La ciudad argentina que muchos comparan con pueblos del norte de Italia y es famosa por su salame

Ubicado en el corazón del centro argentino, a tan solo 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba y muy cerca de Jesús María, se destaca Colonia Caroya, un lugar que muchos conocen como "el Friuli argentino". Su identidad está marcada por la inmigración italiana, especialmente friulana, que llegó y dejó un legado que aún hoy sigue vivo en la mesa y en la cultura local.

El visitante que recorre Colonia Caroya no solo se encuentra con un entorno de sierras, chacras y bodegas, sino también con una gastronomía típica que invoca recuerdos de pequeños pueblos del noreste de Italia, como, por ejemplo, San Daniele del Friuli, Cividale y Cormóns. Todos los lugares son conocidos por sus embutidos, vinos y celebraciones.

Lo mejor de la gastronomía del "Friuli argentino"

Uno de los grandes protagonistas es el salame casero caroyense, tan emblemático que cuenta con su propia fiesta popular. Elaborado con recetas transmitidas de generación en generación.

Sin embargo, la experiencia va más allá del comercio porque, Colonia Caroya también es un polo vitivinícola en crecimiento, donde las bodegas locales producen vinos que evocan a regiones italianas, donde el turista puede realizar degustaciones, recorrer viñedos y maridar etiquetas jóvenes con la tradición de la mesa familiar.

La arquitectura del pueblo acompaña esta atmósfera europea con:

• Casas de campo con galerías anchas
• Quintas productivas
• Histórica estancia jesuítica Caroya, Patrimonio de la Humanidad, que refuerza el carácter cultural y patrimonial del destino

La experiencia de visitar Colonia Caroya

Uno de sus mayores capitales del lugar es su gente. La hospitalidad de sus habitantes convierte al paseo en un viaje emocional. Cada familia conserva recetas, anécdotas y costumbres que transmiten la identidad de los inmigrantes friulanos, quienes hicieron de la gastronomía un verdadero lenguaje de pertenencia.

El lugar se caracteriza por sus típicos salames

Para aquellos que llegan desde Córdoba capital, el trayecto es corto y accesible, ideal para una escapada de fin de semana. También es posible combinar con visitas a Jesús María, famosa por su Festival de Doma y Folklore, y con el circuito de las estancias jesuíticas.

La experiencia turística en Colonia Caroya se completa con:

• Festivales
• Ferias
• Celebraciones

Todas giran en torno a la comida y el vino. En cada evento, la cultura friulana aparece como un puente entre Italia y Argentina, reforzando el sentido de comunidad. De esta forma, el Friuli argentino no es solo un lugar para comer bien, sino también para conocer una parte fundamental de la historia de la inmigración en el país. Cada copa de vino y cada bocado de salame casero son un homenaje a aquellos pioneros que trajeron sus costumbres desde el otro lado del Atlántico.

El vino es otro de los protagonistas del lugar

De esta forma, visitar Colonia Caroya es, en definitiva, hacer un viaje sensorial y cultural. Caroya es un rincón cordobés que combina:

• Paisajes serranos
• Tradición europea
• Calidez de la vida de pueblo

También se destacan los siguientes lugares:

1. Recorrer la Estancia Jesuítica de Caroya
2. Primera estancia jesuítica cordobesa, hoy Patrimonio de la Humanidad
3. Degustar el salame casero caroyense
4. Es la estrella de la gastronomía local con denominación de origen
5. Visitar bodegas y viñedos
6. Circuito ideal para probar vinos jóvenes y espumantes que reflejan la tradición friulana
7. Caminar por la avenida San Martín
8. Elegante y famosa por sus casas-quinta de estilo italiano y galerías históricas
9. Disfrutar de la Fiesta del Salame Casero: es el evento popular que celebra el trabajo de las familias productoras
10. Conocer Jesús María: queda a solo 4 km. y, es la sede del Festival Nacional de Doma y Folklore
11. Recorrer el Camino Real: es la antigua ruta colonial que unía el Virreinato del Río de la Plata con el Alto Perú
12. Visitar la Estancia Jesuítica de Jesús María
13. Cuenta con su museo y producción vitivinícola histórica
14. Andar en bicicleta o a caballo por las chacras y viñedos
15. Es una manera distinta de explorar el paisaje

Por último, se pueden saborear comidas típicas friulanas como platos como el frico, la polenta con salchichas o el crostoli, en restaurantes y casas de familia.