiene ahora el 1,4%, Huawei retribuye a sus ejecutivos altos y medios con incentivos y acciones, además del salario.
A diferencia de la mayoría de sus competidores, las acciones de Huawei no se negocian públicamente.
Ejecutivos de la empresa de Shenzhen creen que pueden ser una potencia de largo plazo en el sector y para ello modifican su hardware para desarrollar teléfonos más elegantes.
Además de los esfuerzos por mejorar la calidad técnica de su oferta, Huawei redobla su trabajo en marketing para construir su marca.
Hace cuatro años, sus dispositivos parecían económicos y tenían botones de encendido y volumen y conectores en lugares extraños.
Para cambiar esa imagen, contrató como director creativo a Joonsuh Kim, quien había trabajado con el diseño de los "smartphones" Galaxy de Samsung.
Kim optó por el metal en lugar del plástico y supervisa el diseño de los teléfonos insignia como el P9.
Para reducir costos y ganar más control sobre el desempeño del dispositivo y las fechas de las actualizaciones de productos, esta empresa desarrolló sus propios procesadores, al igual que Apple y Samsung, una estrategia que la mayoría de sus competidores no adoptó, cayendo en manos del fabricante de chips Qualcomm y sus Snapdragon.
Huawei utiliza componentes de primera calidad de proveedores que también trabajan con Apple y añadió elementos como sensores de huella digital y pantallas sensibles a la presión, siguiendo los pasos de Samsung y el fabricante del iPhone.
El optimismo es la marca de esta empresa, cuyo ideograma chino se puede leer como "logro espléndido" o "tarea conseguida". En los próximos años se comprobará si los conseguirá en su pelea contra Apple y Samsung en los teléfonos, tabletas y relojes inteligentes, y contra Cisco en la provisión de redes de infraestructura. Músculo y talento no le faltan.