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Anormalidad digital: ¿por qué es necesario que hagas un "ayuno" tecnológico?

El fin último de esta práctica de salud es liberar las tensiones que originan impulsos insatisfechos procedentes del organismo
08/12/2020 - 12:43hs
Anormalidad digital: ¿por qué es necesario que hagas un "ayuno" tecnológico?

La tecnología de uso doméstico viene experimentando un crecimiento enorme en desde hace años pero se potenció especialmente durante la pandemia. Esto supone una revolución en cuanto a la forma en que nos relacionamos, trabajamos, entretenemos o vivimos y, es común que no nos enteremos de ello. De esto se trata la nueva "anormalidad digital", a la que debemos reconocer para evitar su naturalización.

El fenómeno sucede en la Argentina y trasciende fronteras. En el país invertimos 4,5 horas diarias en el uso de internet móvil. Una de las aplicaciones que más usamos es WhatsApp. 95% de los argentinos con dispositivos móviles nos comunicamos por medio de ella.

En el mundo, esta aplicación tiene 2 mil millones de usuarios, que en un solo minuto manda 60 millones de mensajes y diariamente realiza más de 2 mil millones de minutos de llamadas de voz y video.

Sigmund Freud, antes de que el bit y byte nos invadieran, estudió el fenómeno de las pulsiones, concepto que nos ayuda a interpretar cómo la tecnología nos atraviesa. Son aquellas fuerzas motivadoras que hacen que el individuo tienda hacia determinados objetos o fines.

Si bien el objeto de la pulsión puede ser muy diverso, el fin último es liberar las tensiones que originan impulsos insatisfechos procedentes del organismo. En la nueva anormalidad, nos dirigimos hacia los dispositivos.

La actividad resulta estimulante pero genera esa dosis de dopamina que, sin que nos demos cuenta, necesitamos cada vez más. Esta adicción se transforma en una amenaza. En nuestras investigaciones observamos que el 65% de los argentinos revisa su WhatsApp mientras conduce.

Responder una llamada de WhatsApp mientras estamos al volante a 100 kilómetros por hora implica que recorramos aproximadamente 300 mts sin registrar el entorno ni prestar atención al camino y el resto de las variables que pueden afectarnos.

El uso intensivo de Internet puede ser perjudicial para la salud.
El uso intensivo de Internet puede ser perjudicial para la salud.

Un tiempo sin estimulaciones

Es por ello que, desde hace tiempo, fomentamos cada vez con más fuerza la idea de un "ayuno tecnológico". Necesitamos pasar tiempo sin la estimulación permanente de los smartphones, TV, redes sociales, consola de juegos, y demás gadgets, para que podamos recuperar la noción de en qué invertimos nuestro tiempo y qué tipo de ocio consumimos.

"Ayunar" es en este caso permitirnos salir a caminar sin llevar el celular encima, o sin escuchar radio, música o podcasts; dedicar algo de tiempo a no hacer nada, a no vincularnos con otras personas vía redes sociales; optar por participar de solo algunos eventos sociales online y acortar su duración; definir rutinas y horarios límites. Así, podremos darnos cuenta de lo que pasa alrededor y lo que verdaderamente necesitamos.

Javier Queimaliños:
Javier Queimaliños: "la autorregulación es un músculo que se fortalece cuanto más se usa.".

La pandemia dio a muchas personas la posibilidad de levantarse más tarde de lo habitual y utilizar ese tiempo extra por la mañana para hacer otra cosa que viajar a la oficina. Muchas veces esto hace que chequeen mails o mensajes laborales fuera de hora, por eso es importante generarse tiempos y espacios para separar el trabajo de otras actividades.

A esta delimitación, que permite moderar el consumo de dispositivos, se recomienda sumar el despegarse un poco de las noticias constantes. Esto puede ayudar a reconocer las circunstancias que nos agotan (situaciones, tareas, relaciones) y luego reducir nuestra exposición a ellas. Salir de la vorágine nos acerca más a nuestros valores fundamentales, que nos sirven para navegar en situaciones difíciles.

Es recomendable participar en actividades que promueven la relajación, dedicarse a pasatiempos como cocinar o cultivar una huerta, prácticas de atención plena o "mindfulness", etc.

Cuando se está con la familia cenando, cualquiera que espera nuevos mensajes en su WhatsApp sabe que la "necesidad" de seguir conectado es una tentación muy real. La buena noticia es que la autorregulación es un músculo que se fortalece cuanto más se usa. Hay que establecer un límite duro para revisar mensajes y cumplirlo físicamente: cerrar la PC, apagar el teléfono o, como mínimo, apagar las notificaciones.

Además ser improductivos al menos por un rato es saludable. Al relajar la demanda de nuestro tiempo, pensamiento y relaciones, estamos disminuyendo la velocidad, la carga y dejando espacio para que surjan los sentimientos. Tal vez angustia, tal vez risas, tal vez aburrimiento o molestias. De esta manera nos conectamos más, pero con nosotros mismos.

(*) Director de Knowledge de BTR Consulting

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