El Gobierno está nervioso y el mercado se contagia: la confusión sobre el "dólar liqui" trae efecto boomerang en la city
Al mercado financiero no le gusta el ruido. Y todavía no había terminado de asimilar el nerviosismo propio de las campañas electorales cuando en las últimas horas recibió una "ración extra" de preocupación, con mensajes confusos y contradictorios.El resultado era obvio: se disparó el dólar blue, que tras una escapada de 23 centavos en apenas una jornada cerró a $13,85. Hay que retroceder siete meses, hasta el pasado 7 de enero, para encontrar un registro similar de este verdadero termómetro del humor social.El detonante fue la declaración de Carlos Gonella, fiscal general de la Procelac (Procuraduría de Criminalidad Económica y de Lavado de Activos), quien confirmó que el organismo había presentado un recurso ante la Corte Suprema para que el "dólar contado con liquidación" fuera declarado ilegal."Si bien es una operación bursátil permitida, cuando se lleva a cabo para obtener divisas violando la ley se comete un delito cambiario", dijo Gonella respecto de este mecanismo que consiste en la compra y posterior venta de bonos y acciones, que permite adquirir títulos en pesos y revenderlos en el exterior para hacerse de dólares.Lo que ocurrió fue de manual: en un mercado ya saturado de controles y amenazas, la sola mención a esta iniciativa -la única a la que se puede recurrir legalmente para hacerse de billetes verdes- alcanzó para que se disparase el blue.Por su parte, el protagonista de la jornada -es decir, el "conta con liqui"- también registró una suba de 20 centavos para cerrar a $13,26.El temor de los operadores es que una medida como la insinuada por Gonella pueda causar un daño mayor al que se propone remediar, principalmente por el posible congelamiento de las inversiones."Una prohibición del contado con liquidación implica desactivar una operación legal. De hecho, no se puede discernir si es realmente una adquisición de dólares, porque el inversor es libre de comprar y vender bonos", se queja un alto funcionario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que pidió no ser mencionado.Desde su punto de vista, un avance en este sentido sería muy grave: "Traería como consecuencia que las empresas argentinas que actualmente cotizan en Nueva York tendrían que deslistarse, y eso sería mucho peor, porque ya no habría otra forma para que se puedan financiar en el exterior".Fausto Spotorno, director del Estudio Ferreres, también apunta a que los resultados serían peores que la eventual "volatilidad" actual."Es una operatoria que al Gobierno no le implica una pérdida de reservas, porque es entre privados. Es decir, los dólares que se compran no tocan reservas. De manera que no tendría un alivio desde ese punto de vista. Por el contrario, se le pondría un impedimento extra al ingreso de divisas para inversiones", subraya el economista.Señales confusasEn todo caso, hubo dos cosas preocupantes. La primera es que las posteriores declaraciones de Alejandro Vanoli, titular del Banco Central, que estaban pensadas para llevar calma al mercado, no surtieron efecto. El funcionario habló sobre el mediodía y trató de no dejar dudas respecto de sus intenciones: "No se está pensando en ninguna medida", señaló, cuando la prohibición del "conta con liqui" ya había subido en el ranking de temas de conversación en la city financiera.Pero, a pesar de que sus dichos fueron sobre el mediodía -es decir, faltaba todavía media jornada para el cierre del mercado- el dólar no sólo no se calmó sino que trepó otros nueve centavos.Lo que influyó en el ánimo de los inversores fue la contradicción de dos funcionarios. Un típico "ruido" político que pone nervioso al mercado, por no saber exactamente a qué deberá atenerse en el futuro. El segundo punto grave, que los inversores siempre registran en estos casos, es la situación política que subyace por detrás de las declaraciones de Gonella. Porque, si bien pocos creen que la amenaza sobre avanzar legalmente contra el "conta con liqui" se pueda cumplir en estos momentos, todos entienden que hubo una intención del Gobierno de enviarle un claro mensaje al mercado.Es raro que un funcionario se anime a realizar este tipo de declaraciones sin tener un aval político, sin que alguien que le haya dado "luz verde". Sobre todo en el gobierno kirchnerista, en el que suele haber una unidad monolítica en el discurso.Por eso, en situaciones como la que vivió el mercado en las últimas horas, lo que genera inquietud y duda es quién el que dio tal aval. Si no fue Vanoli, ¿habrá sido el ministro Axel Kicillof?Controlando al blue por la vía indirectaSi bien es difícil saber cómo se llegó a este estado de confusión, resulta más fácil entender las motivaciones: como han dejado demostrado desde hace tiempo, los funcionarios K están muy preocupados por el movimiento del blue, sobre todo en un año electoral.Parecen convencidos de que su cotización se ve altamente influenciada por las alzas y bajas del "dólar liqui". En consecuencia, el razonamiento es que, si se controla al segundo también se contendrá al primero.De hecho, esa estrategia ya fue aplicada con éxito -al menos en el corto plazo-, tras la asunción de Vanoli en el Banco Central, en reemplazo de Juan Carlos Fábrega, en octubre pasado.En aquel momento, se combinó la represión en la city porteña -incluyendo inspecciones y clausuras de compañías bursátiles- con otras medidas de índole financiero.Una de ellas fue salir a vender grandes volúmenes de aquellos bonos que se utilizan para hacer las operaciones de "dólar Bolsa" o MEP.En esta operatoria (a diferencia de la de conta con liqui) no resulta necesario tener una cuenta en el exterior. Se compra un bono en pesos en el mercado local y se revende en su versión en dólares en la misma Bolsa de Buenos Aires.Bajando el precio del "dólar bolsa" (también llamado "conta con liqui casero"), se trató de ponerle un freno a las transacciones del "conta con liqui" que se realizan para hacerse de divisas estadounidenses en el exterior.Para esta operatoria , hay dos títulos que son los más demandados: el Bonar X (que vence en 2017) y el Boden 2015.Por ley de oferta y demanda -a través del fondo que administra la ANSES y otros organismos- se inyectaron bonos en la plaza bursátil para forzar un descenso en su precio y, por ende, en el del dólar implícito que surge de estas transacciones. Esa baja luego se trasladaba a su referente más cercano: el blue.No obstante, al igual que en otros intentos, estos artilugios rindieron para el corto plazo pero no sirvieron para frenar las cotizaciones de las diferentes "especies" verdes en el tiempo. El motivo por el cual el Gobierno le asigna tanta importancia al "conta con liqui" (incluso más que al blue) es por el hecho de que esta operatoria mueve mucho más dinero que el que se maneja en el circuito de las cuevas. Y, sobre todo, encarna al siempre tan temido fantasma de la fuga de capitales, a pesar de que en este caso se trate de acuerdos entre privados y no toquen reservas. Es que resulta ser una vía de escape a la que recurren los empresas e inversores para hacerse de billetes (incluso para pagar importaciones) ante las restricciones impuestas por el Banco Central. También es el tipo de cambio que miran permanentemente los cueveros, que lo toman como referencia para fijar precios.Por eso esta semana cuando el "contado con liqui" amagaba con recalentarse, pues llegó a cotizar a $13,35, el Banco Central salió a vender grandes cantidades de algunos de los bonos que se utilizan para esta operatoria.En particular el Bonar X, con el objeto de derrumbar su cotización y, de esta manera, empujar a la baja al "conta con liqui". En todo caso, el resultado fue un boomerang. No sólo no cayó, sino que cerró con una fuerte alza.
La lógica económica¿Por qué la misma estrategia represiva que en su momento pareció haber dado resultado ahora no funciona? Hay varios motivos, pero que pueden sintetizarse en una sola frase: cambió el contexto. Para empezar, claro, el clima electoral y la incertidumbre que contagia a los pequeños y grandes ahorristas.Además, no siempre las herramientas represivas dan resultado permanente. La historia económica argentina muestra que pueden funcionar en el corto plazo pero que no resultan sostenibles en el tiempo."Parecería que el Gobierno no entiende cómo opera el mercado", protesta un analista de la city, que se jacta de conocer a los funcionarios porque en alguna oportunidad ha sido convocado para capacitarlos en los detalles de la operatoria bursátil."Están queriendo cazar brujas donde no las hay. Encima, incrementan el riesgo de que cuando este mes se venzan muchos plazos fijos el público quiera dolarizarse por la vía de comprar bonos", agrega.Pero, sobre todo, algo parece haber cambiado de manera definitiva, no por los operadores ni por expectativas del mercado, sino por la decisión del propio equipo económico del Gobierno.El aumento de la emisión de pesos, en un contexto en el que la cantidad de dólares sigue siendo la misma, sólo puede llevar a un aumento en los tipos de cambio "extra oficiales".El siguiente gráfico -que compara al blue con el "dólar de convertibilidad"- se trazó desde el mismo día en que se implementara el cepo cambiario. Tal como puede observarse con marcada elocuencia, ambas cotizaciones evolucionan prácticamente a la par.
Producto de una masa de moneda local que crece sin parar, frente a reservas relativamente estables, en la actualidad por cada dólar que hay en las arcas del BCRA circulan $15,19. En tanto, el blue parece imitar su recorrido de este valor de convertibilidad y ya cotiza cerca de los $14, más allá de los altibajos que ocasionalmente pudiera llegar a tener.
Efecto boomerangLo más curioso de toda esta situación es que el principal perjudicado ha sido el propio Gobierno.
Para empezar, luego de las declaraciones cruzadas, subieron tanto el "conta con liqui" como el blue. Por otra parte, si el objetivo fuera la desaparición del precio de referencia que el "conta" le da al mercado, tampoco se entiende la actitud oficial.Como dice Spotorno, del Estudio Ferreres: "No ayuda a bajar la expectativa cambiaria, porque los cálculos que surgen de comparar la cotización de los papeles en Nueva York y en la plaza local", para determinar el precio del contado con liquidación, "se pueden seguir haciendo tranquilamente, por más que no se hagan operaciones de arbitraje".Para empeorar más la cosas, hay algo que se entiende bien en cualquier comité de campaña electoral: cuando hay ruido con el dólar, se perjudica el candidato oficialista al tiempo que se beneficia la oposición. Por eso, hoy nadie debe estar más preocupado que el propio Daniel Scioli.