Derecho de admisión: claves para ingresar en los mejores posgrados y MBA del mundo
Ingresar en una maestría o posgrado dictado por una escuela de prestigio en Europa o Estados Unidos puede resultar costoso para un profesional argentino. Las matrículas alcanzan un valor de alrededor de u$s40.000 por curso. Y un MBA en una escuela de elite europea ronda los 60.000 euros.
No obstante no es este el único obstáculo a sortear. Los centros de formación de ejecutivos más prestigiosos del mundo reciben entre cinco y diez solicitudes por cada plaza disponible en sus programas.
Es por eso que formar parte de esta elite no es sencillo e implica que superar un exigente proceso de admisión. Sucede que, las escuelas de negocios que rankean más alto se dan el gusto de recibir sólo a los mejores candidatos.
Jóvenes de todo el mundo ponen sus ojos en Harvard, Stanford, el Instituto tecnológico de Massachusetts, Columbia, Wharton, Chicago, Kellogg, New York University, Tuck, Fuqua, la Universidad de California, y otras instituciones que repiten año tras año en los primeros puestos de las clasificaciones internacionales y reciben, según los datos de las propias universidades, entre cinco y diez solicitudes por plaza, de acuerdo al portal Expansión.
Es por eso que para lograr el "sí" de parte de estas entidades educativas, es necesario atravesar un importante proceso de selección.
En primer lugar es necesario completar el Graduate Management Admission Test (GMAT), el examen sobre conocimientos de gestión empresarial que utilizan las principales escuelas de negocios del mundo. El requisito superar los 700 puntos sobre 800.
Esta prueba está regulada por un organismo internacional, el Graduate Management Admission Council (GMAC), y se realiza a través de Internet. Este test mide dos tipos de capacidades: matemática y lenguaje, y escritura analítica. Para tener un resultado brillante en este examen hay que dominar, además, el inglés. En la Argentina, el único centro autorizado para administrar este test es ICANA.
Este este último punto es, precisamente, otro de los obstáculos a sortear. Es necesario acreditar el nivel de idioma. La prueba más más utilizada por las universidades es el Test of English as a Foreign Language (Toefl), título que entrega a través de distintas entidades en todo el mundo la Universidad de Cambridge.
Es aconsejable para estos casos contar con al menos 260 puntos, aunque en escuelas como Stanford, Harvard y Kellogg se requiere superar los 280. En los programas para profesionales la exigencia suele ser menor, aunque también se solicita una puntuación mínima.
Pero los aspirantes deben poner en juego algo más que buenos resultados en los exámenes para entrar en este tipo de centros. En los programas ejecutivos la trayectoria profesional puede llegar a ser más importante que los exámenes.
Además, estas instituciones exigen cartas de recomendación, dos por regla general a los junior, según Expansión. Lo idóneo es que sean escritas por un empresario y un académico. Normalmente, los senior sólo deben aportar una, de la compañía en la que trabajan. En este caso lo mejor es que se trate de un jefe directo, no de un alto cargo que no conozca al candidato.
Junto a la documentación que acredita los conocimientos y experiencia, los candidatos deben contestar por escritouna serie de cuestiones que tienen que ver con su perfil personal, sus expectativas profesionales, su actitud, su motivación, sus planteamientos vitales. Además, algunos centros realizan entrevistas personales.