Ojo de bife, provoleta, Malbec: la aventura gastronómica de la primera dama en una parrilla de San Telmo

Se trata de un local reciclado y sencillo que supo ser una carnicería en los años 30. Qué comió y a cuánto llegó la cuenta de la delegación de EE.UU.
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 24 de Marzo, 2016

Daniel, el encargado de la Gran Parrilla del Plata, se quedó petrificado este miércoles a la mañana cuando, tras atender un llamado telefónico, se enteró de que parte de la delegación norteamericana de visita en Buenos Aires pretendía almorzar ahí. 

Minutos después, el local, ubicado en la esquina de las calles Chile y Perú, se llenó de efectivos del servicio secreto para inspeccionar el salón. En ese momento, Daniel se enteró que el operativo era porque la primera dama había pedido un almuerzo "autóctono" y la parrilla había sido elegida.

En ese momento y después de llamar al dueño, Daniel decidió bajar las persianas del salón que sería utilizado, le pidió al personal que se apagaran las cámaras de seguridad del interior y vio llegar más de una decena de móviles policiales que se estacionaron en la puerta para esperar a la comitiva que venía del Centro Metropolitano de Diseño de Barracas.

Se trata de un local reciclado y sencillo que supo ser una carnicería en los años 30, al que suelen llegar turistas de todo el mundo en busca de la famosa carne argentina.

Los 25 comensales, entre funcionarios de la Casa Blanca y agentes del Servicio Secreto encargados de la custodia, llegaron pasadas las 13. Fueron atendidos por Gabriel y Mariano, los mozos que hablan mejor inglés. Michelle Obama accedió solo a una foto: los dos mozos fueron los beneficiados.

Afuera, el operativo de seguridad revolucionó el barrio: cinco oficiales de la Policía Metropolitana se apostaron en la puerta junto a otros 15 de la Federal. Diez camionetas de la custodia norteamericana y un móvil de la brigada antiexplosivos se ocuparon de cortar el tránsito. 

El menú lo diseñaron en libertad, en función de la carta y de los cortes que más piden los turistas que eligen la parrilla. Probaron ojo de bife y medallón de lomo acompañado con ensalada, papas fritas y provoleta. La mayoría pidió sus cortes de carne "a punto", y pocos se animaron a pedirlo "jugoso". Para beber, además del agua y gaseosas, pidieron Cadus Malbec y DV Catena.

Pasadas las 14, la comitiva norteamericana pagó una cuenta de alrededor de los 10.000 pesos y, según confiaron los empleados, la comitiva no ahorró en la propina que fue "muy generosa".

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