Telecom versus Enacom: se define la adquisición de Movistar y el mercado telco está en alerta
El panorama de las telecomunicaciones en la Argentina se encuentra al borde de una redefinición histórica, con el 4 de enero de 2026 marcado en el calendario como la fecha límite perentoria. Este día no solo cierra la prórroga concedida por el Decreto 448/2025, sino que establece la hora de la verdad para el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).
El organismo regulador está obligado a concluir sus diagnósticos institucionales y, crucialmente, resolver la espinosa cuestión del excedente de espectro radioeléctrico que mantiene en un limbo la adquisición de Telefónica Móviles Argentina (Movistar) por parte de Telecom Argentina.
Esta operación, valorada en 1.245 millones de dólares, trasciende el mero movimiento corporativo; su aprobación consolidaría un actor con una cuota de mercado dominante, alterando profundamente la estructura competitiva del sector.
La decisión del Enacom se gesta en un entorno de compleja dualidad para Telecom: mientras la compañía ostenta cifras de crecimiento operativo sólidas, enfrenta simultáneamente desafíos financieros significativos, incluyendo pérdidas netas multimillonarias.
A esto se suma la fuerte oposición de los proveedores de servicios de Internet (ISP, sigla en inglés) independientes, quienes exigen con urgencia un marco regulatorio claro que contrarreste la inminente y mayor concentración del mercado observada en la última década.
La amenaza del duopolio: Concentración y el desafío regulatorio inédito
Los datos de la fusión proyectada revelan el calibre de la concentración: la combinación de las bases de clientes de Personal (propiedad de Telecom) y Movistar resultaría en un control del 61% del mercado móvil total. Además, la entidad fusionada absorbería cerca del 47% de las conexiones de banda ancha fija a nivel nacional, y un abrumador 79% del segmento residual de telefonía fija.
Según Enrique Carrier, director de la consultora Carrier & Asociados, la principal inquietud que debe calibrar el regulador es cómo instrumentar mecanismos de mitigación efectivos que contrarresten el impacto de la virtual desaparición de un tercer operador con una infraestructura de red propia.
La consolidación amenaza la dinámica de precios, la capacidad de innovación a largo plazo y la competencia genuina, formalizando lo que en el sector de las telecomunicaciones ya se describe como un "duopolio de facto" en el segmento de la telefonía móvil.
¿Un gigante con pies de barro? Tensiones financieras pese al liderazgo operativo
Paradójicamente, a pesar de su indiscutible liderazgo operativo y su posicionamiento como principal operador del país, Telecom Argentina concluye 2025 bajo una intensa presión financiera que demanda una gestión de costos agresiva y estratégica.
Aunque los reportes muestran un crecimiento robusto, con ingresos por servicios que aumentaron un 26,5% en términos reales en el primer trimestre de 2025, y un crecimiento total de ventas (incluyendo a Movistar) del 27,8%, el balance se ve profundamente erosionado por el volátil contexto macroeconómico argentino.
Las pérdidas netas, que alcanzaron cifras impactantes como los $272.000 millones reportados en el tercer trimestre, se explican fundamentalmente por factores no operativos. El eje de esta vulnerabilidad es la abultada deuda financiera neta, que ascendía a $3.587.066 millones al 31 de marzo de 2025.
Esta deuda está significativamente impulsada por los préstamos sindicados (otorgados por instituciones internacionales como BBVA, Deutsche Bank e ICBC) destinados a financiar la adquisición de Movistar.
La combinación de una alta inflación proyectada (con estimaciones que oscilan entre el 31,8% y el 39,4%) y la devaluación del peso argentino mermó severamente la rentabilidad de la empresa, a pesar de mantener un compromiso de inversión anual en infraestructura de 800 millones de dólares, vital para el despliegue de la quinta generación (5G) de tecnologías de telefonía móvil y fibra óptica.
La batalla por el espectro y la competencia de Claro
El punto más delicado del conflicto regulatorio reside en la gestión del excedente de 130 MHz de espectro que inevitablemente generaría la fusión. Mientras el Enacom realiza su análisis, otros actores relevantes del mercado se posicionan.
Entre ellos, Imowi (el operador móvil de las cooperativas) y los ISP independientes buscan reconfigurar el panorama competitivo, enfocándose en ofrecer cobertura en zonas tradicionalmente desatendidas y desafiando la concentración de los grandes operadores en los centros urbanos.
El 4 de enero, el Enacom no solo deberá sopesar las recomendaciones de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), sino también enfrentar la presión ejercida por Claro Argentina.
Liderando la resistencia legal a la operación, Claro argumenta que la adquisición debe ser revocada o impedida, basándose en que Telecom ya posee el tope máximo de espectro permitido por la regulación vigente.
La operadora también objeta que la transferencia de licencias se efectuó sin la requerida aprobación previa del regulador, un paso que considera fundamental para la validez legal del proceso.
La estrategia de Telecom: Sinergia de marcas y la confianza en la escala
Ante el clima de incertidumbre regulatoria, Telecom optó por una defensa basada en la economía de escala como motor indispensable para la modernización y la competitividad. Gonzalo Hita, director de operaciones de Telecom Argentina, fue categórico el 15 de diciembre, cuando se presentó la unificación de marcas bajo Personal, al afirmar que "la compra de Telefónica es un hecho... la economía de escala nos permitirá potenciar inversiones y competir con nuevos jugadores", refiriéndose a los desafíos que plantean los gigantes tecnológicos globales que brindan servicios sobre las redes de las "telcos" (OTT).
Para maximizar la eficiencia operativa y comercial, la compañía emprendió una ambiciosa estrategia de unificación de todas sus marcas bajo el paraguas de Personal. Esta movida busca consolidar sinergias que permitan optimizar costos y procesos mientras esperan la resolución definitiva del Enacom.
No obstante, la complejidad del proceso y la necesidad de mantener el servicio obligan a Telecom a operar la marca Movistar de forma transitoria, mediante acuerdos específicos con Telefónica España hasta que el regulador dé luz verde a la integración total del negocio.