• 18/12/2025
ALERTA

Qué le falta a la Argentina para ser una potencia en software

Macarena Pereyra Rozas, del estudio Carranza Torres y Asociados, analiza en esta nota fortalezas y debilidades del sector de servicios informáticos
28/11/2008 - 10:35hs
Qué le falta a la Argentina para ser una potencia en software

En principio y hablando en materia de tecnologí­as de la información y la comunicación (TIC), sabemos que la Argentina puede, que tiene con que dar, que no le sobran herramientas y, sin embargo, las que tiene las aprovecha con contundencia y determinación.

No obstante, siempre algo le falta, continuamente no alcanza, se esfuerza pero no llega a satisfacer alguna que otra condición, puesto que siempre le quedan acciones concretas por realizar, por llevar a cabo.

La Argentina y el sector que actualmente la está escudando y posicionándola en los principales mercados internacionales, tiene las bases para ser una considerable potencia en software y servicios informáticos (SSI), solo que falla en algunos puntos concretos de crecimiento y se retrasa, se adormece y, peor aún, la adormecen.

La industria local SSI del paí­s es prueba de ello, es una constante e invariable muestra evidente de que puede ser una considerable potencia SSI a nivel mundial, si es que hasta el momento, en materia de innovación y tecnologí­a, ya no lo es.

No por algo muchas investigaciones que estudian al sector posicionan a nuestro paí­s por encima de otros grandes paí­ses, aunque debajo de otros no menos grandes, siendo y debiendo ser estos últimos puntos neurálgicos de guí­a y accionar.

Una de estas investigaciones es la realizada por la prestigiosa consultora Gartner y que muestra resultados interesantes a tener cuenta en aquellos puntos y acciones concretas que quedarí­an por realizar, por llevar a cabo, y que retrasan y adormecen al paí­s, como decí­amos al comienzo.

La consultora mencionada tuvo como eje de investigación a 30 paí­ses de cuatro de los cinco continentes. Y las categorí­as o factores sobre las cuales se apoyo la investigación fueron 10:

  • Nivel de lenguaje.
  • Soporte gubernamental.
  • Disponibilidad de trabajadores y profesionales.
  • Infraestructura.
  • Sistema educativo.
  • Costo.
  • Ambiente polí­tico y económico.
  • Compatibilidad cultural.
  • Madurez legal y global.
  • Privacidad y seguridad de Internet y los datos.

Resultados, más negativos que positivos: tres "muy bien", dos "bien" y cinco "regulares", siendo "excelente" la máxima calificación.

Para ser más precisos, las marcadas debilidades nuestras, y por demás conocidas, radicaron en Soporte gubernamental, Disponibilidad de trabajadores y profesionales, Infraestructura, Ambiente polí­tico y económico y Privacidad y seguridad de Internet y los datos.

Las semi fortalezas, por llamarlas de alguna manera, fueron en Nivel de lenguaje y Madurez legal.

Y las fortalezas en Sistema educativo, Costo y Compatibilidad cultural.

Punto aparte merece el Sistema educativo, en el más amplio sentido del término, que debe formar mentes innovadoras y, además, suministrar la tecnologí­a con la que se sustentan las empresas.

En ocasiones anteriores remarcamos que las universidades deben formar mentes innovadoras. Hay muchas en el mundo que cuentan con una excelente capacidad y desarrollo de programas de investigación cientí­fica, de innovación, además de disponer de inteligencias predilectas.

Por ende, la ciencia, la investigación, el desarrollo y la innovación parecen ser piezas inherentes del espí­ritu de aquellas.

Es por eso que deben forjar profesionales que aspiren a un crecimiento inmediato para cualquier sector productivo e industrial de la sociedad y mantener relaciones de honestidad y compromiso con los demás.

El Sistema educativo es, y debiera serlo siempre, el pilar básico sobre el cual asentarse los demás sistemas. Sin Sistema educativo no hay Compatibilidad cultural, no hay Nivel de lenguaje, no hay Disponibilidad de trabajadores y profesionales, por sólo nombrar algunas de las demás categorí­as.

Y es por eso que fue la única verdadera fortaleza del sector que permitió adelantarnos y posicionarnos por encima de las grandes potencias latinoamericanas (seguido por el Costo).

Lo demás fue muy débil, quedando muy retrasados en Infraestructura (el último en cuanto a la región), Ambiente polí­tico y económico y en Privacidad y seguridad de Internet y los datos.

Nuevamente, sabemos que la Argentina puede, que tiene con que dar, que no le sobran herramientas y que las que tiene las aprovecha con contundencia, con decisión, con determinación.

No fue ni es una casualidad que el pasado año este inflexible sector de software y servicios informáticos llegó a facturar por $ 5.800 millones y otros $ 1.200 millones por exportación y que al corriente alcanzará los $ 7.100 millones en facturación y otros $ 1.350 millones de exportaciones.

Más que una casualidad, fue y es una racional y certera causalidad, digna de un merecido reconocimiento.

Esperemos que esos factores negativos se transformen en su contracara y hagan de nuestro paí­s un nicho de mercado tecnológico y de SSI donde la producción, la inversión y la innovación muestren sus verdaderos frutos.

La Argentina tiene las bases para ser una considerable potencia SSI, solo resta esperar que aquellos factores negativos no la adormezcan y las polí­ticas de los estados, nacionales, provinciales y municipales acompañen dicho crecimiento.

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Macarena Pereyra Rozas es abogada, recibida en la Universidad Católica Argentina. Trabaja en asesoramiento en el estudio Carranza Torres y Asociados.