Mubarak no renunció y ya hay escándalo en Egipto: "No me voy para sacar al país de la crisis"
La emoción y la incertidumbre reinaban en Egipto, donde miles de manifestantes esperaban con ansias la dimisión del presidente Hosni Mubarak. La dimisión se daba casi como un hecho en medio de una fuerte ola de rumores.
Sin embargo, el mandatario sorprendió a los egipcios -y también al mundo- con un discurso en el que no sólo no renunció, sino que también pidió apoyo "a todos los que aman a este país".
"No me voy, tengo que sacar al país de la crisis", destacó Mubarak y agregó: "Voy a seguir, pero no por intereses personales".
De todos modos, aseguró que le traspasará poderes al vicepresidente, Omar Suleiman, de acuerdo a lo establecido en la Constitución.
En este marco, agregó que él ha trabajado por la gente de Egipto y criticó a otros líderes globales al señalar: "Nunca había sufrido una presión internacional como ésta".
"Nadie toma decisiones por nosotros", disparó y agregó: "Soy un héroe de Egipto".
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Por otra parte, el jefe de Estado señaló que los culpables de haber causado muertos o heridos durante las protestas serán juzgados. Incluso, llamó "mártires" a quienes fallecieron en estos últimos días.
Asimismo, pidió perdón por los errores que cometió durante su Gobierno, aunque reiteró su "compromiso" con el país.
Por otra parte, el mandatario aseguró que habrá reformas constitucionales para garantizar la legitimidad de las próximas elecciones.
"Prometo ante Dios y ante la nación que habrá elecciones transparentes en septiembre para que haya una correcta transición de poder", dijo.
Y concluyó: "Yo nunca voy a dejar a Egipto y Egipto nunca me va a dejar a mí hasta que esté enterrado en suelo egipcio".
Decepción y abucheosEn la plaza Tahrir se había congregado una multitud que esperaba ansiosa la renuncia de Mubarak y que reaccionó con fuertes abucheos tras el discurso.
Asimismo, agitaron sus zapatos en señal de rechazo a las palabras pronunciadas por el presidente egipcio.
También volvieron cánticos entonados a los gritos: "Abajo, abajo Hosni Mubarak" y "vete, vete".
Las manifestaciones llevan 17 días pidiendo el fin de los 30 años de gobierno autoritario de Mubarak.
Rumores de renunciaLa idea de renuncia había adquirido fuerza este jueves cuando el primer ministro de Egipto, Ahmed Shafiq, afirmó en una entrevista con la BBC que "se estaba debatiendo" la posibilidad de que Mubarak dejara su cargo y que la situación debía clarificarse pronto.
Poco después el secretario general del oficialista Partido Nacional Democrático de Egipto, Hosam Badrawi, le adelantó a la BBC que Mubarak hablaría este jueves y dijo que esperaba que fuera para transferir el poder al vicepresidente, Omar Suleiman.
En este marco, miles de personas volvieron a salir a las calles de El Cairo para exigir la renuncia inmediata del mandatario.
"Demandas legítimas"En tanto, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto anunció este jueves que está listo para cumplir con "las legítimas demandas del pueblo" y afirmó que está "estudiando las medidas" para salvaguardar los intereses del país.
Ese compromiso es parte del comunicado del consejo leído por un militar ante las cámaras de la televisión pública.
En el mismo, el militar les dijo a los manifestantes opositores al presidente Hosni Mubarak que "todo lo que quieren se va a realizar".
El general Hassan al Roweny anunció una reunión del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas para discutir las "medidas necesarias para proteger al pueblo" en función de la situación actual.
Después del mensaje, los manifestantes en El Cairo comenzaron a celebrar y a gritar "el régimen ha caído", según cita la agencia de noticias Reuters.
Lyse Doucet, la corresponsal de la BBC en El Cairo que habló con Badrawi, dice que el movimiento 25 de enero -denominado así por el día en que comenzaron las protestas- vería la renuncia como una gran victoria.
Tras más de dos semanas de protestas, hasta ahora el mandatario había anunciado que no se presentará a la reelección en septiembre, pero que no saldría porque eso llevaría el caos a su país.
Desde que se iniciaron las protestas a finales de enero, según las organizaciones humanitarias, han muerto más de 300 personas.