El hipódromo porteño se vistió de naranja para celebrar la coronación de Guillermo y Máxima
El hipódromo de Buenos Aires se tiñó de naranja este martes 30 de abril para celebrar la coronación de los nuevos reyes de Holanda: Guillermo Alejandro y la argentina Máxima Zorreguieta.
La ocasión reunió a un importante número de personas -de hecho se escuchó a varios argentinos diciendo "no sabía que había tantos holandeses en el país"- y muchos incluso sacaron de sus roperos todos los atuendos o accesorios naranjas -en honor a la dinastía de Orange- que encontraron.
Un caso particular fue el de Hemmy Kempkes, quien llamó la atención de todos al estar vestido de naranja de pies a cabeza.
"Yo vine de turista para ver cómo se vivía esto acá. Ayer fui a la embajada, me invitaron y me dijeron que traiga algo naranja. Y por eso vine así, aunque una aclaración: en la pierna que dice Beatriz me puse un zapato naranja, pero en la de Máxima, uno celeste y blanco", contó a Life & Style - iProfesional.

Kempkes se mostró contento por la fiesta que se vivía en Argentina y consideró: "Los argentinos deben ser los más felices del mundo, porque tienen a Maradona, a Messi, un Papa y a Máxima".
En este sentido, fue más allá y aseguró que su actual reina "es el sol en la bandera argentina. Ustedes tienen el celeste y blanco, pero el sol está allá en Holanda".
Otra de las protagonistas del desayuno fue Jeannette, quien optó por un pañuelo naranja, una "corona de peluche" y una "banda naranja" que cruzaba su torso para celebrar así la llegada de los nuevos reyes.
"Máxima es muy inteligente, le gusta el rol que tiene y creo que va a ser una buena reina", consideró.

Esta holandesa que se encontraba en Argentina visitando a su pareja comentó a Life & Style - iProfesional que a diferencia de Beatriz, Máxima llegó al trono siendo una reina muy querida.
"Beatriz al principio era muy distante. Su madre, por ejemplo, no quería que la llamaran ‘majestad' sino simplemente ‘señora'. En cambio, Beatriz marcaba la distancia y quería ser ‘su majestad'. Pero después de un incendio muy grande, en el que ella se portó muy bien, logró ganarse el corazón de los holandeses y cambió totalmente su imagen", recordó.

También se podía ver entre los asistentes a niños pequeños, que habían ido junto a sus padres y que festejaban con banderas y remeras acordes a la ocasión.
"Vine con mi esposo y mis dos hijos porque éste es un día histórico y queríamos que nuestra familia sea parte de esto", contó Beateuan Steijn, quien vive hace un año y medio en el país debido al trabajo de su marido.
"Estar en Argentina le da un sabor especial a esto, porque Máxima es real, espontánea, abierta y natural", agregó a este medio.

También argentinos presentes
Más allá de la amplia presencia de holandeses, también había argentinos diseminados entre el público.
Micaela y Marcela eran dos de las argentinas que decidieron festejar con una "boa de plumas naranjas" cada una.
Al ser consultadas por Life & Style - iProfesional acerca de por qué se encontraban allí, explicaron que están trabajando junto al Fondo Holandés para las Letras en la edición de dos antologías.
Respecto de si sentían que éste fuera un momento especial, ambas indicaron que no lo sentían como algo cercano, pero que sabían que "esto no se va a repetir por al menos 30 años".
Boudou abucheado, Máxima aplaudida
Un momento curioso se vivió cuando la televisión transmitió en vivo la entrada de Amado Boudou al lugar donde se realizó la coronación de Máxima y Guillermo Alejandro en Holanda.
Lejos de aplaudir al representante argentino, los abucheos llenaron la sala. Más de un periodista extranjero presente en la sala preguntó qué estaba pasando, y simplemente le respondían con: "Ese es el vicepresidente".
"Mucha gente nos mando mails a la embajada diciendo ‘no pueden recibirlo'", contó por lo bajo una fuente cercana a la representación diplomática.
Todo lo contrario sucedió cuando Máxima y Guillermo aparecieron en pantalla. Los gritos de júbilo y el sonido de las palmas inundaron la sala, mostrando por qué se habían reunido a celebrar.

Un deseo de estabilidad
En una conferencia de prensa tras el evento, el embajador holandés en Argentina Hein de Vries destacó el "fuerte vínculo" que hoy une a Buenos Aires y Ámsterdam y aseguró que la nueva pareja real aportará a mantener la estabilidad en su país.
"Éste es un día hermoso, inolvidable, en el que hay sol, alegría, respeto y también agradecimiento para los 33 años de la reina Beatriz", indicó, al tiempo que añadió que tras ese mandato, va a ser un desafío para los nuevos monarcas construir su reinado "porque hay dificultades y crisis económica en Europa".
"Tenemos necesidad de unir de nuevo al pueblo", consideró y agregó: "Una nueva generación con jóvenes reyes es un desafío para continuar unidad entre casa real y pueblo holandés".
En este marco, indicó que "en estos tiempos un poco difíciles para el país, con una economía que por ahora no quiere crecer, yo quiero estabilidad y continuidad".
"La casa real es un símbolo desde hace 200 años, porque nosotros también tenemos nuestra restauración e independencia desde hace ese tiempo -contó Hein de Vries-. Son palabras quizás un poco obligadas pero tenemos necesidad de tener neutralidad, continuidad y objetividad para unir al pueblo y a la sociedad".

Respecto de si esta nueva coronación va a implicar un cambio en las relaciones bilaterales entre Argentina y Holanda, el embajador estimó que "van a seguir adelante, pero ésta vez con un toque real, latino... Pienso que la presencia de la reina Máxima va a apoyar la profundización de los vínculos en temas turísticos y comerciales. Vamos a ver mucho más tráfico entre Ámsterdam y Buenos Aires".
De todos modos, rechazó que por ahora los reyes hagan un viaje a América latina. "Primero van a visitar las provincias en Holanda, después el Caribe y, como visitas de estado, seguro van a empezar en un país de Europa", resumió.
En cuanto al aporte de Máxima, aseguró que tiene "grandes esperanzas por su simpatía y autenticidad. Verdaderamente creo que va a agregar algo más a la inteligencia, saber y conocimiento del rey".
"Es el gobierno el que verdaderamente dirige la política del país, entonces el toque en una monarquía constitucional puede ser la estabilidad, la continuidad y también la objetividad y neutralidad de esta institución que garantiza la unidad de los Países Bajos", concluyó el embajador, quien se negó a responder preguntas sobre la ausencia de la familia de Máxima en la ceremonia de este martes.
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