Un nuevo capí­tulo de una relación de "amor y odio": Techint no le hizo caso a Cristina y redujo personal

La multinacional recortó 500 empleos y suspendió a 120 operarios en Tenaris. El ajuste coincide con un cambio de foco de negocio y es un espejo del modelo
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 21 de Octubre, 2013

Del amor al odio, y de vuelta al amor. Esa ha sido la tónica que imperó en los últimos 10 años entre el Gobierno y Techint, el grupo industrial más importante del país con 25.000 empleados.

La tormentosa relación dejó al descubierto que la compañía encarna, tal vez más que ninguna otra, los altibajos del "modelo económico K".

Y así como resultó beneficiada en los momentos expansivos del ciclo kirchnerista, ahora está transformándose en símbolo de la reconversión ante la pérdida de competitividad que, en algunos rubros, implicó un repliegue y un ajuste en el esquema de negocios del grupo en el país.

La relación kirchnerismo-Techint incluyó momentos de total coincidencia, cuando el grupo apoyaba la política de "reindustrialización" basada en un tipo de cambio alto; luego empezaron las críticas a medida que "el modelo" empezó a modificarse y después hubo una reconciliación cuando el Gobierno intercedió para que Hugo Chávez pagara una generosa deuda por la expropiación de Sidor.

Sin embargo, no tardaron en retornar las tensiones cuando Axel Kicillof asumió como director estatal en Siderar y opuso resistencia al uso de recursos para invertir fuera del país.

En el medio, Techint fue calificada por Cristina Kirchner -alternativamente- como ejemplo de compromiso con el país o como vanguardia del club de los devaluadores y de la desestabilización.

Es por eso que hay fotos de la Presidenta en las inauguraciones de plantas y, con pocas semanas de diferencia, amenazas de Kicillof de "hacer fundir" a Techint con el levantamiento de las barreras a las importaciones chinas.

Cuando parecía que, finalmente, había otro período de paz, volvieron a surgir rispideces. Pero ahora ya no se limitan al intercambio de críticas sino que las desavenencias se empiezan a ver en hechos concretos.

En el último año, la multinacional de Paolo Rocca redujo 500 puestos de trabajo y suspendió a unos 120 operarios en las plantas de Tenaris, la mayor fabricante del mundo de tubos de acero sin costura para el sector energético que genera el 60% de los ingresos de Techint.

La movida coincide con un cambio de foco de negocio, en el cual el grupo prefiere derivar actividades de menor valor agregado hacia filiales del exterior, por las mayores dificultades para competir desde Argentina contra la siderurgia china.

ReconversiónLa reestructuración se implementó gradualmente a través de un plan de retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas y convenios por empresa que pasaron casi desapercibidos en medio de importantes inversiones realizadas por el grupo.

En efecto, Tenaris anunció semanas atrás un desembolso de u$s300 millones en la planta de Siderca, en Campana, para elaborar los caños de los yacimientos no convencionales de crudo y gas (shale), luego de que Neuquén aprobara a fines de agosto el acuerdo firmado entre YPF y Chevron.

Sin embargo, las autoridades dieron a entender que los anuncios privados no resuelven los problemas de fondo. "El principal desafío está en la superficie", sostuvo Javier Martínez Álvarez, director de la compañía, en alusión a "las condiciones para invertir, incorporar y desarrollar la tecnología adecuada y contar con los recursos humanos capacitados".

Lo cierto es que el conglomerado siderúrgico se vio afectado en los últimos meses por el incremento de los precios de la materia prima y el avance de la competencia china en los mercados externos, donde Siderca coloca el 70% de sus ventas.

En este contexto, la principal fabricante de Tenaris redujo 300 puestos de trabajo en lo que va del año, que se sumaron a los 200 retiros registrados a fines del 2012, luego de que se eliminara uno de los cuatro turnos de la planta en la cual trabajan unos 3.200 operarios.

Los directivos explicaron al personal, en reuniones dentro del comedor de la fábrica, que el objetivo de las medidas es "optimizar recursos para ser más competitivos".

"Cuando cae la producción o aparece una posible crisis, bajan los turnos y se sacan de encima hasta un cuarto del personal en algunos sectores no renovando contratos, con retiros voluntarios o jubilaciones", dijo a iProfesional el operario y ex delegado de la planta Guillermo Betancourt.

El ajuste permitió reducir una línea de producción en uno de los laminadores del que se obtenían piezas  indispensables para el entubado de los pozos petroleros. Tenaris optó por ralizar una parte de esta elaboración en sus compañías del exterior.

Así, los tubos correspondientes que antes se producían en el país ahora vienen laminados de Italia.

El grupo tiene otra ventaja: puede sustituir producción a un costo menor en México, donde instaló un laminador, con el que hoy abastece a la petrolera mexicana Pemex y es una puerta de ingreso al mercado de Estados Unidos.

La apuesta corporativa es reforzar los productos premium, con mayor valor agregado y tecnología de punta, para diferenciarse de los chinos que en los últimos años ganaron mercado ofreciendo a muy bajo precio los insumos que consumen, entre otras, Chevron y Total.

Las exportaciones chinas hacia la región aumentaron 55% en el segundo trimestre con respecto al primero, en tanto que a nivel local la producción cayó más de un 3% entre enero y agosto en relación con el mismo período de 2012. 

En tanto, la situación de Siat es más complicada. La planta de Tenaris en Valentín Alsina extendió en agosto pasado la suspensión rotativa de todo el personal hasta febrero del 2014. Las medidas fueron acordadas con la UOM, al cumplirse casi tres años de su implementación. Pero ahora la situación empeoró. "Antes te suspendían cinco días, ahora podés estar sin ir durante dos meses. Quieren disminuir la producción lo máximo posible", dijo a este medio una fuente gremial de la fábrica.

A raíz del ajuste, el plantel pasó de 170 a 120 operarios en el primer semestre. Los directivos de la firma especializada en los tubos con costura para explotaciones de gas lo atribuyen a las restricciones para importar y al parate de las obras públicas para construir el Gasoducto del Nordeste.

No obstante, la producción también cayó en la otra planta de Siat, situada en la localidad santafesina de Villa Constitución. Si bien se levantaron las suspensiones, el plantel quedó reducido a un mínimo de 130 personas, cuando tres años atrás llegaba a emplear 300.

"No es un caso aislado, hay problemas en todas las plantas de Tenaris. Techint planteó un proceso de devaluación para mejorar la competitividad. Está redirigiendo la inversión y deslocalizando la producción", aseguró Aldo Estrada, de la UOM de Villa Constitución, cuya directiva responde a la CTA oficialista de Hugo Yasky.

Techint-dependenciaAnte las crecientes quejas empresarias, el Gobierno convocó a fines de septiembre a una mesa de competitividad, con el desafío de aumentar la inversión y reducir costos, sin tocar precios ni las variables laborales. Allí las cámaras presentaron estudios sobre la evolución de los costos.

Pero en la mesa metalúrgica hubo tironeos cuando el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, le pidió a los delegados de Siderar que entregaran su estructura de costos y éstos le presentaran porcentajes, en lugar de los valores absolutos que requería el funcionario.

"Siderar no acercó los informes con los costos (absolutos) y cuando se lo piden se ponen reticentes", dijo a iProfesional uno de los empresarios que estuvo presente.

La compañía es el buque insignia de Ternium y el principal valuarte de Techint en la Argentina, con más de 11.000 empleados en sus plantas de Haedo, Florencio Varela, Ensenada, Caning, Rosario y San Nicolás, donde se fabrican aceros planos y largos.

Para Moreno, los datos de la siderúrgica no son menores. Los necesita para detectar en qué tramo de la cadena se pueden abaratar los costos. Uno de los debates más delicados que vislumbra en el horizonte es el del precio de los denominados "insumos difundidos".

Si el acero de Acindar es fundamental para el sector automotriz -que reclama abrir importaciones por el faltante-, la "chapa" de Siderar es imprescindible, además, para abastecer a los fabricantes de línea blanca, la industria alimenticia, metalúrgica y la construcción.

Sucede que en los últimos cuatro años, a la par que retrocedían sus exportaciones, Techint pasó a destinar el 90% de sus laminados al mercado interno. Y pasó a tener igual o mayor incidencia en los costos de muchos bienes que los fletes de los camiones conducidos por los choferes de Hugo Moyano.

Por ello, el emporio de Rocca se convirtió en el principal proveedor de muchas industrias. "Son la punta de la cadena de valor, forman precio, es un oligopolio de la chapa", afirmó un metalúrgico pyme que participa de la mesa de discusión.

La opinión es compartida también por industriales de ADIMRA quienes, por lo bajo, atribuyen la pérdida de competitividad a que la chapa de "Techint está cara".

Kicillof lo reconoció en septiembre del año pasado en plena embestida contra el Grupo, cuando dijo que "habría que bajar el precio de la chapa y fundir al señor Rocca", luego de que el líder empresario afirmara que a partir de 2008 el Gobierno "perdió el rumbo", y que "no se sabe para dónde va".

Tensiones latentesMás allá de los chispazos, la sangre nunca llegó al río y el CEO de Techint se volvió a mostrar en agosto pasado junto al viceministro de Economía en San Nicolás, donde inauguró una nueva planta y anunció inversiones por 570 millones de dólares para 2013 y 2014, que permitirán la sustitución de productos de alto valor agregado para distintas ramas industriales.

Sin embargo, los empresarios que conocen el paño no se ilusionan. Aseguran que lejos de tratarse de un "acercamiento", es una jugada política. Y recuerdan que los esfuerzos del Gobierno por redirigir la inversión privada chocan con las necesidades de la multinacional, en las que la Argentina ya no figura como su principal mercado para ciertos productos.

En el fondo, el movimiento de fichas del grupo es un espejo incómodo del propio modelo que, aún con la protección aduanera, el ajuste cambiario y una cantidad importante de personal tercerizado, ya no le proporciona los mismos niveles de ganancias.

"La inflación afectó la rentabilidad de toda la industria, pero sobre todo a las exportadoras. En el caso de Siderar, los precios del acero terminan teniendo cierta vinculación con los internacionales y es afectada por los mayores costos en dólares. Por ello los márgenes, si bien se estabilizaron en el orden del 15%, son más bajos desde 2009 en adelante", señaló a este medio el analista de Fitch, Fernando Torres.

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