Turismo rural: 5 pueblos a menos de 2 horas de Buenos Aires para una escapada
A menos de dos horas de la Ciudad de Buenos Aires se esconde un universo de tranquilidad, verde infinito, gastronomía criolla y tradiciones que sobreviven al paso del tiempo. En los últimos meses, las búsquedas relacionadas con turismo rural explotaron entre quienes buscan desconectar de la rutina sin alejarse demasiado, y la provincia tiene una oferta que sorprende por su variedad. Cerca hay cinco destinos que se volvieron tendencia para escapadas cortas. Entre ellos se encuentra San Andrés de Giles, San Miguel del Monte, Chascomús, Carlos Keen y San Pedro. Cada uno, con su propio sello y su historia, ofrece actividades, paisajes y sabores que consolidaron a Buenos Aires como uno de los polos más fuertes del turismo de cercanía.
¿Por qué elegir turismo rural en Buenos Aires para una escapada rápida?
El turismo rural en Buenos Aires creció gracias a una combinación que funciona. Una mezcla entre buenos accesos, gastronomía de campo, actividades para toda la familia y patrimonios históricos muy bien conservados. A menos de dos horas en auto, estos pueblos permiten bajar un cambio sin necesidad de planificar un viaje largo ni gastar de más.
Las opciones incluyen visitas a lagunas, museos, estancias, cascos históricos, ferias de artesanías y propuestas gastronómicas donde las pastas caseras, la parrilla y los embutidos artesanales son protagonistas.
Turismo rural en Buenos Aires: ¿qué ofrece San Andrés de Giles?
Ubicado a 103 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, San Andrés de Giles es uno de los grandes referentes del turismo rural. Accesible por la Ruta Nacional 7 y la Ruta Provincial 41, conserva una identidad tradicional que enamora a quienes buscan descanso.
Su plaza central está impecablemente cuidada y reúne dos joyas arquitectónicas, tales como la Iglesia San Andrés Apóstol y el Palacio Municipal. El parque municipal Dr. Fernando Lillia funciona como pulmón verde, ideal para deporte o caminatas relajadas.
En materia histórica, la Estancia La Merced –o Posta de Figueroa– es un punto obligatorio. Allí se desarrollaron hechos clave de la historia argentina, como la firma de la famosa "Carta de la Hacienda de Figueroa" escrita por Juan Manuel de Rosas a Facundo Quiroga.
A nivel gastronómico, la recomendación destacada es el Bar Restaurante La Familia, frente a la plaza, un clásico de comidas típicas.
Turismo rural en Buenos Aires: ¿qué hacer en San Miguel del Monte?
San Miguel del Monte, a 110 kilómetros de Capital Federal, combina historia, naturaleza y tradición. Se llega fácilmente por la autopista Ezeiza–Cañuelas y luego por la Ruta Nacional 3.
Su atractivo principal es la laguna de 740 hectáreas, rodeada por 15 km de verde. Allí se practican deportes náuticos como windsurf, vela, natación, jet ski y pesca deportiva. La costanera Juan Manuel de Rosas se ilumina por la noche y se llena de vida con los bares, restaurantes y familias disfrutando del ambiente frente al agua.
San Miguel del Monte también es una de las ciudades más antiguas de la provincia, y sus construcciones coloniales reflejan esa identidad. Gran parte de su patrimonio histórico está relacionado con Juan Manuel de Rosas, dueño de extensas tierras en la zona.
Para quienes buscan un plan más criollo, las estancias de los alrededores ofrecen cabalgatas y actividades rurales. Y para los fanáticos del turismo auténtico, los pueblos Abbott, Francisco A. Berra y Zenón Videla Dorna son ideales para presenciar fiestas gauchas y degustar gastronomía regional.
Chascomús como un clásico del turismo en Buenos Aires
A poco más de 120 kilómetros de la Ciudad, Chascomús destaca por su icónica laguna, uno de los lugares más fotografiados del turismo bonaerense.
Caminar por la costanera es casi una tradición y se convirtió en punto de encuentro para correr, andar en bici o simplemente disfrutar del paisaje. En la famosa zona de "la escalinata" se juntan jóvenes a tocar la guitarra y matear al atardecer.
La laguna también es sinónimo de pesca y deportes acuáticos, con áreas especialmente destinadas para quienes buscan tranquilidad en la naturaleza.
Chascomús cuenta con monumentos emblemáticos como la escultura dedicada a Raúl Alfonsín —nacido en la ciudad— y el monumento diseñado por Clorindo Testa por los 25 años de la recuperación democrática. Su plaza principal alberga edificios históricos como el Teatro Municipal, la Casa de Casco, la Iglesia y la municipalidad.
Para las familias, el Parque Acuático Puerto Aventura es un imperdible del verano, con toboganes, juegos y zona de parrillas.
Carlos Keen y su turismo rural con gastronomíaque se transforma en el combo perfecto
A solo 88 kilómetros de Capital, Carlos Keen es uno de los destinos más buscados del turismo rural en Buenos Aires. Por Acceso Oeste hasta Luján y luego Ruta 7, llegar a este pueblo es relativamente sencillo.
Este pueblo se volvió un auténtico polo gastronómico. Sus restaurantes de campo ofrecen embutidos artesanales, quesos, carnes al asador, empanadas al disco, pastas caseras y platos a la olla. El circuito gastronómico se despliega entre casas centenarias de ladrillo y adobe que conservan su estilo original.
Entre sus atractivos se encuentran el Museo de Maquinaria Rural, el templo San Carlos Borromeo, la granja Mirador al Sur —con producción de miel y gírgolas— y el Jardín de Noideé con su parque de frutales.
La estación de tren, hoy fuera de funcionamiento, sigue siendo una postal del pueblo. Cerca, El Granero Carlos Keen funciona como centro cultural con exposiciones y espectáculos a la gorra.
San Pedro, significado de naturaleza, historia y río
A poco más de 150 kilómetros, San Pedro es uno de los destinos más verdes para quienes buscan turismo tranquilo en Buenos Aires. Su casco histórico, fácilmente recorrible a pie, combina barrancas, edificios antiguos y vistas privilegiadas al Paraná.
Entre sus puntos destacados se encuentran la Biblioteca Popular Rafael Obligado, el Museo Histórico, la Casa 1830, la Liga Deportiva Sampedrina y diversas casonas emblemáticas. El Palacio Municipal —de 1888 y estilo colonial neoclásico— y la Iglesia Nuestra Señora del Socorro completan el circuito arquitectónico.
La costanera es ideal para almorzar frente al río en restaurantes de parrilla o cocina criolla. Y para los amantes de la pesca, es uno de los mejores destinos de la provincia. También se puede recorrer el río en kayak o lancha.