Apple puede reanimar a Sony con una megafusión
Ya quisiera uno saber lo que están planeando en la jefatura de Sony en Tokio estos días. Al cabo de dos años y medio, con Howard Stringer como el primer jefe extranjero de la compañía, Sony tiene ahora cerca de un tercio de su valor de mercado al comienzo de esta década. Claro que él merece que le den más tiempo.
No es nada fácil cambiar el rumbo de un gigante, y el segundo fabricante mundial de productos electrónicos para el consumidor ciertamente se había extraviado.
Aun así, había grandes expectativas. Los inversionistas esperaban que el extranjero (Stringer es un ciudadano estadounidense nacido en Gales) diera nuevos bríos a una cultura empresarial circunspecta, del mismo modo que lo hizo Carlos Ghosn, un francés nacido en Brasil de padres libaneses, en Nissan Motor.
Claro, a Jobs (a la derecha, en la foto) quizá no le interese poseer una compañía con tantos problemas. La burocracia, el gran tamaño y la cultura empresarial arraigada podrían ser una enorme distracción para Apple, que ha tenido éxito ofreciendo una pequeña cantidad de productos que fabrica muy bien. Además, Apple ya está mirando de hoy hacia el mañana. Sony está más centrada en el presente.
Algunas líneas de productos de Sony podrían venderse para pagar parte de una adquisición por Apple. Ahora bien, ¿cuánta deuda estaría Apple dispuesta a echarse encima para financiar la compra? Y dadas las dificultades de Sony, puede argumentarse que a Apple le convendría más comprar Nintendo.
Sony tiene una ilustre historia de innovación y de sobreponerse a los reveses. Darla por perdida podría ser una apuesta peligrosa para rivales e inversores por igual. Eso no significa que Jobs no debiera estar pensando más en grande. En lo que a adquisiciones audaces se refiere, Sony bien puede ser la única para Apple.
William Pesek
Bloomberg News