Alemania: el paso a paso de una Selección que buscó "reinventarse" a tiempo para no vivir de la gloria pasada

Tras varios años sin títulos, Jurgen Klinsmann y Joachim Löw encabezaron una revolución futbolística en su país para tratar de volver a ser protagonistas
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 13 de Julio, 2014

Faltaban pocos minutos para concluir el partido. Andreas Brehme acomoda la pelota, toma carrera y convierte el gol de penal frente a la Argentina, que le dio a Alemania Occidental hace unos años su anterior título del mundo.

Un plantel lleno de figuras como Lothar Matthaus, Thomas Hassler, Rudi Voeller, Jürgen Klinsmann y el propio Brehme trató de mantenerse en la cima en la Eurocopa 92 (con el país ya unificado) que se disputó en Suecia. Si bien llegaron como favoritos al último partido frente a Dinamarca, un gol tempranero y una actuación soberbia del arquero danés Peter Schmeichel impidieron que los germanos tengan también el control del fútbol continental.

La misma generación de futbolistas ya superaba los 30 años y buscaba retener el título mundial en Estados Unidos 1994. Todo iba sobre rieles hasta que faltando 10 minutos para el final del partido frente a Bulgaria ocurrió lo impensado.Los teutones tenían el control del juego y ya pensaban en las semifinales. Sin embargo, el calor y dos jugadas maravillosas torcieron el destino del partido y marcaron el fin de una generación de futbolistas brillante.

La conquista de la Eurocopa 1996 en Inglaterra parecía que daba lugar a otra etapa de predominio germano. Sin embargo, fue su última conquista de un torneo oficial a nivel de mayores. Los fracasos del mundial 98 disputado en Francia y la eliminación tempranera en el torneo continental del año 2000 ensombrecían el panorama en el fútbol germano. 

Más aún, la goleada sufrida de local (5-1) contra Inglaterra parecía que el torneo ecuménico que se iba a disputar en Corea y Japón en 2002 sería otra mancha en el legajo futbolístico de los teutones. Voeller, ahora de técnico, buscó todo tipo de soluciones, entre ellos, el de convocar a uno de los goleadores de la liga local, Gerald Asamoah. Un detalle no menor era que se trataba de un jugador ghanés, que se convirtió en el primer jugador de raza negra en vestir la camiseta germana. Además, su goleador Miroslav Klose había nacido en Polonia y decidido jugar para el lugar que lo vio crecer. Estaba cambiando la mentalidad. 

El desempeño futbolístico en el torneo no fue el esperado, ajustadas victorias por la mínima frente a Paraguay, Estados Unidos y Corea del Sur depositaron al equipo en la final, gracias al desempeño de su arquero Oliver Khan. Sin embargo, la derrota frente a Brasil los coronó como subcampeones mundiales. La Eurocopa 2004 disputada en Portugal marcaría el pozo más grande de Alemania en torneos de fútbol. Fue tan malo que no pasaron la fase de grupos y solo pudieron rescatar un empate frente a la débil Letonia. Si querían volver al camino del éxito, debían cambiar.

El renacimientoLa relación que cambió la cara al fútbol germano comenzó el 29 de julio de 2004, cuando Klinsmann, recién nombrado como nuevo técnico de Alemania, citó a Joachim Löw en una casa a orillas del lago.Como en Italia para proponerle ser su asistente y afrontar un reto inmenso: reanimar a la entonces decaída selección para el Mundial de Alemania 2006.

Klinsmann, entonces a punto de cumplir 40 años, era conocido como el ex internacional con 108 partidos a sus espaldas y el título en la Copa del Mundo de 1990. Había entrado en contacto con Löw, cinco años mayor, al formarse como técnico en la escuela deportiva de Hennef. "Había sido profesional durante 18 años, y en esos 18 años ningún técnico supo explicarme cómo se mueve una defensa de cuatro. Con 'Jogi' lo entendí en un minuto", recordó el actual técnico de Estados Unidos. "Lo que me fascinaba era su forma de pensar clara y directa".

El dúo sacudió pronto todos los estamentos del fútbol alemán y lo renovó tanto dentro como fuera de la cancha.

La "Mannschaft" sumó un manager, entrenadores físicos importados de Estados Unidos, psicólogos deportivos, expertos de otros deportes, mientras su juego dejaba atrás la tradición pesada y avasalladora del fútbol alemán por un juego más joven, de toque y alegre.

Dos años más tarde, el Mundial en Alemania vio una selección rejuvenecida y con una imagen nueva, que incluso logró que las calles se llenaran de banderas dejando atrás la fobia alemana que produce desde la guerra cualquier forma de nacionalismo, indicó la agencia AP. "Klinsmann tuvo una enorme parte de responsabilidad en que llegaran aires nuevos al fútbol alemán", comentó Per Mertesacker, jugador con los dos técnicos. Al mismo tiempo, ambos entrenadores se enriquecieron mutuamente con la relación. Klinsmann creció tácticamente y Löw ganó como motivador.

Cuando la aventura alemana en su Mundial terminó en semifinales frente a Italia, el otrora figura y emblema nacional dejó el equipo y Löw ocupó el cargo como una sucesión natural. "Desarrollamos enormemente el fútbol. Los hinchas reconocen nuestra forma de jugar", se enorgulleció recientemente el actual técnico germano, quien cuenta con un respaldo unánime de federación e hinchas. La gran renovación del fútbol alemán espera coronarse aún con un título después de los tropiezos en las Eurocopas 2008 y 2012 y en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Un papel importante tuvo también la Federación Alemana de Fútbol (DFB, por sus siglas en alemán), que decidió dar un rumbo diferente a la forma como se estaba manejando la selección y la Bundesliga. Los primeros objetivos planteados fueron claros e irrenunciables: Fortalecer las divisiones menores y gozar de buena salud financiera.

En una década se ha invertido más de 1.000 millones de euros, especialmente en el ‘Talentförderprogramm’, programa que busca talentos y es administrado y supervisado por la DFB, que además cuenta con 1.000 entrenadores en los centros de alto rendimiento.

Poco a poco el juego brusco y de pelotazos se convirtió en ofensivo, lleno de recursos técnicos y apoyado en un sólido sistema táctico que priorizó la velocidad y la posesión del balón, así como el ataque y defensa con muchos hombres.

Ese trabajo ordenado, planificado y respetuoso de procesos tuvo sus frutos más visibles en la Champions League de 2013 cuando dos clubes alemanes llegaron a la final. Bayern Múnich -campeón- y Borussia Dortmund (subcampeón) dejaron en el camino a Barcelona y Real Madrid, los más poderosos del mundo hasta ese momento.

Y aunque en la última edición de la Champions no lograron estar en la final, tuvieron una destacada participación al llegar a cuartos de final (Borussia) y semifinales (Bayern).

“Este es el proyecto del siglo, nos ofrecerá la oportunidad de desarrollar nuestro fútbol, de innovarlo y renovarlo en las próximas décadas”, comentó Wolfgang Niersbach, presidente de la DFB, al anunciar que la federación respaldará la creación de la Universidad del Fútbol Alemán, que estaría lista para 2018.

La universidad capacitará a los técnicos de la Bundesliga, se impartirán cursos de formación y, además, contará con un espacio para la actualización de árbitros.

En el centro del ambicioso proyecto, que cuenta con 15 hectáreas de extensión en la ciudad de Fráncfort, está la selección nacional alemana, que tendrá un espacio para mejorar la condición física de sus jugadores. “Emocionalmente será nuestra casa, simbólicamente representará la unidad del fútbol de Alemania”, aseguró el estratega germano Joachim Low.

¿Quién es Löw?El actual entrenador alemán fue un jugador sin demasiada relevancia a nivel nacional, pero logró ser el máximo goleador histórico del equipo de su ciudad, el Friburgo. Tras colgar los botines se convirtió en asistente del Stuttgart, y ahí consiguió su mayor éxito: la Copa de Alemania en 1997. A partir de ahí entrenó sin mucho éxito en Turquía y ganó una Bundesliga austriaca en el 2002.

Tras ser asistente de Klinsmann, se hizo cargo de la selección tras el Mundial de Alemania, en el que los locales perdieron en la prórroga de las semifinales contra Italia, y comenzó una paulatina renovación.

De 2006 a 2008 mantuvo el bloque y consiguió el segundo puesto tras perder con España en la final de la Eurocopa de Austria y Suiza. En esos dos torneos ya estaban cinco jugadores que están presentes en Brasil: Klose, Mertesacker, Lahm, Podolski y Schweinsteiger. Para el 2010, el cambio fue mayor, y con él la profundización en el estilo implantado por Löw.El éxito de la Eurocopa Sub-21 del 2009, en el que destacaron los Özil, Khedira, Hummels, Neuer, Boateng o Höwedes le dio un empujón al proceso. Algunos de esos jugadores ya estuvieron en el Mundial de Sudáfrica y se convirtieron en fijos poco después, a la vez que Michael Ballack, el último gran representante el estilo alemán 'antigüo', dejaba la selección.

Low dirigió a los ‘teutones’ manteniendo los principios de su antecesor y siguió con la renovación: bajo su mandato, el equipo alemán llegó a las semifinales de 2 campeonatos (Mundial Sudáfrica 2010 y la Eurocopa de 2012) y a la final de la Eurocopa de 2008.

Tras el histórico 1-7 contra Brasil, este domingo los espera Argentina, el mismo rival que en el último alemán, en 1990. Será la tercera final mundialista entre ambas selecciones, el duelo más repetido de la historia a estas alturas de torneo.

Argentina también planificóPor parte del lado argentino, la planificación para nutrir de jugadores a la selección mayor con deportistas que hayan jugado juntos desde los juveniles está dando sus frutos.

Cuando siendo casi un desconocido para el público futbolero en general, José Pekerman asumió como director de los equipos juveniles a fines de 1994 indicó que el principal objetivo de su proyecto a largo plazo era nutrir de jugadores a la selección mayor con mentalidad ganadora.

En el plantel albiceleste que enfrentará esta tarde a los germanos, más de la mitad pasó por sus manos, o las de sus colaboradores Hugo Tocalli o Francisco Ferraro.

Por ejemplo, del plantel que se consagró campeón mundial sub 20 en Holanda, estarán presentes en el Maracaná, Ezequiel Garay, Pablo Zabaleta, Lucas Biglia, Fernando Gago, Sergio Agüero y la esperanza nacional, Lionel Messi. José Sosa, que integró la lista de 30 de Sabella, también formó parte de aquel equipo.

En tanto, en el mundial juvenil de Canadá 2007, que consagró campeón a la Argentina, participaron Sergio Romero, Sergio Agüero otra vez y Ángel Di Maria. Gabriel Mercado y Ever Banega, que estuvieron en la lista preliminar de 30 jugadores de Sabella, también participaron de ese torneo.

Un mix de ambos equipos fue la base para lograr la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y de mantener la esperanza en Brasil 2014. Tras la asunción de un nuevo equipo de trabajo, los resultados no fueron los esperados, ya que el equipo no se clasificó a los mundiales juveniles de 2009 y 2013 ni tampoco se vislumbran tantos talentos por lo que el futuro a mediano plazo de la selección mayor se plantea como un interrogante

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