Un pasado en común entre Lula y la magistrada que definió el voto a favor de su prisión
Carmen Lucía Antunes Rocha asumió la presidencia del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) en septiembre de 2016. Se trata de la segunda mujer que llegó a presidir el organismo luego de más de 100 años. La primera lo había hecho en 1890.
El día de asunción, el 12 de septiembre de 2016, varias figuras políticas de Brasil acompañaron el acontecimiento, entre ellos, el presidente Michel Temer, cuando hacía menos de un mes que había asumido tras la destitución de Dilma Rousseff; y Luis Inácio Lula da Silva.
Lula había nombrado a Antunes Rocha como miembro de la Corte, a la que ingresó en 2006 cuando esa entidad era presidida por Ellen Gracie, ahora jubilada. En este caso fue la primera mujer que ocupó ese cargo tras la rotación de la totalidad de sus 11 miembros, hecho que sucede cada dos años.
Aunque existe un pasado en común entre la magistrada y el ex presidente, la mujer había anticipado que votaría en contra el recurso de habeas corpus interpuesto por la defensa del líder del Partido de los Trabajadores (PT) con el objetivo de evitar la prisión y apelar en libertad la condena de 12 años de prisión que ya pesa sobre él.
El voto de Antunes Rocha fue el que determinó la prisión de Lula, pues desempató una votación que venía cinco a cinco. De este modo, la Corte autorizó la detención del ex presidente.
Cuando Antunes Rocha asumió allá por 2016, José Celso de Mello, decano de la Corte, subrayó "la histórica presencia de la mujer en la Justicia y la vida nacional". En ese entonces, le pidió que "se muestre intolerante ante los saqueadores de la República", puesto que consideró que violaron el pacto democrático entre la ciudadanía y los representantes políticos.
Luego, al tomar la palabra, la magistrada destacó la "necesidad urgente" de encarar una reforma judicial para agilizar los procesos y que la Justica llegue de manera efectiva, en tiempo y forma, a los brasileños.