Promediando el año de gestión de Cambiemos, el presidente Mauricio Macri busca mostrar un mensaje de fortaleza y de liderazgo político, del cual los cambios en el Gabinete son la herramienta más visible.

En menos de un mes, salieron Isela Costantini de Aerolíneas Argentinas, Alfonso Prat-Gay de Economía, Néstor Pérez Baliño de Salud Comunitaria y Daniel Chain de Obras Públicas. 

Pero los rumores indican que los cambios no terminan ahí. 

El primero en la lista de la “Radio Pasillo” es el ministro de Ambiente, el rabino Sergio Bergman. Su actuación ante los incendios que afectaron a la provincia de La Pampa, Buenos Aires y Río Negro no conformó a propios ni a extraños.

No juega en su flaco favor el hecho de que Bergman haya advertido que no conocía del tema antes de aceptar el ministerio. Aparentemente, Macri no quiere mostrar debilidad quitándolo en plena crisis por las inundaciones, aunque ya decidió intervenirle parte de su cartera con la designación de Gladys González al frente de la ACUMAR.

Según trascendió, Bergman obtendría una salida decorosa al ser candidato a diputado en las próximas elecciones. 

Otro que está en la cuerda floja es Jorge Lemus, ministro de Salud, cuya cartera fue activamente intervenida por el Jefe de Gabinete. Pero pese a los insistentes rumores, Macri tiene una deuda de gratitud con el médico porque fue quien le salvó la vida el día que se atragantó con un bigote postizo cuando hacía su imitación de Freddy Mercury. 

Los cambios en el gabinete tienen que respetar el equilibrio de las fuerzas heterogéneas que componen el entramado de Cambiemos: la posibilidad siempre latente de que Elisa Carrió “vete” a un candidato agrega una cuota extra de zozobra.  

En ese punto, si bien la relación del núcleo duro del macrismo con la UCR se afianza con la llegada de González Fraga, hay tres ministros radicales que podrían ser candidatos en los comicios de este año: Ricardo Buryaile, de Agricultura; Julio Martínez, de Defensa; y José Cano, a cargo del Plan Belgrano.