Después de declarar por más de cinco horas ante la Justicia, el expresidente insistió en su inocencia y redobló su intención de volver a la presidencia
ACTUALIDAD - 11 de Mayo, 2017

El expresidente Lula Da Silva, acusado de corrupción en el caso de la petrolera Petrobras, declaró ante un juez y reiteró su inocencia, recalcando que su gran objetivo es volver a la presidencia de Brasil.

"Pensé hoy que mi acusador me mostraría un contrato, un documento, un pago o algo que hice para apoderarme de ese apartamento que dicen que es mío. Que después de dos años de ser masacrado por ellos (en los medios) habría un documento", afirmó el ex mandatario a la salida de los tribunales este miércoles por la tarde, -a quien se le acusa de haber recibido un apartamento de una constructora a cambio de contratos gubernamentales- añadió que nunca deseó más que ahora retornar al poder en Brasil.

"Quiero decirles que me estoy preparando de nuevo para postularme a la presidencia de este país. Nunca quise ser presidente tanto como ahora", dijo desafiante el político.

"Quiero hacer más, hacerlo mejor y probar una vez más que la élite brasileña no tiene la capacidad para arreglar este país", cerró el expresidente ante los periodistas y sus seguidores en las afueras del tribunal de Curitiba donde declaró.

El encuentro entre acusador y acusado concentró la atención de buena parte de los medios de comunicación de ese país y fue el tema de la jornada en Brasil.

Tras la audiencia, Lula dijo que piensa lanzarse nuevamente a la candidatura presidencial de Brasil.

Moro se convirtió en el juez más famoso de ese país después de destapar el caso "Lava Jato" (lavado de autos, en portugués), que involucra a decenas de autoridades y políticos brasileños.

La pesquisa se centra en las constructoras que ya han admitido haber pagado decenas de millones de dólares en sobornos a cambio de contratos con Petrobras y el Estado.

Al expresidente se le acusa de recibir un departamento en la playa, a cambio de ayudar a la constructora OAS a ganar contratos con el gobierno, y de ocultar su propiedad.

Durante la audiencia, el exmandatario dijo que el juicio está motivado políticamente. "No quiero ser juzgado por interpretaciones, quiero ser juzgado por pruebas", afirmó Da Silva.

En su defensa ante el juez, Lula elevó su voz áspera en varias oportunidades, mientras golpeaba la mesa con su puño y mostraba documentos. Reiteró muchas veces que los fiscales no habían presentado ninguna evidencia concreta en su contra.

"Cuando me convertí en presidente en el 2003, hice una promesa. Yo sabía que nunca podría hacer el mal. Si hacía el mal, la clase trabajadora nunca votaría nuevamente por alguien de un nivel (económico) más bajo", agregó el exdirigente obrero.

En su defensa ante el juez, Lula acentuó su voz áspera, golpeaba la mesa con su puño y mostraba documentos, afirmando que los fiscales no habían presentado ninguna evidencia concreta en su contra.

Moro, quien no tomará una decisión en el caso de Lula antes de julio, interrumpió en varias oportunidades al expresidente de 71 años para señalar que su declaración no debe ser utilizada como plataforma política ni para atacar a los medios.

"La prensa no tiene ningún rol en este caso", dijo el juez de 44 años a Lula. "La decisión se tomará sobre la base de la ley y exclusivamente de acuerdo a la evidencia presentada", agregó.

Lula, que enfrenta otros cuatro casos penales en su contra, es el acusado más destacado de la investigación "Lava Jato".

La audiencia en un tribunal de la sureña ciudad de Curitiba fue cerrada al público, pero durante el día miles de partidarios de Lula se reunieron en una plaza cercana.

Si Lula es encontrado culpable puede enfrentar una sentencia de prisión, según BBC.

En caso contrario, su camino de retorno a Brasilia se allanaría aún más, pues según las encuestas es el favorito para ganar las elecciones presidenciales previstas para 2018.

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