Vivir una vendimia en una finca propia, un sueño más que posible

Conocé los detalles sobre Finca Propia, un proyecto que acerca la posibilidad de ser "dueño" de un viñedo. Los detalles y cómo se vive la experiencia
Por Belen Conti
ACTUALIDAD - 18 de Abril, 2012

Para muchos, vivir una vendimia es un sueño. Y, más aún, vivirla en una finca que sea de su propiedad.

Y por imposible o lejano que esto suene, lo cierto es que no es un objetivo tan improbable o complicado como a primera vista puede parecer.

Al menos, no lo es gracias a Finca Propia, un fideicomiso que permite ser dueño de un viñedo -al menos de una porción de él- y producir vinos propios con sólo comprar una cuotaparte de u$s4.550.

Esa inversión convierte a la persona en propietaria de 24 vides de las variedades Malbec, Cabernet y Chardonnay. Y, durante tres años, recibe todos los meses una caja personalizada de seis vinos sin costos extra (en total, 216 botellas).

Pero eso no es lo más atractivo del proyecto. Los que deciden poner su dinero en una o más cuotapartes en general no lo ven como una inversión que les brinde significativas ganancias. Sino que lo interpretan más como una posibilidad de cumplir el sueño de ser productores de vinos.

"Esto te permite disfrutar de todos los beneficios de tener una finca, sin tener que preocuparte por los detalles o problemas", explicó Santiago Mas, hijo del reconocido enólogo Antonio Mas (socio fundador y cabeza del proyecto) y parte del grupo de expertos que componen el equipo de Finca Propia.

¿A qué se refiere con esto? Que todos los detalles (desde cómo actuar ante las diversas condiciones climáticas hasta la preparación para las distintas cosechas y la búsqueda de trabajadores o todo lo que tiene que ver con el proceso de vinificación) quedan a cargo de los expertos que son parte de este proyecto.

De hecho, el winemaker pionero en el desarrollo de la nueva vitivinicultura y en la elaboración de vinos en pequeña escala, Antonio Mas, es quien guía este proceso. Cuando los propietarios visitan la finca, casi con certeza lo encontrarán allí, trabajando y respondiendo las dudas que le planteen.

Y él es también quien está a cargo del proceso de elaboración de los vinos Río de Luna -como fueron bautizados los productos nacidos en este emprendimiento-.

Pero "no preocuparse" no es el eje del proyecto. Los que adquieren Finca Propia, en general, tienen una pasión por el vino y desean ser parte de ese mundo de vitivinicultores.

"No importa si sos propietario de una cuotaparte o de varias, en Finca Propia te sentís como si fueras dueño de todo", apuntó Santiago Mas.

Y su padre completó la idea contando una anécdota. "El otro día, vino uno que ya había estado acá en un vendimia, pero esta vez, vino con sus dos hijos y les decía: ‘Miren, esto es lo que les voy a dejar'. Y yo no sabía si reírme o ponerme llorar, porque era dueño de una cuotaparte nomás. Pero él les mostraba todo a los hijos. Se quedó un rato largo, estuvo deshojando con una gran dedicación y me preguntaba si lo hacía bien. Incluso les dijo a los hijos que lo hagan... Y como él hay muchos. Por ahí, a veces, es tanta la pasión que te piden cosas como que les marques las plantas que ellos deshojaron, o que les hagas sus vinos con esas uvas que ellos sacaron... Y vos les tenés que hacer entender que esas uvas van con todas las otras, no podés tener una minibodeguita para cada quien. Imaginate que a 4.000 socios no les podés hacer 4.000 vinos diferentes. Pero eso te demuestra el compromiso, el sentido de pertenencia", comentó.

Y esa pertenencia es fomentada por la gente de Finca Propia, quienes mandan un newsletter con todos los detalles de lo que se está haciendo y con un cronograma de actividades que permite que la gente sea parte de todas las etapas del proceso de creación de los vinos Río de Luna, desde la poda de plantas hasta la vendimia en sí misma.

Justamente, de la última vendimia tuvo la posibilidad de participar Life & Style - iProfesional.com, viviendo la experiencia como cualquier propietario y dialogando con los dueños y expertos de Finca Propia.

Viviendo la vendimiaLa belleza de Mendoza, en concreto del Valle de Uco (a 74 km de la ciudad), se presenta como un contexto perfecto para vivir la experiencia de una vendimia.

En un entorno de viñedos y montañas, los propietarios llegaron a Finca Propia todos juntos, en un micro que los pasó a buscar por los hoteles en los que se alojaban y junto a un representante de proyecto. Todos bajaron con una sonrisa en la cara y con mucha expectativa. Algunos iban por primera vez, otros ya habían asistido en otra ocasión.

Después de ser recibidos con un pequeño convite de bienvenida, llegó el turno de poner las manos en acción. Cada uno debió agarrar sus guantes, delantal y gorra y juntos enfilamos hacia los viñedos.

Allí nos esperaban esas uvas que íbamos a vendimiar. Y también las herramientas necesarias para hacerlo. Cada uno recogió su tijera y su cesta, que debía volver llena del producto.

Antonio Mas demostró rápidamente qué había que hacer: sacar las hojas y cortar la uva. Tan simple como eso. Sin embargo, al poner las manos a la obra no todo resultaba tan fácil.

Algunos racimos estaban cómodamente ubicados y con sólo un corte limpio bastaba. Otros estaban más enredados o escondidos y había que poner un poco más de esfuerzo. No debía quedar ninguna uva en la vid. Cada uno debía "limpiar" su planta.

Las cestas que todos pensaban llenar en un minuto tardaron algo más en verse repletas. Algunos, incluso, decidieron emprender la tarea de a dos.

Y una vez llenas, no terminaba todo ahí. Había que llevarlas hasta el camión donde se depositaban las uvas y, a cambio, cada quien recibía una monedita con símbolo de Finca Propia, la misma con la que se les paga a los trabajadores y que es cambiada una vez a la semana por dinero en efectivo.

Ahora sí, todos con nuestra moneda, volvimos hacia la entrada de la finca, donde nos esperaba un abundante almuerzo en el que, obviamente, el vino no faltaba y en el que, entre todos, realizamos una cata guiados por los expertos.

Sin decirnos los detalles sobre los vinos que probábamos, Antonio Mas nos preguntaba qué sabores percibíamos. Y todos los presentes iban diciendo sus sensaciones, que eran anotadas en una pizarra.

Luego Antonio nos reveló los detalles y diferencias entre los distintos vinos que estábamos probando y explicó el porqué de los diferentes sabores que detectábamos.

Además respondió a todas las preguntas aclarando que no había que tener miedo de consultar cualquier duda.

De hecho, Santiago Mas buscó romper el hielo afirmando que "el mundo del vino es como una escalera. Uno ve a los que están arriba y piensa que es imposible llegar. Pero hay que ir subiendo de a poquito, preguntando todo lo que se necesite para subir de escalón".

Así, la tarde transcurrió entre risas, bromas, música típica de la zona y de la Argentina en vivo y, como no podía ser de otro modo, mucho vino.

Cuando se hizo la hora de partir, todos se retiraron con una sonrisa y un aplauso para Antonio. También se escucharon varias promesas de volver en alguna de las próximas actividades que hubiera en el cronograma.

Otro detalle mágico que se dio durante la tarde: muchos de los que llegaron como desconocidos se retiraron como amigos. De hecho, hubo un par de matrimonios que coordinaron para salir a cenar juntos al día siguiente.

"Esto es Finca Propia. La gente comparte una pasión, que es el vino. Por eso no es raro que encuentren otros puntos en común y se terminen llevando bien", resaltó Santiago.

En primera persona¿Quiénes mejor que los propios dueños para describir lo que significa ser parte de Finca Propia? Life & Style - iProfesional.com dialogó con algunos de ellos, quienes comentaron sus experiencias.

"Mi marido compró una cuotaparte de este proyecto en secreto. Cuando yo me enteré casi lo mato. Pensaba que tal vez nos iban a estafar y que con esa plata (o tal vez un poco más) me hubiera podido ir a Europa", contó Virginia, esposa de un propietario y agente de viajes.

Sin embargo, fue rápida en aclarar: "Cuando vine por primera vez, vi los viñedos, conocí a Antonio, hablé con él y participé de esta experiencia. Entonces quedé encantada y terminé agradeciéndole a mi marido que haya comprado".

Su experiencia dista de la de la esposa de otro propietario, quien nunca dudó que el proyecto fuera perfecto para su pareja: "Él siempre decía que le gustaría tener una finca, hacer vinos... Pero siempre lo mencionaba como algo imposible. Hasta que un día abrió el diario y me dijo: ‘Mirá, esto es para mí' y me mostró la publicidad de Finca Propia. Hicimos una consultas y acá estamos, super contentos".

En tanto, Don, otro de los propietarios, resaltó que lo primero que atrajo su atención fue el modelo de negocios. Tras contar que trabajaba con proyectos enfocados en cuidar el medioambiente, relató: "Me pareció interesante cómo Finca Propia te acercaba al producto. Al conocer el proceso apreciás más todo lo que hay detrás y no sólo lo que ves en la góndola".

Incluso, agregó que le gustaría ver el modelo replicado a otros productos. "Me pareció muy innovador y muy aplicable en muchos otros rubros", explicó.

Por su parte, otra pareja propietaria comentó: "El vino es una pasión. Y cuando uno va conociendo un poco te dan ganas de saber cada vez más, hacer cursos, entrenarte para reconocer las características de cada vino... Y acá ponés todo en práctica, podés preguntar lo que querés, tenés a los mejores expertos que te escuchan y te explican. Es una experiencia hermosa".

"Cuando me llegó la primera caja personalizada de vinos fue una sensación indescriptible. Tenían la etiqueta que decía ‘este vino fue elaborado con uvas del viñedo de' y abajo aparecía el nombre de mi marido", resaltó otra propietaria quien además contó una anécdota: "Estaba acá (en Argentina) una amiga de España y le regalé una botella. Y después cuando volvió a su país y cumplió años me mando una foto en la que brindaban con mi vino. Fue increíble".

La visión del expertoTambién Antonio Mas tiene mucho para contar sobre el proyecto. Él fue quien lo concibió y quien lo vio nacer. Y es quien día a día va al viñedo y pone su empeño para que Río de Luna sea el producto que es. ¿Cómo vive él el encuentro con la gente? Así lo explicó: "Participar de la vendimia es parte de la experiencia. Muchos no la pueden vivir estando los 360 días acá (en Mendoza), pero pueden ser parte de todo esto. Además, esto ayuda a que sientan el sentido de pertenencia, que esto también es su pedacito de tierra".

Según el enólogo, los dueños están siempre buscando ser parte de todo lo que puedan. "Todos quieren participar del trabajo, quieren ver el proceso, porque están acostumbrados a ver el vino en la botella y les interesa esta parte. Entonces por ahí vienen un martes, miércoles o un fin de semana y se pasan por la finca. Me dicen: ‘Estábamos acá en Mendoza y aprovechamos para pasar'", ejemplificó.

En esos momentos, es usual que quieran entender y conocer más en profundidad todo lo que sucede en la finca. "Cuando me ven haciendo algo me preguntan cómo se hace, por qué, para qué... ellos quieren saber los detalles", puntualizó.

"La vendimia es la actividad más popular, pero también hay gente que viene a la poda, deshoje... Y eso se puede combinar con los cursos y se cierra así el círculo que te permite apreciar por qué un vino es diferente un año del otro. Siempre les mandamos un newsletter con información y, si te vas metiendo en el tema, los mirás con más atención para ver si llovió más o menos, cómo fue la helada, porque sabés que son factores que van influyendo", añadió Antonio.

¿Cómo describiría Antonio Mas a los poseedores de las cuotapartes de Finca Propia? "Son muy curiosos. Te agobian a preguntas, pero te preguntan bien, porque reciben información y tienen que deglutirla, por lo que consultan las dudas. Hay mucha avidez. Son como una esponja y tienen mucho interés. Y, poner las manos en acción, les ayuda a ver la realidad. Porque a veces vienen y te dicen ‘a mí me dijeron que el vino se hace así' y está bien, pero para otra cosa. Vos cuando entrás a una concesionaria no vas y decís quiero un auto, decís quiero tal modelo, con tales características. Y con el vino es igual. Por ahí te dijeron que el vino se hace así, pero hay muchos tipos y cada uno tiene sus secretos. Eso es lo que descubren".

Una puerta más cerca de casaSi bien Finca Propia tiene dueños de todo el país (e incluso algunos internacionales), la mayoría se concentra en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Es por eso que, para estar más cerca, el emprendimiento abrió la Casa Finca Propia, con el fin de recrear la finca en Buenos Aires.

"Es ‘el espacio de nuestras vivencias', que representa la posibilidad para enriquecernos con más conocimientos, para encontrarnos, para brindar, degustar y seguir aprendiendo y compartiendo acerca de este maravilloso mundo. Cada parte de esta casa, recrea la Finca. Cada rincón nos acercara a nuestra Mendoza. Buscamos darle ese aire para que podamos cerrar los ojos y sentir que los Andes nos rodean", indicaron desde Finca Propia.

En este lugar se realizarán diferentes cursos acerca de las características del vino y se podrán disfrutar de catas y degustaciones dirigidas por expertos en la materia.

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