La cantante Taylor Swift dio un concierto el 18 de mayo en el estadio Rose Bowl de Pasadena, en California. Los fans que acudieron a verla fueron, sin saberlo, conejillos de indias de una tecnología de reconocimiento facial destinada a detectar posibles acosadores de la cantante.

Según la publicación Rolling Stone, los organizadores del concierto instalaron varias pantallas a lo largo de la entrada al estadio en las que los asistentes podían ver vídeos de la cantante ensayando.

Lo que no sabían es que esas pantallas también los grababan a ellos, capturando una imagen de la cara y comparándola con una base de datos con los acosadores que han amenazado o molestado alguna vez a Taylor Swift.

"La tecnología es prometedora pero estamos siendo muy cuidadosos a la hora de implementarla", aseguró a Rolling Stone Justin Burleigh, responsable de producto de Ticketmaster, que tiene también un sistema de reconocimiento facial que han empezado a aplicar en grandes conciertos.

Dado que un estadio es un recinto privado, las leyes de privacidad estadounidenses no impiden la captura y el uso de estas imágenes siempre y cuando se advierta a los usuarios de que pueden ser tomadas, algo bastante común en grandes eventos ya que se graban planos de la audiencia.