Los precios de la fruta de verano se dispararon y la gente elige la de invierno
Este año, el kilo de frutas de verano como duraznos, ciruelas y uvas ronda los $40, así que los consumidores se vuelcan más a la manzana, la naranja y la banana, que se mantienen por debajo de los 15 pesos.
En la mayoría de los comercios porteños el durazno se vende a $40 el kilo, aunque en algunos llega a $50 y sólo en unos pocos está a menos de $30. La ciruela no baja de $40. La uva, en tanto, se ofrece a partir de $34, indicó un relevamiento del diario Clarín.
Las cerezas sólo se ofrecen por cuarto y llegan a costar $120 el kilo. Esa estrategia, que arrancó el año pasado, se está consolidando en las verdulerías: las frutas más caras ya no se anuncian por kilo, sino por cuarto o por unidad, como en el caso de la palta (entre $8 y $20 cada una) o el ananá (en torno a los $35) e incluso el durazno (a $15 el medio kilo).
Algunos decidieron reemplazar el producto fresco por enlatado. Por ejemplo, el precio del durazno enlatado ronda los $20 el kilo, con mínimas variaciones según las marcas por lo que la lata conviene más que la bolsa.
Los verduleros son los primeros en reconocer que la fruta “está carísima” y destacan que “tras las Fiestas se encareció todo, principalmente la fruta de carozo”. Asimismo, señalan que “el cajón de fruta de carozo (que trae entre 10 y 12 kilos) nos cuesta entre $300 y 350 pesos”.
También le comentaron al matutino que “está entrando poca fruta y la gente compra menos”, y que cada vez más “los clientes piden la fruta por unidad”. Muchos se vuelcan a la naranja (entre $6,90 y $8,90 el kilo), la banana (de $8 a $15) y la manzana (de $ 11,15 a $20), que aunque están fuera de estación, salen mucho menos que las de verano. De estas últimas la única que está en buen precio es la sandía, a $4 el kilo.
El acuerdo de “precios cuidados” incluye apenas dos frutas: manzana a $11,15 y pera a $9,60. Héctor Polino, de Consumidores Libres, sostuvo que el acuerdo “tendría que incluir más frutas y verduras” y explicó que las variaciones de precios de estos productos “generalmente tienen que ver con factores climáticos”.
Mariano Winograd, consultor frutihortícola y presidente de la asociación Cinco al Día, mencionó “dificultades climáticas en Mendoza” entre los factores que influyeron en los precios. También señaló “aumentos en los costos fijos, como las cajas y el transporte” (la nafta alcanzó el 43% anual), y explicó que “ahora la mayoría de la fruta viene refrigerada y dura más, lo que permite que los vendedores puedan sostener el precio sin tener el apuro por rematarla”.
Otro motivo crucial: “El proceso inflacionario general hace que la gente pierda los parámetros y convalide los aumentos. En verano reaparecen productos que no estaban en el mercado desde hace un año, y los consumidores ya no saben cuál el precio”. Por esa pérdida de referencias, estimó Winograd, la gente “está convalidando estos precios, porque si no bajarían”, aunque también advirtió “una reducción de la oferta” de fruta de estación.
Desde la asociación de consumidores Adecua, Osvaldo Riopedre, afirmó a Clarín: “El Gobierno debería controlar la cadena de comercialización, porque allí se producen las distorsiones. El productor recibe un porcentaje mínimo del precio final”. Y agregó: “Con precios tan altos se resiente la forma de alimentarnos. Para familias grandes es imposible comprar fruta, y eso impacta sobre todo en la dieta de los más chicos”. En su página web, el Ministerio de Salud recomienda consumir cinco porciones al día de frutas y verduras, y afirma que “es preferible elegir las de estación”.
Según datos de la consultora Kantar Worldpanel, el 67% de los argentinos come frutas al menos una vez por semana y los patrones de consumo no varían entre niveles socioeconómicos. .