El joven multimillonario Mark Zuckerberg nunca más volverá a pagar impuestos
El joven multimillonario, Mark Zuckerberg, debería pagar entre u$s1.000 y 2.000 M, sin embargo el propietario de la popular red social Facebook no tendrá que rendir cuentas ante el fisco nunca más.
CNN México consultó al respecto a Edward J. McCaffery, director del Fideicomiso Robert C. Packard y autor del libro "Fair Not Flat: How to Make the Tax System Better and Simpler".
El experto emitió su juicio de valor a cerca de la suerte de Zuckerberg y analizó su situación contrastándola con la de los millonarios mas acaudalados del mundo.
Según sostiene McCaffery, el creador de la red social, obtuvo grandes ganancias financieras al ejercer las opciones accionarias que incrementaron la cuenta de sus impuestos y se benefició de las leyes impositivas favorables en el proceso. De esta manera, no tendrá que pagar más impuestos por el resto de su vida.
Zuckerberg reportó un ingreso de u$s2.300 M a causa de la oferta pública de activos de Facebook en mayo de 2012. ¿Cómo ocurrió eso?
Su contrato con la empresa estipula que tiene muchas opciones accionarias. Tiene el derecho de comprar acciones a un precio predeterminado: seis centavos de dólar.
Así que el día de la oferta pública de Facebook, cuando las acciones se compraban hasta en u$s42, Zuckerberg compró 60 millones de acciones a seis centavos cada una, una buena forma de ganar u$s2.300 M netos.
El servicio tributario considera que ese dinero es una compensación -salario- gravable con la tasa "ordinaria" sobre el ingreso. Esto significa que en el ejercicio de 2012, Zuckerberg tendrá que pagar impuestos por los u$s2.300 M a una tasa cercana al 50%, combinando el impuesto federal y el estatal.
La asombrosa factura tributaria de entre u$s1.000 y 2.000 M pone de relieve el tema de que quienes ganan salarios altos, pagan elevados impuestos, pero no son los ricos, como se hace evidente en las columnas de McCaffery para CNN.com acerca de Warren Buffett, Mitt Romney y Phil Mickelson.
McCaffery, propone retroceder un poco en el tiempo antes de sentir lástima por Zuckerberg.
Cuando el CEO de Facebook ejerce cualquiera de sus opciones accionarias genera un gravamen fiscal. Eso fue lo que hizo cuando compró las 60 millones de acciones de Facebook a seis centavos de dólar cada una.
Sin embargo, a partir de ese momento Zuckerberg es responsable solo por el futuro aumento de los precios de las acciones. Es decir que solo se responsabilizará de ellas cuando las venda y aún entonces, lo único que le preocuparía sería el rango de plusvalía más favorable.
Zuckerberg recibió u$s2.300 M tras años de acumular el valor en Facebook, lo que significa que había aplazado el pago de impuestos durante años. Esto se considera como un beneficio financiero: es mejor pagar impuestos después y no antes, si no hay otros factores de por medio.
Vale la pena mencionar que hubo otros elementos, ya que en 2012 se registró la tasa a los salarios más baja en un siglo: 35%. La mayoría de los observadores asumieron que las tasas aumentarían en 2013, como en efecto sucedió. Zuckerberg vendió cuando el precio era alto y la tasa impositiva era baja.
Para los expertos en impuestos es un misterio que Zuckerberg haya esperado tanto para vender, lo que provocó ese alto gravamen ordinario. La respuesta probablemente se divide en varias partes.
Uno, el momento que Zuckerberg eligió ciertamente debió jugar un papel importante en el aumento del precio de las acciones de Facebook cuando se hizo la oferta pública inicial, en aquél entonces llegó a su nivel más alto.
Dos, es obvio que Mark ya había vendido gran parte antes de la oferta. ¿De qué otra forma habría obtenido un capital total de más de u$s11.000 M -según los medios- gracias a un ingreso de u$s2.300 M, dividido por la mitad a causa de los impuestos y reducido aún más por el descenso de los precios de las acciones?
Cuando menos, lo habría logrado al comprar acciones durante la oferta pública, lo que permitió a Zuckerberg vender todo cuando el precio llegó al tope y después deshacerse de algunas acciones -"con fines fiscales", como lo hizo- sin someterse a un gravamen adicional.
De hecho, él ahora posee acciones con pérdidas fiscales integradas que puede vender para compensar las ganancias que genere en otras partes de su portafolio accionario.
También tiene muchas otras acciones (y aún más opciones) cuyo valor aumenta constantemente. Ha ejecutado lo que McCaffery llama "Planeación de Impuestos 1": simplemente conserva los activos conforme aumenta su valor sin tener que pagar impuestos por ellos.
La historia de Zuckerberg es una historia más de opciones accionarias, la moneda de cambio en Silicon Valley. Pueden ser difíciles o fáciles de manipular.
McCaffery, señala el episodio escandaloso de las fechas atrasadas como consecuencia del momento que los ejecutivos bien pagados eligieron para ejercer sus opciones accionarias.
Luego de que Zuckerberg lo hizo, pudo seguir los pasos de los íconos de la alta tecnología, como Bill Gates y Steve Jobs.
Estos empresarios amasaron grandes fortunas a través del uso inteligente de las opciones accionarias y luego, una vez que llegaron a los niveles más altos de la riqueza, simplemente se deshicieron de sus salarios ordinarios.
Fue muy comentado el hecho de que Jobs cobraba un dólar al año por dirigir Apple. Gates superó eso al renunciar completamente a su empleo como director operativo de Microsoft. Los realmente ricos abandonan al salario y a las declaraciones fiscales que acompañan a los simples mortales.
Las personas realmente ricas no tienen que pagar impuestos una vez que tienen sus fortunas en la mano. Simplemente pueden seguir el consejo de planeación fiscal: comprar/pedir prestado/morir, que significa comprar activos cuyo valor aumenta sin generar efectivo (como las acciones o participaciones de internet); pedir prestado para financiar el estilo de vida, y morir, y dejar el legado de una "base mejorada" en la que la ganancia fiscal desaparece milagrosamente.
Zuckerberg tiene ahora u$s11.000 M o más para seguir en el juego. Puede vivir de dinero prestado con la garantía de esa enorme suma (y desde luego puede obtener buenas tasas de interés), nunca tendrá que volver a vender un activo y nunca tendrá que percibir un salario "ordinario" nuevamente.
Como usualmente es el caso, el verdadero genio aquí es Buffett, quien entró en el juego a principios de la década de 1960 al comprar una empresa, Berkshire Hathaway, que no arroja ganancias.
Buffett pudo amasar su fortuna, valorada en más de u$s50.000 M, sin pagar tantos impuestos como Zuckerberg.
El creador de Facebook puede descansar en paz al saber que no tendrá qué preocuparse de volver a pagar impuestos. El resto de nosotros no fuimos tan bendecidos, concluye McCaffery.