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Macri dio inicio al "Correo 2.0": con nueva plana gerencial, se apunta a la reconversión total de servicios
09/09/2017 - 05:04hs

Finalmente, el Gobierno modificó la cúpula de Correo Argentino en su afán de reducir el déficit y reconvertir la compañía.

Luego de pasar la empresa postal a la órbita del Ministerio de Modernización y Gestión, luego de la disolución del Ministerio de Comunicaciones en julio.

El nuevo director general del Correo será Gustavo Papini, quien fue CEO de la rival OCA y también tuvo un paso por el Grupo Pegasus, en donde estrechó vínculos con Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial.

El presidente de la firma seguirá siendo Jorge Irigoin, un hombre con pasado en Socma, el holding de la familia Macri; mientras que el exdirector nacional electoral Alejandro Tullio continuará como asesor en materia de comicios.

Entre las nuevas caras que integrarán la cúpula de la empresa estatizada en 2004 se encuentran el actual secretario de Modernización Administrativa, Eduardo Martelli, y Luis Freixas Pinto, que en 2016 fue designado como uno de los directores titulares por la clase D de acciones y acciones preferidas de Aeropuertos Argentina 2000.

"Adaptarse a los cambios y reposicionar a la compañía en un rubro que se está transformando mucho", es el motivo principal del cambio de autoridades, según indican fuentes cercanas a la empresa estatal.

Entre los que se fueron, el nombre más fuerte fue el de Ramón Baldassini, secretario general de la Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones (Foecyt) desde 1963 hasta 2016, cuando se sumó al Directorio de la empresa estatal.

También dejará su puesto el exintendente de Villa Carlos Paz y exlegislador provincial Carlos Felpeto, que se desempeñaba desde diciembre de 2015 como vicepresidente de la firma y estaba ligado al exministro de Comunicaciones y actual titular de la cartera de Defensa, Oscar Aguad.

De acuerdo con un informe de la Jefatura de Gabinete, en 2016 el Correo Argentino contaba con un total de 16.689 empleados y en ese año había registrado un déficit de 2.171 millones de pesos

La razón La reestructuración del Correo es la primera etapa de un plan más ambicioso que apunta a reducir pérdidas, aumentar la productividad y reconvertir el servicio postal.

Los objetivos forman parte de la visión predominante en el equipo del Presidente, donde sostienen que para impulsar la competitividad es clave reducir el costo logístico y prepararse para la transformación de la actividad postal frente al auge del ecommerce y la logística.

La idea del Gobierno es "modernizar" la compañía con un cambio de imagen, la renovación de sucursales y la apertura de plantas, de la mano de la innovación tecnológica.

Sin embargo, las autoridades reconocen que el principal desafío es reducir las pérdidas operativas cercanas a los $3.500 millones anuales y la "baja productividad". El año pasado la facturación subió un 11%, pero el volumen de piezas cayó un 14%, según datos oficiales.

La movida oficial despertó expectativas en el sector privado. Allí ven con buenos ojos la posibilidad de que jugadores locales y extranjeros capturen una mayor cuota del mercado, desde las ventas vía ecommerce hasta la entrega de facturas de servicios públicos.

El "modelo Amazon" El papel de Quintana es fundamental en la reconversión de la empresa. Es en la Jefatura de Gabinete donde se definen los grandes trazos de la hoja de ruta para reformular el esquema de negocios del Correo, a tono con los cambios a nivel global, donde el reparto de cartas y facturas en papel está dando paso a la paquetería y el comercio electrónico.

"El foco del crecimiento pasa por el ecommerce y la logística, que han sido desaprovechados", señalan fuentes del Gobierno. Dos rubros en los que tiene experiencia Papini y en los que ahora buscaría expandir a la empresa estatal.

Las autoridades niegan que vaya a haber despidos. Sin embargo, fuentes oficiales reconocen que los cambios en carpeta son "dinámicos", por lo que podrían ocurrir después de las elecciones.

Aunque la compañía estatal forma parte del negocio electrónico, con el reparto de productos puerta a puerta de Mercado Libre, su participación es mucho menor a la de OCA. Como la mayoría de los operadores, el fuerte pasa por las facturas, las cartas simples y el mailing.

Pero el clima es de incertidumbre en el sector. El año pasado el volumen de operaciones se redujo –la carta factura cayó 7,6%–, cuando se esperaba un crecimiento. "Los bancos y empresas mandan todo por mail ahora", explicaron en la Asociación de Empresas de Correo (AECA).

Por el contrario, el ecommerce es el negocio que más crece y concentra más competidores a nivel local. Hoy se comercian libros, electrónica, libros y commodites de todo tipo, mientras que calzado, textil y confección todavía despiertan desconfianza en los consumidores.

"Si uno mira Amazon es impresionante, el problema es cómo lograr una mayor productividad que te permita brindar más servicios por el mismo costo y con mayor tecnología", señala Eduardo Poderene, consultor en logística.

El caso de Amazon es visto con interés en el Gobierno. El gigante del comercio electrónico tejió alianzas con operadores públicos y privados para llegar a los lugares más recónditos de Estados Unidos. En Nueva York tiene convenio con el servicio estatal, pero en otros estados con UPS y DHL, entre otros.

Tanto en el Gobierno como en el sector privado creen que el comercio de productos electrónicos en Argentina podría ser más competitivo mediante acuerdos con diversos operadores logísticos. Hoy el que tiene mayor alcance es el Correo, aunque no es el más eficiente.

No es el único con problemas. Los funcionarios ven que OCA también podría ser más productiva. Recuerdan que durante el Hot Sale de 2015 la empresa fue un "desastre", lo que llevó a la empresa a perder clientes, como los bancos, y pedidos de Mercado Libre, que fueron derivados a Ocasa.

Puja con gremios En la fórmula oficial, los gremios son vistos como un obstáculo. Macri lo dejó en claro en más de una ocasión en sus mensajes contra la "mafia" sindical, a la que acusó de impedir la modernización de los convenios colectivos para bajar los costos laborales y desarrollar la inversión privada.

En la otra vereda, los sindicatos del Correo creen que el "copamiento" de puestos busca convertirlo en un "basurero postal" y frenar el Plan Estratégico puesto en marcha por el kirchnerismo, luego de estatizar en 2003 la compañía en manos de la familia Macri, que todavía sigue sin resolver el conflicto abierto por las deudas que mantiene con el Estado.

La compañía tuvo un crecimiento fenomenal en la última década. Mientras el volumen postal disminuía en el mundo, el servicio pasó de transportar 500 millones de unidades a 1.300 millones, llevó su plantilla de 11.800 a 16.695 y recibió $700 millones por año.

En lugar de privilegiar la rentabilidad, la empresa estatal se convirtió en el brazo logístico de los programas sociales, con la distribución a cargo de las netbook de Conectar Igualdad, decodificadores de la Televisión Digital Terrestre y medicamentos. También del material pedagógico y el pago de los planes de la ANSES.

Hoy su amplia infraestructura le permite pagar todos los meses 126.000 jubilaciones y pensiones, 270.000 Asignaciones Universales por Hijo, 300.000 asignaciones familiares, 85.000 planes Progresar y 1.000 seguros de desempleo, entre otros beneficios.

En efecto, la ley la obliga a brindar un servicio universalPero desde el decreto 1187 de 1993 ya no es el prestador exclusivo de ese servicio, por lo que compite de manera desigual con los privados, que no tienen la obligación de cubrir todo el territorio o localidades menos rentables.

Se trata de un conflicto similar al de Aerolíneas Argentinas con las Low Cost, cuyo mercado es el de los vuelos de bajo costo y las rutas más rentables. En el caso del Correo, el fin de la exclusividad le privó de u$s2.100 millones, según cifras oficiales hasta 2015.

Los cambios tecnológicos abren otro frente con los sindicatos por la eliminación de fuentes de trabajo. En esa puja, el titular de los Taxis, Omar Viviani, es a Uber, lo que Moyano al titular del BCRA, Federico Sturzenegger. Un palo en su rueda.

Fue el camionero quien frenó en seco la orden de dejar de imprimir los resúmenes bancarios, apenas avizoró miles de despidos en su gremio. Ese es el temor que ahora comparten sus pares del Correo, donde Moyano también pisa fuerte.

La "automatización" ya no solo es el pronóstico de CEOs, convencidos de que las operaciones en papel desaparecerán en 10 años. En la propia CGT más de uno empezó a notar que la uberización de la economía amenaza con barrer convenios y sindicatos.