Preocupación en Scotland Yard por posible atentado en el funeral de Margaret Thatcher

La policía británica alertó que estaría preparándose para enfrentar posible atentados en el funeral de la difunta ex primer ministra
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 10 de Abril, 2013

Scotland Yard se prepara para una amplia operación de seguridad el miércoles que viene, cuando la Reina Isabel II y varias personalidades asistan al funeral oficial por la ex primera ministra fallecida, según consignó el medio español ABC.

Según varios diarios británicos, la policía británica ha puesto a un especialista en orden público con experiencia antiterrorista al frente del operativo. El dispositivo policial buscará hacer frente a posibles ataques de grupos disidentes del IRA u otras organizaciones de extrema izquierda, dos de los colectivos con mayor animosidad hacia la baronesa Thatcher.

Según recuerda el sitio de noticias hispano, el IRA ya intentó acabar en otra ocasión con vida de la mandataria en un plantando una bomba contra el hotel de Brighton en el que se alojaba la primera ministra y la plana mayor del Partido Conservador en 1984. La explosión acabó con la vida de cuatro personas, incluido un diputado "tory". Mientras, grupos anarquistas han convocado una fiesta este sábado en Trafalgar Square, el mismo lugar en el que varios militares y políticos conservadores piden estos días que se erija una estatua a la Dama de Hierro.La propia Thatcher era consciente de que su muerte podría desatar protestas, y pidió expresamente que su cuerpo no fuera mostrado en Westminster, en parte, para evitar la tentación de los altercados.

En efecto, ha corrido el champán en Glasgow. La cerveza y la leche en Brixton. Y hubo seis policías heridos en Bristol. Demasiada alegría ante una primera ministra fallecida, por muy conservadora que fuera, para el estómago de muchos dirigentes laboristas, que han criticado este martes las celebraciones con las que ha sido recibida estos días la noticia del fallecimiento de Margaret Thatcher en varios puntos del país.

"Cientos de personas, protagonistas y herederos de algunos de los más graves conflictos sociales que compusieron los once años de mandato de la Dama de Hierro, han salido a la calle a festejar la muerte de una anciana de 87 años que, en vida, polarizó la sociedad británica", cuenta ABC."Llevamos esperando mucho tiempo la noticia de la muerte de la baronesa Thatcher y no puedo decir que la he lamentado, no derramaré una lágrima por ella", explicaba respetuoso pero distante Chris Kitchen, líder del sindicato de mineros, el colectivo derrotado y humillado por una Thatcher implacable a mediados de los 80.

En la localidad escocesa de Glasgow, varios cientos de personas se concentraron este lunes en George Square, convocados vía Twitter, y descorcharon varias botellas de bebidas espumosas al grito de "Maggie, Maggie, Maggie, muerta, muerta, muerta", en referencia al diminutivo con el que se conocía a la exprimera ministra. Escocia fue donde el gobierno conservador comenzó a implantar el "poll tax", la tasa municipal que desató fuertes revueltas a finales de los 80, y que aceleró la paulatina desaparición política de los "tories" escoceses, que han pasado de obtener casi la mitad de los votos en la postguerra a enviar un solo diputado a Westminster.Mientras el mundo se deshacía en elogios al legado transformador de Thatcher, quienes han celebrado estos días la muerte ajena han rescatado viejos hits musicales del "thatcherismo", como "Margaret on the Guillotine", de Morrisey, líder de The Smiths, o el "Ding, Dong, The Witch is Dead" (la bruja ha muerto) de Marc Almond."Cada decisión que tomó estaba cargada de negatividad", dijo el lunes el cantante Morrisey, conocido por sus declaraciones polémicas, además de por varios himnos del pop británico de los 80.

Aunque el primer lugar en descorchar botellas el lunes por la noche fue Brixton, al suroeste de Londres, escenario de los célebres disturbios raciales de 1981, cuando Thatcher apenas llevaba dos años en Downing Street. El cine Ritzy de Brixton desplegó varios carteles luminosos en los que se anunciaba su muerte. "La perra ha muerto", escribieron. Además de champán, decenas de personas brindaron también con leche al grito de "leche gratis para todos", en recuerdo de la primera medida de recorte social adoptada por Thatcher como ministra de Educación en 1972: la eliminación del subsidio universal a la leche para los alumnos de primaria.

La consiguiente batalla campal provocó varias detenciones, aunque los incidentes de mayor gravedad se produjeron en la madrugada del lunes en Bristol, donde al menos seis policías resultaron heridos. El martes el ex primer ministro laborista, Tony Blair, denunciaba el "mal gusto" de estos comportamientos. "Se debe mostrar respeto incluso cuando discrepas fuertemente de una persona, especialmente en el momento de su muerte", aseguró el ex premier laborista. Según Blair, que sufrió la ira popular por embarcar al Reino Unido en la guerra de Irak, explicaba ayer que "cuando decides, divides".

Una fuente del Partido Laborista citada por la BBC explica que el líder de la oposición, Ed Miliband, "condena categóricamente cualquier celebración de la muerte de Thatcher; como dejó claro el lunes, fue una personalidad enorme de la política británica e internacional". Otro escenario de celebraciones por el fallecimiento de la ex primera ministra conservadora fue Irlanda del Norte. Varios republicanos organizaron una fiesta espontánea el lunes muy cerca del escenario de la matanza del "Domingo Sangriento", cuando paracaidistas británicos mataron a 14 civiles en 1972. El líder del Sinn Féin, Gerry Adams, calificó la política thatcherista de fracaso total en el Ulster.

Las protestas en Derry y en Belfast llevaban a pedir calma este martes al histórico dirigente republicano Martin McGuinness, vicepresidente del gobierno regional y ex miembro de la dirección del IRA. "No fue una pacificadora, pero no debemos dejar que su muerte envenene nuestras mentes", ha dicho McGuinness, que ha pedido a los nacionalistas que se "resistan a celebrar" su fallecimiento. La ironía histórica es que McGuinness formaba parte de la dirección militar del IRA cuando la entonces primera ministra conservadora ocupaba el primer puesto en su lista de objetivos.

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