El niño usado por la propaganda nazi habló por primera vez

La cara angelical de Gerhard Bartels cuando tenía 4 años fue utilizada por el régimen para mostrar en postales, libros y afiches la pureza de la raza aria
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 11 de Mayo, 2015

A la tierna edad de cuatro años, el alemán Gerhard Bartels se convirtió en un símbolo del nazismo al posar en una fotografía con el máximo genocida de la historia reciente, Adolf Hitler.

Su cara angelical, sus ojos azules, su uniforme tradicional fueron la excusa perfecta para que el régimen nazi lo utilizara como un símbolo de la propaganda gubernamental. 

Su tío, Isidor Weiss, conoció a Hitler durante la Primera Guerra Mundial. Y en un encuentro casual, el niño debió posar junto al jefe nazi para la cámara del fotógrafo Heinrich Hoffmann.

Los encargados de la comunicación del régimen luego creyeron conveniente utilizar ese rostro angelical como mensaje de la pureza de la raza aria. Su cara apareció pronto en postales, libros y afiches de campaña.

Ochenta años después, Bartels sintió la necesidad de hablar por primera vez sobre este hecho. Fue en 1936 que conoció a Hitler. Sus padres le ordenaron que se pusiera la mejor ropa que encontrara. "No tenía permiso para jugar con los otros niños ese día para no ensuciar mi ropa", recordó el hombre de 83 años, y añadió: "No me gustó eso. Yo sólo quería estar afuera con los demás niños".

"Los nazis me usaron con fines propagandísticos. Fui utilizado para mostrar el amor de Hitler por los niños", sintetizó Bartels. "Pero todo dictador hace lo mismo, desde (Benito) Mussolini hasta (Joseph) Stalin. Fui elegido porque obviamente encajaba con lo que Hitler pensaba que debía ser un niño ario".

Entonces, tuvo que saludar a Hitler con el saludo tradicional de esa época: Heil Mein Fuhrer. "Incluso a esa corta edad, en lo profundo, sabía que estaba siendo manipulado", contó en declaraciones recogidas por el diario británico DailyMail.

"Estaba contento de que me saquen una fotografía, porque pensaba que tendría una porción más grande de torta de manzana. El fotógrafo, Heinrich Hoffmann tomó todas las fotos, pero ochenta años después todavía estoy esperando la torta", ironizó.

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