Más allá de Río de Janeiro: cinco playas de Brasil para conocer en el verano

Se acerca el verano y, con él, la temporada alta en la que millones de argentinos comienzan a planificar sus vacaciones de descanso. Históricamente, las playas de Brasil se han mantenido como uno de los destinos favoritos, gracias a la calidez de su gente, su clima tropical y una extensión costera que ofrece miles de kilómetros de arena dorada y mar turquesa. 

Si bien los clásicos como Río de Janeiro (con Ipanema y Copacabana) o las playas urbanas de Florianópolis acaparan la mayor atención, el verdadero encanto del gigante sudamericano se esconde en bahías más reservadas, islas paradisíacas y rincones con una identidad única.

Para quienes buscan escapar de las multitudes o probar experiencias diferentes, aquí presentamos cinco joyas costeras brasileñas que prometen una experiencia memorable en el próximo verano.

Brasil: cinco playas para la aventura y la desconexión total

Estos destinos son ideales para el viajero que busca privacidad, naturaleza virgen y que no teme un pequeño esfuerzo extra para llegar a calas de ensueño.

• Lopes Mendes, Ilha Grande (Río de Janeiro): Esta isla, un paraíso natural frente a la Costa Verde (cercana a Angra dos Reis), alberga lo que locales y visitantes consideran la mejor playa del lugar. Con 2,5 kilómetros de arena clara, Lopes Mendes es un refugio sin desarrollo humano, accesible únicamente a pie (a través de senderos en la selva) o por medio de un barco. Sus únicos signos de civilización son un pequeño barcito donde se puede disfrutar una cerveza fría con los pies en la arena y una iglesia en ruinas escondida entre los almendros. La caminata vale la pena por la sensación de aislamiento y la belleza natural.
• Praia do Sancho, Fernando de Noronha (Pernambuco): Considerada con frecuencia como una de las mejores playas del mundo, Sancho se encuentra en el archipiélago volcánico de Fernando de Noronha (un Área de Protección Ambiental). Se caracteriza por un paisaje dramático: una meseta cubierta de selva que termina abruptamente en acantilados empinados que descienden a una bahía de arena dorada. Sus aguas son tranquilas, de un azul brillante, perfectas para el esnórquel. La característica más memorable es su acceso: se realiza mediante escaleras roscadas a través de agujeros en los acantilados, lo que le agrega un inigualable sentido de aventura.
• Praia da Fazenda, Costa Verde (São Paulo): Ubicada entre las ciudades de Paraty y Ubatuba, es una bahía paradisíaca donde las montañas boscosas se encuentran con el río Picinguaba. El río es lo suficientemente poco profundo como para cruzarlo caminando hasta llegar a la banda de arena grisácea. Al estar a varios kilómetros de la ciudad más cercana, es un lugar excepcionalmente tranquilo. Su ubicación en una bahía protegida hace que el agua sea muy calma y perfecta para nadar, siendo un escape total de la vida urbana (se recomienda llevar provisiones ya que las instalaciones son limitadas).

Brasil ofrece una diversa variedad de playas para disfrutar durante todo el año

Para quienes buscan una experiencia más dinámica o desean disfrutar de un paisaje costero con fuerte impronta cultural e histórica, estos destinos son la elección perfecta.

• Praia do Campeche, Florianópolis (Santa Catarina): Florianópolis es famosa por su vida nocturna y sus múltiples playas, muchas de las cuales son azotadas por vientos constantes. Campeche es la principal de ellas, celebrada como una de las mecas del kitesurf de Brasil. Si bien atrae a practicantes experimentados, las condiciones son también amigables para los principiantes, con varias escuelas de kitesurf a lo largo de la costa. Sin embargo, no hace falta ser deportista para disfrutarla: con sus dunas de arena, telón de fondo boscoso y vistas de las islas cercanas, es un lugar perfecto para relajarse.
• Praia do Porto da Barra, Salvador (Bahía): Ubicada en la histórica ciudad de Salvador, que fue la primera capital de Brasil, esta playa se encuentra en la Bahía de Todos los Santos. Está dominada por el Faro de la Barra (con sus icónicas franjas) y el imponente Fuerte de Santo Antônio, recordatorios del pasado colonial. El mayor atractivo de Porto da Barra es que es una de las pocas playas de Brasil orientada al oeste. Esta particularidad garantiza que los atardeceres sean sencillamente sublimes, pintando el cielo con colores vibrantes sobre el océano. Históricamente, fue un lugar predilecto de músicos del tropicália como Gilberto Gil.