El centro político nacional se traslada a la capital cordobesa: la oposición tendrá su test en la elección municipal
Las elecciones del domingo en la capital cordobesa serán una nueva prueba de fuego para la oposición al kirchnerismo.
Cerca de un millón de electores estarán habilitados para elegir entre 13 fórmulas de candidatos a la intendencia y viceintendencia, 31 consejales titulares y diez suplentes al Consejo Deliberante, además de cinco vocales del Tribunal de Cuentas y 3 suplentes.
Según las últimas encuestas, la principal pelea será encabezada por el actual intendente, el radical Ramón Mestre (Juntos Por Cordoba) y el ex senador, Luis Juez (Fuerza de la Gente), dos listas que integran a nivel nacional el Frente Cambiemos, liderado por Mauricio Macri.
En tanto, el delasotismo lleva como candidato de Unión por Córdoba al consejal Esteban Dómina, mientras que el Frente para la Victoria eligió al ex intendente y actual diputado nacional, Daniel Giacomino.
Asimismo, el Frente de Izquierda (FIT) insicribió a Javier Mussi y el Movimiento ADN Córdoba, al periodista Tomás Méndez. Estas últimas se exponen como dos listas que aspiran a presentarse como una alternativa al gobierno de la capital y la provincia, con el obljetivo de llegar por primera vez al Consejo Deliberante.
La última encuesta publicada fue realizada por la consultora Doxa y confirma al actual intendente a la cabeza de las intenciones de voto. Puesto en números, Mestre tiene el 28%; Juez, 26,5%; Dómina, 14% y Méndez, 10%.
Con la proyección de los indecisos los resultados marcan una gran paridad entre la fórmula de Mestre-Lábaque que obtiene 29,71%, contra el 29,11% que podría obtener la alianza Juez-Olga Riutort.
Cierre de campañaMestre realizó su último acto el viernes junto a su vice, el empresario macrista Felipe Lábaque, en el comedor de la Universidad Nacional de Córdoba, uno de los lugares emblemáticos en los que se gestó la Reforma Universitaria y el "Cordobazo".
Allí se presentó junto a un grupo cuartetero y desplegó un discurso dirigido a la clase media, a la que le prometió que convertiría la ciudad en la "capital intelectual".
El dirigente criticó al gobernador Schiaretti y al líder peronista José De la Sota, a quienes los hizo responsables de la "deuda social" en la provincia. En ese contexto, llamó a los votantes a ir a "festejar a la Casa Radical" el domingo.
Durante la campaña, Mestre intentó revertir un virtual empate impulsando más obras públicas y con la promesa de convertir a la capital mediterránea en "una ciudad más moderna" mediante la creación de ciclovías y un cambio en el transporte (Sólo Bus).
La apuesta a un programa con "globos porteños" fue reforzada por el desafío que representó la aparición sorpresiva de Juez como competidor que descolocó a la alianza opositora que había elegido a Mestre como su candidato municipal.
Ahora deberá enfrentarse con un rival "del palo" que, encima, lo denuncia por haber hecho supuestos "negociados" y abandonar una "agenda social" durante sus cuatro años de gestión, en una batalla política que, con sus matices, evoca a la que enfrentó a Horacio Larreta con Martín Lousteau.
"Estamos cerca, a pocas horas de llegar al Palacio 6 de Julio", dijo Juez, el líder de Fuerza de la Gente, quien cerró el viernes su campaña a metros de la municipalidad de la capital de Córdoba.
Con su clásico discurso anticorrupción, Juez apostó a ganarse a un electorado descontento con el el limitado transporte urbano, el deterioro las calles, y el caótico servicio de cloacas y alumbrado.
"Caros y deficientes", así calificó a los servicios públicos el ex senador, confiado de que las elecciones están peleadas y que sus competidores "tiemblan".
El delasotismo también hizo eje en una "agenda social de urgencia", pero concentró sus fuerzas en el electorado peronista tal como quedó reflejado en su acto de cierre, donde se escuchó la "marchita" y hubo un fuerte respaldo de la gobernación.
"Estamos en las puertas del triunfo", dijo Dómina al cerrar su campaña en el Club General Paz Juniors, con la expectativa de llevar al peronismo a la intendencia, que no gobierna desde 1983.
Por otra parte, Giacomino acusó a Mestre de endeudar la ciudad y de aumentar un 300% los impuestos. Además, se esforzó por dejar en claro que era el candidato de Cristina Kirchner, a través de una campaña que él mismo reconoció como "austera".
Sin embargo, las pruebas de fe que entregó a la Presidenta no alcanzaron para convocar el apoyo de la primera plana K. El acto de cierre sólo contó con funcionarios nacionales de segunda línea, mientras que pegaron el faltazo los principales referentes de La Cámpora como el secretario de la Presidencia, Eduardo Wado de Pedro, y el diputado nacional, Andrés "Cuervo" Larroque.
PolarizaciónSi bien la elección es municipal, la oposición se mudó en los últimos días a la provincia con la expectativa de anotarse una victoria y sumar un golpe de efecto de cara a las presidenciales de octubre, en las que apuestan a disputar un balotaje con Daniel Scioli.
Macri cerró el miércoles por anticipado la campaña en la provincia, donde se mostró junto a Mestre, ratificando su alianza en todo el país con la UCR y la Coalición Cívica-ARI.
Desde Córdoba, el líder de Cambiemos apostó al diálogo y prometió una "solución" al histórico conflicto entre Nación y Provincia por los fondos de los jubilados.
Su jugada no fue casual. El jefe de gobierno porteño aprovechó también su visita a Río Cuarto para hacerle un guiño a los votantes de De la Sota.
En julio, su alfil, Schiaretti, se hizo con la gobernación con un 38,4%, apenas por encima del binomio encabezado por Oscar Aguad (UCR) y Héctor Baldassi (PRO), que obtuvo un 34%.
Pero en agosto, De la Sota fue derrotado por Sergio Massa en la interna del frente de UNA en las PASO de agosto, aunque obtuvo más de 1,4 millones de votos, que podrían ser determinantes para las presidenciales de octubre.
Los sufragios de la provincia son una incógnita que desvela tanto a opositores como oficialistas. En un escenario cada vez más polarizado entre Macri y Scioli, cada bando aspira a hacerse de esas voluntades en un eventual balotage.
Por ello, son cada vez más fuertes las versiones de un acuerdo entre Macri y De la Sota, con el propósito de bloquear una fuga de votos hacia Scioli, en un armado del cual todavía no está claro qué lugar ocuparía Massa.
Consciente del cambio de escenario, el líder del Frente Renovador también marcó presencia en Río Cuarto el domingo pasado, acompañado por De la Sota, y criticó tanto a Scioli, como a Macri, por "polarizar" los comicios presidenciales de octubre.
De la Sota juega a varias puntas. En los últimos días se pegó a Massa para chicanear a Scioli y en su espacio no ocultan los cortocircuitos con el líder del PRO que, según dicen, los ve a ellos más como peones de su ajedrez que socios políticos.
En tanto, el macrismo deposita expectativas en el floreciente antikirchnerismo que emergió en Córdoba, donde Scioli sacó apenas el 14,7%, su peor resultado en todo el país, y sueña con capitalizar ese sentimiento opositor.
GuiñosLas encuestas apuntan a que los votantes de Massa tienen un sentimiento opositor, de manera que una debacle del tigrense podría, según el análisis de politólogos, llevarle más votos a Macri que a Scioli.
En cambio, los votantes de De la Sota, son vistos como peronistas clásicos, que puestos en una situación de polarización, se trasladarían hacia FPV.
La prueba del interés de Scioli por "seducir" a ese espacio fue la explícita felicitación que le hizo llegar al gobernador electo de Córdoba, Juan Schiaretti, en la noche triunfal para el "pollo" de De la Sota.
No contento con el saludo, Scioli filmó un spot televisivo exclusivo para la provincia mediterránea, en la cual afirma: "Me comprometo a mantener un diálogo con el próximo gobernador Juan Schiaretti para resolver todos los temas pendientes con Córdoba".
En la frase hay un guiño: el sólo hecho de mencionar "temas pendientes" implica el reconocimiento de que, durante la gestión de Cristina Kirchner, esa provincia sufrió discriminación. Un tema del que, por cierto, el gobernador bonaerense también puede dar testimonio en su propio territorio.
Scioli, agazapadoEl sucesor de Cristina aguarda que concluyan las municipales de este domingo para lanzarse con todo a la caza de la simpatía de los cordobeses y reconstruir su alicaída imagen en la segunda provincia más importante en cantidad de votos, después de Buenos Aires.
El líder de la "Ola naranja" tiene preparado un calendario intenso con foco en Córdoba, adonde hará paradas todas las semanas después del domingo. Hacerlo antes sería un riesgo ya que el resultado esperado para las elecciones en la capital dista de ser el mejor punto de partida.
Pasada esa fecha, en el búnker del ex motonauta apuntan al voto útil no macrista y a reforzar su idea de un pacto social entre el sector empresario y sindical.
En esa línea, el metalúrgico Antonio Caló estuvo en la ciudad junto al director de la Fundación DAR, José "Pepe" Scioli, el titular del Bapro, Claudio Maragoni y el economista Miguel Peirano, para impulsar la propuesta de unificar a las centrales obreras y estimular el "diálogo".
Lo más importante, sin embargo, es que el sciolismo volvió a enviar señales de reconciliación hacia De la Sota. El hermano del bonaerense elogió el jueves la relación añeja entre el candidato oficialista y el cordobés.
Al igual que Macri, prometió resolver la disputa entre la Nación y la provincia por los fondos, una posición que la semana anterior ya había fijado Karolina Rabolini al visitar la capital cordobesa.
Lo que queda claro es que, tras su derrota frente a Massa, el ex gobernador cordobés ganó un protagonismo inesperado y ahora la consigna del momento es que "todos quieren a De la Sota".