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Mendoza pone en marcha su plan para convertirse en el "Silicon Valley del oeste argentino"

La provincia quiere atraer más inversiones de empresas tetcnológicas y generar más trabajos en servicios del conocimiento. Un plan para dos años
17/12/2018 - 07:10hs
Mendoza pone en marcha su plan para convertirse en el "Silicon Valley del oeste argentino"

Como lo hizo Córdoba allá por 2001, como lo hizo la ciudad de Buenos Aires en 2008, ahora Mendoza también busca convertirse en un polo de atracción de empresas de software y servicios informáticos. La provincia recibió un crédito de $100 millones del Banco Interamericano de Desarrollo con el objetivo de convertirse en el Silicon Valley del oeste argentino. La provincia quiere ser conocida no sólo por ser la tierra del vino sino también como tierra de conocimiento.

Y para ello encara diversas acciones, varias nucleadas en el programa Mendoza TEC, que se lanzó hace unos días y que consiste en un crédito por $100 millones (u$s2,5 millones) para financiar distintas iniciativas. Si a Mendoza la conocen por el vino y es su principal punto de atracción que quienes llegan hasta esta parte del oeste argentino también se sientan atraídos por lo que se está haciendo en materia de software y servicios informáticos.

El proyecto del BID se complementa con otro programa propio del Gobierno provincial, liderado por el radical Alfredo Cornejo. Se trata de un proyecto ya activo de crédito fiscal para atraer inversiones por $1.000 millones. De ese total, unos $100 millones están destinados al sector del software. A aquellas empresas que decidan invertir en la provincia se les devolverá el 50% de ese monto en crédito fiscal.

La provincia ya tiene con qué mostrar su posicionamiento en el sector del software. Allí nació Belatrix, una software Factory que exporta a distintos puntos del mundo. Y se instalaron otros grandes, como Mercado Libre, Everis y Uber, y en poco tiempo lo harán Lagash y al menos un par de empresas más cuyos nombres se mantienen en reserva.

Las oportunidades en materia de generación de ingresos son altas. La provincia, que exportó por u$s1.337 millones en 2017, de acuerdo a un informe del Consejo Empresario de Mendoza (CEM), le debe al software y a los servicios informáticos casi una cuarta parte de ese total, pues sus ventas externas se ubican en torno a los u$s350 millones.

La cifra es importante si se advierte que la industria madre de la provincia, la del vino, exporta por unos u$s800 millones por año.

La participación que ostentan hoy las TIC podría ser más importante. Pero para ello se deben encarar diversas iniciativas. Y en esa dirección apunta el programa Mendoza TEC.

“Las expectativas de este plan son de corto plazo, a dos años, tiempo en el que queremos generar una masa crítica de trabajadores especializados que permitan posicionar a Mendoza como ciudad del conocimiento. Mendoza ya tiene su lugar como generadora de start ups y estos $100 millones permitirán trabajar en distintas estrategias”, dijo a iProfesional, Martín Kerchner, ministro de Economía, Infraestructura y Energía de la provincia de Mendoza.

Cuatro ejes

El plan que financia el BID tiene cuatro ejes de trabajo: creación de más talento, aceleración de empresas, impulso de la industria 4.0 y posicionamiento como tierra del conocimiento al mismo nivel que como tierra del vino.

“El eje del talento es uno sobre los que hay que trabajar más. Porque si bien Mendoza tiene una de las proporciones de profesionales cada 100 habitantes más altas del país, similar al de Córdoba, en TICs esa proporción es baja. Y otro problema es que si viene tienen pymes propias, necesita más empresas para convertirse en un hub grande y competir en las grandes ligas”, detalló Carlos Pallotti, responsable del programa Mendoza TEC.

Pallotti, quien fuera durante varios años presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI) y uno de los responsables de trabajar junto con otros dirigentes y con el sector público en el posicionamiento de la industria entre 2005 y 2010.

Ambos señalaron que el plan apuntará a impulsar a un mayor estudio de las carreras técnicas. Ya se firmaron acuerdos con las ocho universidades, entre públicas y privadas, que actúan en la provincia para avanzar con las capacitaciones, además de iniciar acciones con la Dirección General de Escuelas para promover la programación desde la escuela primaria.

El objetivo es que en 2019 se capaciten a 1.000 estudiantes en habilidades digitales, básicamente programación, iniciativa que estará en línea con el plan 111.000, que justamente apunta en esa dirección.

A esto se sumará la conformación de una oficina de empleo que tendrá como objetivo atraer talento a la provincia cuyana, sea mendocinos que están trabajando en otras provincias o en otro país, sea otros comprovincianos o extranjeros que se sientan seducidos por estas oportunidades que se buscan abrir, además de la calidad de vida y buen acceso a otros puntos de la región que ofrece la provincia.

Otro de los aspectos sobre los que se trabajará fuertemente será el de conformación de más empresas. Mendoza necesita más pyme. Para ello, se debe trabajar más en el impulso de start ups, aseguran los responsables.

“En abril se lanzará un proyecto de aceleración para proyectos de alto impacto que pueden ser de origen mendocino o no pero sí se acelerarán en Mendoza”, destacó Pallotti. Estos emprendimientos recibirán créditos reembolsables hasta u$s300.000.

La escasez de personas formadas en carreras técnicas responde, en parte, a las consecuencias que generó la división de las carreras de la Universidad Nacional de Cuyo entre Mendoza, San Juan y San Luis, allá por los años 70. Si bien en Mendoza se quedaron varias ingenierías, se perdieron las ciencias básicas (física, química, biología y matemática) que recién ahora se están recuperando.

El tercer eje de Mendoza TEC es el llamado “industria 4.0” que apunta a apoyar al resto de las actividades productivas que se desarrollan en la provincia para que se tecnifiquen. La industria vitivinícola, frutícola y hortícola aparecen en el primer lugar.

Si bien la del vino cuenta con altos niveles de incorporación tecnológica, todavía hay un 30% aproximadamente de viñedos que no se han reconvertido con la consiguiente incorporación de mayor tecnología que eso implica. Otras actividades podrían verse muy beneficiadas por la disponibilidad de soluciones y servicios tecnológicos y generar un mayor número de empresas, tal como ocurre en Córdoba o en Buenos Aires.

Aquí es donde, en paralelo, aparece uno de los mayores problemas que presenta la tierra del sol y del buen vino: la conectividad, las telecomunicaciones. Mendoza tiene uno de los peores índices de banda ancha del país, con una penetración del servicio de sólo 37,99% al tercer trimestre de este 2018, según los datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).

Esto equivale a algo más de 205.000 accesos de banda ancha, con una velocidad promedio de 5,79 mb. Un nivel que no se condice con el lugar que ocupa la provincia en el país y que sólo puede explicarse por la falta de competencia y de control de parte del Estado. Y si bien estos datos responden al mercado hogareño la situación no es mucho mejor en el segmento de empresas.

Por eso, en el eje de Industria 4.0 se buscará trabajar más fuertemente en desarrollar una conectividad acorde al impulso de un desarrollo tecnológico que involucre a la provincia. Porque sin conectividad de calidad no es posible ni que más empresas se instalen ni que otras se creen. Mucho menos en tiempos donde todo es cruzado por el factor digital.

“Este aspecto tiene que ver en parte con la compra de equipamiento, donde habrán líneas de hasta u$s200.000 para ese fin, y también para mejorar la conectividad. Un ejemplo es el Carril Rodríguez Peña, en Godoy Cruz, que es clave para este proyecto pero donde la conectividad es malísima”, admitió Pallotti. Calificación que también compartió Kerchner y que cualquier mendocino sufre cada día.

En esa zona se asienta el Parque Tecnológico Mendoza, que alberga a varias de las empresas de renombre ya instaladas. Y es el corredor interno por el que se mueve gran parte de la actividad productiva de la provincia.

Para mejorar este aspecto se hará un relevamiento de la conectividad en las áreas productivas, parques industriales “porque hay mucha problemática en la última milla. Por eso se están encarando negociaciones con Arsat, con las operadoras de telecomunicaciones y hasta con los proveedores de internet porque se necesita conectividad”.

A brindar por el software

Finalmente, el cuarto eje pondrá foco en la visibilidad, en el márketing, que la gente sepa que Mendoza existe. “Que además de ser conocida por el vino sea conocida por el conocimiento y por la logística”, apuntó Kerchner, quien ya manifestó su intención de candidatearse como gobernador de Mendoza en 2019.

Por la provincia también pasa la mayor parte del tránsito de productos que cruzan al Pacífico, y es intención de la administración poner el foco en este aspecto, además de promover en paralelo a las industrias creativas. "Tenemos un clúster de 50 empresas asociadas al sector audiovisual a través de Film Andes, con altas chances de incrementar la actividad dadas las locaciones y la cantidad de días de sol que ofrece Mendoza", se entusiasmó Kerchner. Cualquier actividad se verá potenciada por las nuevas tecnologías.

Se invitará a referentes de distintos segmentos, que ofician como influencers del mundo de los negocios, para atraer nuevas inversiones. Que tengan claro que ya creó a un potencial unicornio, como es Belatrix, que tiene en marcha el Parque Tecnológico y que la Universidad Nacional de Cuyo (UnCuyo) es la creadora y responsable del Instituto Balseiro, uno de los espacios académicos de más prestigio del país. Y todo esto enclavado en una provincia que produce grandes vinos, por no decir los mejores del mundo.

Hoy en Mendoza trabajan unas 10.000 personas en el sector del software y los servicios informáticos, de las cuales unas 3.200 lo hacen para el mercado de exportación. El objetivo es que estos números crezcan, y también el impacto en el resto de la economía. En Mendoza buscan conformar un nuevo Silicon Valley del oeste, y tener nuevos motivos para brindar.