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Alberto F., Slim y el lobby telco: los gigantes de las comunicaciones reacomodan la agenda

El sector de las telecomunicaciones inaugurará nuevas relaciones a partir de la asunción de Alberto Fernández. Los encuentros formales y las expectativas
05/11/2019 - 06:42hs
Alberto F., Slim y el lobby telco: los gigantes de las comunicaciones reacomodan la agenda

Gobierno nuevo, telecomunicaciones nuevas. Así podría describirse la antesala de la relación que, sin urgencias, establecerá la administración Fernández-Fernández (FF) con el sector de las telecomunicaciones.

Es que al Gobierno nuevo se le espejan conducciones nuevas en las tres principales operadoras de telecomunicaciones del país, Telecom, Movistar y Claro, aunque en este último caso por razones distintas a las de las otras dos.

Hace dos semanas, Telecom anunció que su CEO, Carlos Moltini, dejará el cargo el próximo 31 de diciembre, tal como se había establecido en el acuerdo de fusión con Cablevisión, hace dos años. El 1° de enero de 2020 asumirá en su lugar Roberto Nóbile, hoy subdirector general de la compañía, y el primer pase importante de Clarín a Telecom allá por 2016, antes de que se concretara el convenio que dio paso a la principal empresa de telecomunicaciones de la Argentina.

El viernes pasado se supo que también habrá cambios en Telefónica Movistar Argentina. Su CEO, Federico Rava, conducirá los destinos de la filial local hasta el próximo 31 de enero. Y desde el 1° de febrero asumirá en su lugar Marcelo Tarakdjian, hasta ahora CEO de la operación de la compañía en Uruguay.

Aunque Moltini y Rava dejarán de ser los CEOs de Telecom y Telefónica respectivamente, continuarán siendo parte de la compañías en las que se han desempeñado durante gran parte de su vida profesional. Ambos se mantendrán dentro de sus estructuras pero como miembros de los directorios.

La situación de Claro es particular. Alejandro Quiroga López, quien es director de Asuntos Regulatorios e Institucionales de Claro Argentina, quedó como una de las caras visibles de la operadora luego del fallecimiento de Fernando del Río.

Más allá de que los cambios implican continuidad de estrategias en todos los casos, serán ellos los nuevos referentes del sector frente al nuevo Gobierno.

Estos anuncios se sucedieron en un contexto particular. Tras haberse impuesto en las PASO, Alberto Fernández, realizó algunos viajes internacionales. Y se destacaron el realizado a España y, ahora, a México.

Por México y por Madrid

Su gira por Madrid, que formaba parte de su agenda previa más allá de las primarias de agosto pasado, le sirvió al ahora presidente electo para reunirse con los empresarios españoles con inversiones en la Argentina, entre ellos, José María Alvarez Pallette, CEO de Telefónica.

El encuentro fue previo a la decisión de la operadora de origen español de adelantar la reunión del consejo de administración en dos semanas debido al desplome que por esos días había sufrido la acción de la empresa (que alcanzó valores de 1997) y por las nuevas configuraciones políticas que comenzó a tomar América latina a partir de procesos electorales y sociales diversos, sin dejar de lado, por supuesto, la nueva postergación del Brexit.

Con tintes similares y tras las elecciones del 27 de octubre, Fernández encaró una nueva gira, esta vez en México. Además del encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador ( AMLO), la agenda incluye un encuentro con Carlos Slim, presidente de América Móvil, dueña de las distintas filiales de Claro, incluida la de la Argentina.

La reunión seguramente trascenderá a las telecomunicaciones puesto que el magnate mexicano tiene, además, intereses en los sectores financiero (Inbursa), de infraestructura (Ideal), industrial (Carso) y minero (Frisco), más allá de que América Móvil es la vaca lechera del conglomerado Slim: representa casi el 70% del total de los ingresos del holding.

Esto sucede en un contexto donde las relaciones entre AMLO y Carlos Slim pasan por claroscuros. Por un lado, el empresario ganó algunos contratos con Pemex pero, por el otro, el presidente no estaría satisfecho con las decisiones en materia de telecomunicaciones. De ahí que se infiere que este será uno de los temas que podrían entrar en la conversación de este lunes.

Entre los temas que figurarán en la agenda a negociar con Alberto Fernández en el futuro cercano figuran los intereses históricos de América Móvil por ingresar al negocio de TV paga en el país y tener, así, una llegada más masiva y fuerte en los hogares argentinos. Telecentro siempre estuvo en el medio de las versiones que iban y venían, como también el alto precio que su dueño, Alberto Pierri, pedía por su empresa. Supercanal también, y si bien ahora está en manos de Charlie Newbery, el de las telecomunicaciones es un sector en donde algunos actores son rápidos para mover fichas y hacer nuevos negocios.

Hace un par de años, la filial local de Claro Argentina había tenido la intención de duplicar su presupuesto de inversión anual, y llevarlo de los constantes u$s400 millones a prácticamente u$s1000 millones. Ya se había producido el acuerdo entre Telecom y Cablevisión y ya estaba claro para el mercado que se le daría vía libre a esa fusión. Ergo, ya se sabía como se reconfiguraba el mapa de las telecomunicaciones convergentes y, por esa razón, había que reforzar los presupuestos. Esa era la mirada que había en ese momento en la filial argentina de la mexicana.

Nunca quedó claro si ese refuerzo era para ampliar más agresivamente los despliegues de redes o para hacer una oferta por alguna cableoperadora. Lo que sí ocurrió es que hubo marcha atrás. Y en vez de u$s1.000 millones de inversión, en u$s2017 el desembolso volvió a ser el mismo de siempre, u$s400 millones.

Este es parte del marco del encuentro de este lunes. ¿Servirá para aceitar las relaciones y considerar mejores perspectivas hacia adelante?

Estos establecimientos de vínculos se encaran cuando ya se da por descontada una buena relación con el principal operador de telecomunicaciones del país, Telecom. El buen clima que se experimentó durante el ciclo Democracia y Desarrollo que el Grupo Clarín organizó en el MALBA apenas unos días después de las PASO, y la foto de un Héctor Magnetto sonriente tras el discurso que diera el hoy presidente electo fueron interpretados como signos de cómo se estaba planteando la relación hacia adelante. Réplica, en definitiva, de la ya existente en los tiempos en que Alberto Fernández fuera jefe de Gabinete de Néstor Kirchner.

Los contextos

Los acercamientos con estas empresas suceden aún cuando desde el entorno del peronista aseguran que las comunicaciones pertenecen a un sector "importante pero no urgente" en el marco de las primeras acciones de Gobierno que tomará a partir del 10 de diciembre, según el análisis que hizo hace unos días el especialista en medios Martín Becerra, en La Tinta.

En esa línea, el investigador del Conicet, anticipa que el futuro Gobierno no hará anuncios sobre este sector en el inicio del mandato. Un contrapunto fuerte frente a lo que fueron los primeros días del Gobierno de Mauricio Macri, hace casi cuatro años ya, cuando emitió un DNU que terminaba con varios de los preceptos de la ley de medios y donde el jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunciaba que se había terminado la guerra con los medios.

En plena campaña electoral, Fernández aseguró en una entrevista: "Nunca estuve a favor de la ley de medios, no era el instrumento para resolver el problema de los monopolios. En Argentina esta ley sirvió para plantear ese debate y esa batalla cultural claramente se ganó. Hoy, cuando leés Clarín sabés lo que leés, y cuando leés Página 12 sabés lo que leeés. Lo que se necesita es una ley de defensa de la competencia, una ley antimonopolios, una ley de defensa del consumidor".

Las asunciones de los ejecutivos a cargo de las empresas de telecomunicaciones, capaces de motorizar negocios por encima de los $300.000 millones, tal como se prevé para finales de este 2019, se dará en este contexto. Si bien se trata de un mercado importante respecto del nivel de inversiones en infraestructura que puede motorizar, por estos días no se crean expectativas, aunque vale tener en cuenta un aspecto.

En una entrevista televisiva en plena campaña, el futuro presidente aseguró que una de las cosas buenas que hizo el gobierno saliente fue la aprobación de la ley de economía del conocimiento, norma que aglutinó el trabajo de gran parte del sector privado y los funcionarios de Cambiemos.

Y que si bien tiene ciertas resistencias de parte del kirchnerismo que considera que se dará beneficios a empresas multimillonarias, en alusión directa a Mercado Libre, habrá muchas otras que gozarán de exenciones si cumplen con los preceptos de la norma reglamentada recientemente.

La ley de economía del conocimiento, sucesora de la de promoción del software que llevó al sector a exportar de u$s200 millones a u$s1.800 millones en 15 años –aún cuando hay quienes sostienen que esto hubiese sucedido también sin promoción- promete generar más del doble de divisas de las que produce en la actualidad.

En números se trata de pasar de exportaciones por u$s6.000 millones a u$s15.000 millones entre 2020 y 2030 cuando comienza y finaliza el período de beneficios.

Nada de esto sucederá si las telecomunicaciones no se desarrollan más agresivamente de lo que sucedió en los últimos años. Pese a los anuncios de inversiones que realizaron las operadoras entre 2017 y 2018, entre las que se destacó la de u$s5.000 millones de Telecom, la coyuntura argentina no sólo obligó a esta última a postergar en el tiempo el desembolso sino que su ejecución estará atada más a la posibilidad del bolsillo del argentino medio que a otra cosa.

Y si no hay mejora de la conectividad, tanto en velocidad como en cobertura –todavía es muy dispar a lo largo y ancho del territorio argentino- no habrá chance de impulsar a ninguna industria del conocimiento. La fibra óptica es lo que permite que el sector de conocimiento argentino esté en los principales centros de demanda a la misma altura que los países más desarrollados. Pero sin la velocidad y calidad necesaria volverá a quedar rezagada.

Nuevo Gobierno. Nuevos CEOs en telecomunicaciones. Nueva ley de promoción para el conocimiento. Nuevas relaciones que serán definitivas para impulsar a un sector que contribuye al impulso económico.

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