La suba del dólar y la inflación preocupan al mercado inmobiliario
El mercado inmobiliario arrancó un 2018 con buenas proyecciones. Los créditos hipotecarios que despegaron en 2017, junto con un clima más tranquilo para los inversores, hizo que tanto el segmento de viviendas como de oficinas se reactive.
Lo mismo pasó con los centros industriales y logísticos, los cuales ante un crecimiento del consumo, ven mejores opciones para brindar sus servicios.Las últimas dos semanas pusieron un manto de dudas a este pronóstico y la suba del dólar frenó las consultas.
Sin embargo, todavía hay buenos augurios sobre lo que puede pasar con este mercado una vez que "pase la tormenta".
Actualmente se contabilizan un promedio de 350.000 m2 en construccioÌn, de los cuales se incorporaraÌn 65.000 m2 premium al segmento de las oficinas, que se distribuiraÌn maÌs del 50% en la zona norte del Gran Buenos Aires y otro 40% en en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires.
Por otro lado, en cuanto a los centros logísticos, también hay una gran demanda que se suma a la inversión de desarrolladores en nuevos espacios, tanto en Buenos Aires como en el interior del país.
Un caso es el de Córdoba, donde el Polo 52, un nuevo centro industrial, se presenta como excelente opción teniendo en cuenta que en la provincia habrá una gran demanda de automotrices, ya que Volkswagen, Fiat y Renault tienen allí sus plantas y están en pleno proceso de inversión y expansión.
En cuanto a la construcción, en Adrián Mercado reconocen que el sector está activo, pero donde falta una puesta en marcha más sólida es en viviendas para la clase media, un sector que estuvo relegado los últimos años, cuando este segmento de la población no tenía acceso a la vivienda
En este caso, el brocker reconoce que hay una oportunidad siempre que los créditos sigan en pie sin dar sorpresas.En cuanto a los precios, las primeras expectativas al inicio del año eran que sigan subiendo. Ahora, desde la inmobiliaria y red de negocios ven un mercado más estable, ya que la suba del dólar afecta directamente los precios de las viviendas y no es momento para que haya ajustes.