La muerte del marido de Dolores Cahen D'Anvers reaviva el debate sobre la muerte súbita
Este martes, la noticia de la muerte de Horacio Mazza, empresario y marido de la periodista Dolores Cahen D'Anvers conmocionó al mundo del espectáculo.
El hombre de 47 años sufrió un paro cardíaco mientras jugaba al fútbol en una cancha de Barrio Parque. A pesar de ser trasladado de urgencia al Hospital Fernández, no pudo soportar una cirugía que se le practicó y falleció el lunes por la noche.
La muerte del empresario, dueño de Simple SRL & Horacio Mazza, vuelve a poner sobre el tapete el tema de la muerte súbita entre personas jóvenes que practican ejercicio físico.
Meses atrás, en ocasión del fallecimiento de un jóven de 27 años que perdió la vida tras completar una carrera de 21 kilómteros en Córdoba, la Sociedad Argentina de Cardiolgía (SAC) elaboró normas para prevenir este tipo de accidentes.
"Hemos notado que más personas se largan a correr con la intención de hacer su vida saludable, pero muchos no consultan si están en condiciones. Al correr, se pueden poner de manifiesto patologías que no lo estaban. A veces, el primer síntoma es la muerte súbita", dijo a Clarín Oscar Mendoza, médico del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) e integrante del comité que elaboró las normas de la SAC.
Se considera muerte súbita cuando se trata de un fallecimiento por causas naturales sin cuadro de extrema gravedad previo, sin síntomas previos o con síntomas pero de menos de una hora de duración. Se calcula que, por ejemplo, 1 de cada 100 mil maratonistas puede sufrir muerte súbita. En jóvenes, la frecuencia es aún menor: se produciría una muerte súbita por cada 250.000 jóvenes que ejercitan por año.
"Si bien el riesgo de sufrir muerte súbita es muy bajo, queremos que la gente salga a hacer actividad física y minimice riesgos", dice Roberto Peidró, vicepresidente de la Fundación Cardiológica Argentina y coordinador del comité. Cada persona que quiere realizar actividad física debería ir antes a un chequeo.
"La evaluación debería realizarse anualmente siempre que no haya síntomas o algún evento dudoso en el medio. En casos de jóvenes con evaluación totalmente normal (y sin antecedentes personales ni familiares de riesgo) podría realizarse cada 2 años", puntualizó Peidró.
Durante la evaluación, se indaga por los antecedentes familiares y personales de enfermedad, y se hace un examen físico. "Se le debe indicar un examen de laboratorio completo, un electrocardiograma en reposo, y una ergometría. También existe la posibilidad de hacerle un ecocardiograma", según Mendoza. Al año, el corredor debería volver a consultar al médico. Si algún estudio resulta anormal, se da el tratamiento correspondiente.
Sin embargo, especialistas en medicina familiar advierten que la prevención de muertes tan poco frecuentes es casi imposible.
Ante una consulta del citado matutino, Esteban Rubinstein, autor del libro Los nuevos enfermos (Ventajas y desventajas de la medicina preventiva) sostuvo: "A todos nos hubiera gustado prevenir la muerte del corredor en Córdoba, pero la medicina no es tan infalible. El interrogatorio y el examen físico siguen siendo fundamentales. Es muy poco probable que los chequeos con estudios complementarios eviten totalmente esos eventos tan poco frecuentes. Además, se expone a la población a resultados falsos positivos y al sobrediagnóstico de problemas que no padecen".
En tanto, Karin Kopitowski, jefa del servicio de medicina familiar del Hospital Italiano de Buenos Aires, dijo: "Los chequeos no deberían ser una barrera, ya que hoy muere más gente por sedentarismo que por muerte súbita en el deporte".