Los impuestos explican más del 50% del precio de la ropa en la Argentina

Un informe privado revela que la indumentaria en el país es una de las más caras del mundo, y que se paga seis veces más que el precio de producción
Por iProfesional
ACTUALIDAD - 05 de Septiembre, 2017

La elevada presión impositiva hace que toda la cadena de valor de la indumentaria se encuentre hoy en crisis por caída de ventas y pérdida económica.

En este contexto, la ropa en Argentina ha quedado como una de las más caras del mundo, señala un informe de la consultora Invecq.

El trabajo analizó una cadena de valor compuesta por tres eslabones y un consumidor final.

El primer elemento es una fábrica que elabora las prendas en China a pedido de las marcas de ropa; la empresa que elabora los diseños, es propietaria de la marca y vende de manera mayorista a los locales comerciales; y, por último, los comercios, que compran a la empresa y venden a los consumidores finales.

La consultora aclara que más de la mitad de la ropa que se vende en argentina es de origen importado (61% en el 2016, según reciente informe de la Fundación Pro-Tejer). Y del total de prendas importadas, el 42% proviene de China.

En el caso de las prendas que se producen en el país, el costo de fabricación termina siendo más alto y, en lugar de representar el 14% del valor final, sube al 20%.

Cómo se forma el precioEn el ejemplo de Invecq, una remera de algodón tiene un costo de fabricación aproximado de u$s5, lo cual que un valor FOB de importación de $90.

Sin embargo, el consumidor termina pagando esa prenda en el comercio a $650, seis veces más. 

Para llegar a ese precio final, a los costos de importación se le suman todos los gastos de envío, administración, comercialización, financieros e impositivos, con lo cual, el importador termina vendiendo la remera a los comercios a $270 más IVA.

A su vez, los locales comerciales tienen que marcar la remera de modo de cubrir todos los gastos comerciales, financieros, impositivos y sueldos y que le quede una utilidad. Así se llega al precio final, IVA incluido, de $650.

¿Quién se queda con el dinero?La gran diferencia en valores no la captan en su mayor parte, ni las marcas de ropa (que tienen 5% de margen de utilidad, según el ejemplo) ni los comercios (con un extra del 2%). 

Por el contrario, el mayor componente del precio final son los impuestos, que alcanzan el 51,2%.

Ese componente impositivo se desagrega en los impuestos propios de la cadena de valor, que representan el 41% del valor final de la prenda. De cada $650 que paga un consumidor por una remera, $268 corresponden a estos impuestos directos.

Aquí se incluyen IVA, Derechos de Importación, Ingresos Brutos, Débitos y Créditos, Impuesto a las Ganancias y Cargas Sociales.

Pero, además de los impuestos directos de la cadena, dentro de los gastos administrativos, comerciales y financieros, hay muchos proveedores que también tienen que pagar tributos por sus actividades y negocios.

Con excepción del IVA, que lo paga el consumidor final, cada uno de los proveedores los abona. La incidencia impositiva adicional es de $65 más de impuestos extra cadena de valor o indirectos.

Teniendo en cuenta entonces todos los gravámenes, el total de la carga tributaria de la remera asciende a $333, lo cual representa el 51,2% del valor de la prenda.

A esto se deben agregar otros tributos que no se tuvieron en consideración por su dificultad de cálculo y ponderación unitaria: Ganancia Mínima Presunta, Bienes Personales, Impuestos sobre la Propiedad (Rentas y Automotor), Impuestos sobre Bienes y Servicios (Gas, Electricidad, Combustibles, entre otros.), tasas municipales y tasas de Seguridad e Higiene y demás impuestos menores.

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