¿Por qué los latinos hacen tantos chistes sobre los argentinos?

Expertos detallan dónde se originan los preconceptos históricos que tanto extranjeros como locales tienen, sobre todo, de los porteños
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 21 de Octubre, 2015

Como región emergente, la hermandad latinoamericana parece estar a la orden del día. Sin embargo, desde México hasta Chile, algo que tienen en común los habitantes del continente es que todos disfrutan de hacer chistes sobre argentinos.  

"¿Cuál es el mejor negocio? Comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que cree que vale", es una de las humoradas más comunes que suelen escucharse en cualquier parte de la región.

El ego y la arrogancia de los argentinos es generalmente el blanco de las bromas, como demostró el propio Papa Francisco, que recientemente dijo en una entrevista televisiva: "¿Sabe cómo se suicida un argentino? ¡Se sube arriba de su ego y de ahí se tira!".

Parece ser que los propios argentinos se toman con humor este tipo de comentarios y chistes, reconociendo su falta de humildad en relación a otros latinoamericanos. 

Francisco, el futbolista Lionel Messi, el ex técnico de la Selección Diego Maradona, la reina Máxima de Holanda, son solo algunos de los compatriotas más reconocidos en todo el mundo, que hacen explotar de orgullo a muchos en la nación sudamericana.

Pero ¿de dónde viene esta fama de engeídos? Según Gladys Adamson, directora de la Escuela de Psicología Social del Sur, el llamativo fenómeno tiene origen histórico. "El tema surgió a fines del siglo XIX, cuando el país era una de las potencias más ricas del mundo y después, con las Guerras Mundiales, cuando la Argentina se convirtió en 'el granero del mundo'", explicó al portal BBC Mundo.

La experta señaló que ese momento coincidió con la creación del concepto de "argentinidad", ya que sucedió al mismo tiempo que llegaba una enorme ola migratoria que sentaría las bases de la sociedad argentina.

Sin embargo Adamson destacó que el ego de los argentinos es "muy ambivalente", porque "por un lado está esa arrogancia, el sentirse importantes, pero por el otro somos muy autocríticos", señaló.

Un ejemplo que citó fue cuando ocurrió la elección del Papa, y el comentario generalizado de muchos argentinos fue "¿quién nos va a aguantar ahora?".

Para Graciela Peyrú, directora de la Fundación para la Salud Mental, los argentinos tienen trastornos de autoestima, una problemática asociada al narcisismo. "Tenemos dificultades para enorgullecernos de las cosas buenas y, a la vez, para revisar aquello de lo que deberíamos avergonzarnos", señaló en declaraciones relevadas por el diario La Tercera.

No obstante, estas podrían tratarse de características de sólo un grupo de ciudadanos de este país. "Lo que se tiene internacionalmente por el argentino es en realidad el porteño, el habitante del puerto de Buenos Aires, que suele ser el que más viaja al exterior, así que las bromas son en realidad sobre ellos", dijo a BBC Mundo Daniel Divinsky, uno de los fundadores de Ediciones de la Flor.

"El porteño es una persona engreída, prepotente, avanzadora, poco respetuosa de los demás y que permanentemente está tratando de conseguir alguna ventaja", señaló. Pero aunque cree que los estereotipos sobre los porteños "tienen razón", también considera que "como todo estereotipo se basan en la exageración de conductas usuales".

"Hace muchos años estuve con el semiólogo y novelista Umberto Eco en la Feria del Libro de Frankfurt y él, refiriéndose a la diáspora de argentinos producidas por la dictadura, decía que los argentinos eran los judíos del mundo moderno", reveló el editor que publica obras de humor gráfico como Mafalda.

Según Divinsky, la etnia judía -a la que pertenece- y los argentinos, tienen en común que "pueden aceptar que se hagan chistes denigrantes e irónicos sobre ellos, si los que los cuentan son también ellos mismos. No pueden aceptarlo cuando provienen de extranjeros".

BBC Mundo salió a relevar testimonios de porteños en las calles de Buenos Aires, y así pudo confirmar esa dualidad de la que hablan los expertos. La mitad de los consultados usaron expresiones elogiosas, describiendo a los argentinos como personas "especiales", "inteligentes", "versátiles", que "pueden resolver cualquier situación".

Pero otros tantos se refirieron a sus connacionales  como "mentirosos", "chorros" (ladrones), "soberbios", "quejosos" y "contradictorios". Y algunos remarcaron que la sensación de superioridad argentina nace de la falsa ilusión de ser una extensión de Europa en Sudamérica, "la París del sur".

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