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ChatGPT y DALL-E: quién es Sam Altman, el hombre que busca transformar la inteligencia artificial

Vendió su primer proyecto por más de 40 millones de dólares, lo que le permitió expandir sus áreas de interés e invertir en ellas
06/02/2023 - 10:13hs
ChatGPT y DALL-E: quién es Sam Altman, el hombre que busca transformar la inteligencia artificial

El empresario Sam Altman tiene una gran capacidad de atraer inversionistas para impulsar proyectos que moldean el mundo. Y para indagar sobre su vida se puede preguntar a ChatGPT, el sistema de inteligencia artificial que ideó a través de la empresa que fundó en 2015, OpenAI.

"Sam Altman es un empresario y tecnólogo estadounidense, conocido por ser el presidente de OpenAI y anteriormente el CEO de Loopt", informó el robot virtual lanzado el 30 de noviembre.

También en su respuesta hizo referencia a que es considerado un líder influyente en la comunidad tecnológica y que ofrece conferencias sobre temas relacionados con inteligencia artificial.

Una carta de presentación fidedigna que se basa en hechos o generalizaciones pero que, como reconoce el propio sistema, "no hace afirmaciones subjetivas sobre la personalidad o carácter de un individuo".

Altman aprendió a programar y a desarmar uno de los primeros modelos de la computadora personal de Apple, la Macintosh, cuando tenía 8 años, según contó en una entrevista con el medio estadounidense The New Yorker.

También dijo en esa misma entrevista que tener una computadora le ayudó con su sexualidad, gracias a las conversaciones y grupos en los que pudo participar durante su adolescencia. A los 16 años les contó a sus padres que era gay y luego lo dijo abiertamente en el colegio en el que estudió.

El trampolín de un estudiante que dejó su carrera

Luego ingresó a la Universidad de Stanford (California) para estudiar informática, pero no terminó la carrera. Decidió junto a unos amigos dedicarse por completo a desarrollar su primera idea, Loopt, una aplicación para compartir la ubicación con otras personas.

Esto sucedió en 2005, mucho antes de que existiera WhatsApp y casi a la par de la aparición de Facebook. Loopt no tuvo mayor trascendencia, pero sí sirvió de trampolín para lanzar la carrera de Altman como empresario y le abrió las puertas al mundo de las grandes inversiones tecnológicas.

Una de las compañías que apoyaron a Loopt en sus inicios fue Y Combinator, una de las más prestigiosas y exitosas aceleradoras de "startups" que invirtió empresas como Airbnb y DropBox.

Altman vendió su primer proyecto por más de 40 millones de dólares, lo que le permitió expandir sus áreas de interés e invertir en varias de las ideas bajo el paraguas de Y Combinator, empresa que llegó a presidir entre 2014 y 2019.

Fue en ese período en el que junto con Elon Musk creó OpenAI, una compañía que le permitió sumergirse en un mundo que le generaba fascinación y temor por igual: el de la inteligencia artificial.

OpenAI es una compañía de investigación cuya misión es, según dice en su página web, asegurarse de que "la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad" y no acabe con ella.

El apoyo de Elon Musk

Aunque Musk se desligó de la empresa que fundó con Altman, OpenAI, sigue invirtiendo en iniciativas de inteligencia artificial. Una idea en parte impulsada por el miedo expresado por Altman a que la inteligencia artificial se convierta en un arma letal contra los humanos.

En el extenso reportaje que escribió Tad Friend para The New Yorker en 2016, Altman habló de la necesidad de una fusión como el mejor escenario posible para el futuro. "O esclavizamos a la inteligencia artificial o nos esclavizará a nosotros", dijo.

Una idea que comparte Musk, quien, si bien se desligó de OpenAI en 2018 por lo que llamó conflictos de interés con su principal empresa Tesla, sigue invirtiendo en ella y financia otros proyectos que van por la misma línea de lograr el control de la inteligencia artificial. Uno de ellos es NeuraLink para tratar de conectar el cerebro a las computadoras.

El dueño de Twitter consideró que solo de esa manera los humanos podrán mantenerse a la par de la inteligencia artificial y no ser desplazados por ella cuando esos sistemas se retroalimenten.

"Nuestra forma de hablar le sonará muy lenta a las computadoras", dijo, "una especie de sonido de ballena" en alusión a la capacidad de las computadoras de procesar información en terabites.

Esa visión del futuro fatalista que impulsó a Musk y a Altman a involucrarse en la inteligencia artificial ha sido también la que determinó la estrategia de OpenAI con respecto a ChatGPT y DALL-E.

La estrategia del producto imperfecto

"Una de las cosas en la que realmente creemos es que la forma más responsable de introducir esos sistemas en la sociedad es gradualmente", dijo Altman en una conversación con StrictlyVC, una empresa que muestra lo que pasa en Silicon Valley y el mundo tecnológico.

"Así podemos conseguir que las personas, las instituciones y los encargados de las regulaciones se familiaricen con él, piensen en las implicaciones, sientan la tecnología y se hagan una idea de lo que puede o no puede hacer, en lugar de soltar un sistema superpoderoso de golpe", dijo.

Una estrategia que según el canal Dot CSV en YouTube, que se especializa en informar y explicar sobre inteligencia artificial, marca un punto de inflexión con lo que ha sido la tendencia que han marcado las grandes tecnológicas en los últimos 20 años.

"Está la tendencia de que las empresas que lideran el progreso de inteligencia artificial actúan bajo el lema de Silicon Valley de muévete rápido y rompe cosas", comentó al analizar las palabras de Altman.

Destacan que "en el caso de Sam no se trata de moverse rápido sino de sacar productos que todavía son imperfectos para que poco a poco la sociedad se vaya adaptando a ellos".

En cierta manera, eso es lo que pasa con ChatGPT y DALL-E, que ya están recibiendo muchas críticas desde muchos sectores, entre ellos el académico y el de la creatividad. "ChatGPT es increíblemente limitado", reconoció Altman en un hilo que publicó en Twitter en diciembre. "Pero lo suficientemente bueno en algunas cosas para crear una falsa impresión de grandeza. Es un error confiar en él para cualquier cosa importante en este momento".

Un patrimonio en crecimiento explosivo

Altman cumplirá 38 años en abril y revivió un mensaje de hace tres años en el que predecía los "más importantes desarrollos tecnológicos que se van a alcanzar para 2025".

Conseguir que la fusión nuclear funcione a escala prototipo de manera sostenible, que la inteligencia artificial esté de manera general al alcance de muchas personas en la industria y que la edición genética logre curar al menos una de las enfermedades más importantes que nos afectan.

Poco se sabe a cuánto asciende exactamente su patrimonio, pero recientemente ha habido varios anuncios que proyectan su crecimiento hacia el selecto grupo de multimillonarios.

OpenAI, que nació como un proyecto sin fines de lucro, se convirtió en una compañía híbrida de beneficios limitados. Hace unas semanas The Wall Street Journal mencionó en un artículo que OpenAI estaba en camino de convertirse en una de las startups más pujantes de EE.UU. con un valor de 29.000 millones de dólares pese a los pocos beneficios que genera.

Poco después se conoció el acuerdo multianual de miles de millones de dólares que la empresa alcanzó con Microsoft con la promesa de tener un fuerte impacto en un futuro no muy lejano "en la computación personal, Internet, los dispositivos inteligentes y en la nube".